Mientras la pugna por ser el rey de la telefonía móvil (en número de unidades vendidas) se va diluyendo casi al mismo nivel que aparecen nuevos actores en el mercado para convertir poco a poco el smartphone en una commodity, las cifras de venta siguen importando. Tanto que son las que determinan la permanencia en el mercado y casi al mismo nivel, la supervivencia de estos nuevos actores.

Con Apple en la cabeza para un segmento que gobierna y perpetúa, y con Samsung pasándolo no tan bien en estos últimos años, otro de los que podríamos llamar recién llegado, ha ocupado este año el trono; si es que entendemos por trono la perpetuación de un modelo de negocio que cada vez es más complicado que salga bien. Y es que Huawei ha alcanzado los 100 millones de terminales vendidos en un mercado en el que, exceptuando a Apple y un par más de actores, se considera una gran hazaña, y más si tenemos en cuenta que la mayoría se fijan en el segmento de la gama alta.

Huawei debutó en el mercado con su primer Android en 2009 entrando directamente en mercados como EE.UU., Europa y Asia para competir directamente con el mercado de Apple y Samsung, y las cosas no les han ido tan mal, puesto que con el mercado chino en crecimiento negativo, es toda un logro vender el 60 por ciento de los terminales en unos mercados extranjeros saturados, y generar en el camino cerca de 16.000 millones de dólares en ingresos solo con su división de smartphones y solo en este año.

Mientras, eso sí, el resto de marcas chinas se están preguntando cómo empezar a seguir el camino de Huawei; cómo llegar a los 100 millones vendiendo 60 en el extranjero, algo casi imposible si parte del mercado se empeña en copiarse unos a otros. Eso, afortunadamente, parece que está cambiando.