"*Son malas noticias para el planeta", comentaba el el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial u OMM, Michel Jarraud. "El estado del clima mundial en 2015 hará historia por varios motivos*". Los motivos a los que alude el Sr. Jarraud no son otros que la concentración mundial de dióxido de carbono, la temperatura de los mares y, por supuesto, el hecho de que 2015 haya sido, con toda probabilidad, el año más cálido del que tenemos constancia. ¿Y qué implicaciones tiene esto? Muchas. Y ya es hora de que vayamos pensando seriamente en las consecuencias de nuestras acciones.
El el año más cálido entre los últimos 100
La concentración de gases de efecto invernadero alcanzó nuevos niveles máximos en la atmósfera durante 2015
Por desgracia, y sin lugar a dudas, 2015 se presenta como el el año más cálido registrado, con más de un grado de diferencia por encima de los niveles preindustriales. Esto quiere decir que el mundo ha subido su temperatura media anual en un grado durante los últimos 100 años. Eso es una burrada. Algo catastrófico. Según los datos registrados por varias agencias independientes, y cruzados por la OMM, la temperatura se ha ido incrementando notablemente desde el comienzo de siglo. Especialmente en los últimos 50 años. Las estimaciones calculan que la media anual ha aumentado 0,73ºC con respecto a los años 61-90 del siglo pasado. Y 1ºC desde comienzos del siglo XX.
Pero no es la única cifra récord. Según los análisis, el período 2011-2015 fue el quinquenio (conjunto de cinco años) más cálido del mundo jamás registrado. Esto implica un aumento de 0,57 ºC por encima de la media del período de referencia patrón de 1961-1990. Y fue el período de cinco años más cálido registrado en Asia, Europa, América del Sur, Oceanía y América del Norte. Otras medidas igualmente alarmantes hacen referencia a los gases de efecto invernadero, que alcanzaron nuevos niveles máximos en la atmósfera durante este año, superando por primera vez la barrera de las 400 partes por millón.
Consecuencias visibles e imprevistas
Pero vamos a lo más importante. ¿Qué consecuencias traen estos nuevos récords? Bien, las evidencias apuntan claramente a los efectos que el clima está teniendo en nuestro pequeño planeta. Al fin y al cabo, está controlado muy delicadamente por enorme ciclos y flujos de temperaturas. Los cambios rápidos solo desestabilizan el sistema completo. Al final, todo se traduce en cambios locales, regionales, que nos afectan a todos. Aquí van algunos ejemplos:
* Olas de calor: una de las manifestaciones más inmediatas, es, cómo no, las olas de calor. Esto se debe, básicamente a los ciclos de temperatura que mueven las grandes corrientes. Durante este año hemos vivido varias e intensas olas de calor a lo largo de todo el globo. Estas han supuesto temperaturas por encima de los 42ºC. En que Wroclaw (Polonia) se registró la temperatura máxima de la que se tiene constancia en la región, 38,9 ºC el 8 de agosto. varias olas golpearon India, África y Oriente medio. En Europa estamos viviendo un alargamiento inusual de la temperatura que está llegando hasta estas fechas.
* Sequias y lluvias descontroladas: mientras que en algunos lugares han vuelto a aparecer periodos de sequía importantes, estos se combinan, en ocasiones, con lluvias violentas e inesperadas. En otros lugares, estas dan como fruto granizadas y riadas de todo tipo. Los deslizamientos de tierra provocados por las inundaciones han sido fuente de noticias durante todo este año. Se cuentan más de setenta y cinco millones de afectados con unas pérdidas de 25.000 millones de dólares por culpa de las lluvias torrenciales. Por otro lado, las sequías y la sequedad de otras zonas ha provocado un aumento inusual en los incendios forestales. Y estos son solo algunos ejemplos
* Ciclones y tormentas tropicales: otra consecuencia observada ha sido el aumento exacerbado de la cantidad y la intensidad de los ciclones y tormentas tropicales. Todos recordamos el reciente huracán Patricia, catalogado como el más fuerte jamás registrado y que asoló México hace poco. Este es solo un ejemplo del incremento que venimos sufriendo. En china, nada menos que seis tifones dejaron pérdidas de 8.000 millones de dólares. Eso sin contar con las pérdidas humanas.
* El nivel de los océanos: los océanos son uno de los grandes afectados. Según los datos, la temperatura de los mares y el calor acumulado entre los 700 y los 2000 metros ha alcanzado cotas sin precedentes. Esto provoca tres cosas fundamentales: el cambio en las grandes corrientes oceánicas, es decir, los grandes motores climáticos; la desaparición de la biodiversidad en ciertas zonas del planeta; y el deshielo y subsecuente subida del nivel del mar. El cambio climático, mire como se mire, está cambiando nuestro planeta por completo.
¿Todavía hay esperanza?
A medida que se acerca la cumbre del COP21 los expertos se vuelven más reivindicativos. Hay que hacer algo. Todavía estamos a tiempo, expresan muchos. Precisamente ese es el espíritu del COP21. El objetivo es reducir la emisión de gases de efecto invernadero, reduciendo la velocidad a la que aumentan las temperaturas y el cambio climático. Al fin y al cabo, la velocidad es un factor crucial. El planeta es capaz de absorber y adaptarse a los cambios, pero no al ritmo al que están sucediendo.
Para poder combatirlo hay que legislar y concienciar a la gente
Para poder combatirlo hay que legislar y concienciar. La gente no es consciente de que con cada acción que realizamos, todos los días, podemos contribuir un poco a reducir nuestra huella de carbono. Pero aún así, no es suficiente. El 80% del impacto solo se reducirá con un cambio de legislación fuerte y práctico. De aquí proviene la idea del COP21.
En esta reunión se intentará llegar a un acuerdo entre numerosos países con el que gestionar de la mejor manera posible la emisión de gases. La cuestión es que nosotros, todavía, podemos hacer algo. Puede que sea muy tarde para salvar algunas de las cosas que recordamos en nuestra juventud. Pero todavía queda esperanza. Una esperanza que nuestros hijos no tendrán. De lo que se discuta durante el COP21 y de nosotros, y nuestra conciencia depende que este sea el año más cálido de la historia o solo un comienzo de lo que vendrá.