En los últimos años he tenido la fortuna de viajar varias veces al año, en ocasiones a lugares bastante remotos, lo que me ha acumulado millas que todavía no puedo canjear, y una buena cantidad de experiencia lidiando con aeropuertos, colas de migración, escalas y logísticas de viaje. Hoy quiero dejarles diez lecciones que he aprendido a partir de esta experiencia.

1. Ten siempre tapones para los oídos

Por lo menos una vez al mes le prendo una velita imaginaria al inventor de los tapones para los oídos. Son la única arma que sirve por igual para defenderte de vecinos ruidosos, bebés llorones, anuncios en los aeropuertos, y de cualquier otra cosa que amenace con darte un dolor de cabeza o no dejarte dormir o leer cuando lo deseas. Un par de tapones para los oídos no ocupa nada de espacio, y son una de esas cosas que agradecerás al "tú del pasado" cuando recuerdes que los empacaste.

2. Lleva una bufanda contigo

Por razones similares, una bufanda (o un pañuelo grande, pashmina, o la variedad que prefieras) es una herramienta de usos múltiples. Sirve como capa adicional para protegerte del frío, para taparte los ojos, para cubrir una superficie, o para arrugarla y convertirla en cojín. Yo la he usado como sábana en más de un aeropuerto, cuando no queda otra opción para dormir sino el suelo.

3. Empaca menos de lo que crees que necesitas

Todos tendemos a sobre-empacar, a meter diez camisetas cuando sólo vamos a viajar por tres días, y aunque está bien ser precavido, es conveniente preguntarte dos y hasta tres veces si realmente necesitas eso que estás metiendo a la maleta. Empacar en exceso tiene dos consecuencias negativas: primero, tener que cargar con una gran cantidad de peso de un lado al otro durante todo el viaje, y segundo, no tener espacio en la maleta cuando regresas para meter las cosas que hayas comprado o que te hayan regalado durante el viaje. Esto es algo que de cualquier manera se aprende por la mala, después de la tercera o cuarta vez de deshacer el equipaje y encontrarte con que no usaste la mitad de las cosas que hay ahí.

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"Travel" por Moyan Brenn bajo licencia CC BY 2.0.

4. ¡Podcasts!

Normalmente no puedo trabajar mientras escucho nada -necesito silencio- de modo que "engancharme" al hábito de escuchar podcasts resultó muy difícil. Pero cuando tengo que volar o hacer largas escalas, los podcasts son mi salvación. En mi opinión, escuchar historias o conversaciones hace pasar el tiempo mucho más rápido que escuchar música, y resulta menos monótono. Hay podcasts excelentes sobre cualquier tema que pueda interesarte.

5. Sonríe

Incluso los agentes migratorios son personas, y una sonrisa puede hacer que la forma en la que otras personas te tratan cambie por completo. Cuando el idioma no ayuda al 100%, cuando estás en un lugar desconocido, cuando estás pasando por aduana, en todas las situaciones sonreír puede aliviar las tensiones y hacer que los demás se predispongan a pensar bien de ti y a querer ayudarte.

6. Compra una SIM local

Si necesitas tener conexión de datos todo el tiempo, contar con WiFi abierto o incurrir en gastos exorbitantes de roaming no es la opción más idónea. La mayoría de los países cuentan con operadoras que ofrecen planes para viajeros con tarifas planas de navegación por un número determinado de días. Esto te permitirá estar en contacto con la gente (a fin de cuentas ya no usamos SMS sino mensajería sobre datos), utilizar mapas, hacer búsquedas en Internet cuando lo necesites, y usar Google Translate en caso de emergencia.

7. Muévete

Tanto en el avión, como en el aeropuerto, como durante el viaje, la inercia es tu enemiga. Estar inmóvil es el origen de dolencias como dolor de espalda, de piernas, contracturas musculares y aburrimiento. Desde hacer estiramientos en el avión, como atreverte a explorar a pie una ciudad desconocida, mantenerte en movimiento es uno de los mejores consejos que puedo darte, no sólo para viajar, sino para la vida en general.

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Travel Guides por Vanessa Chettleburg bajo licencia CC BY NC ND 2.0.

8. Sé precavido

Empaca un cambio de ropa extra en tu carry-on: las maletas se pierden, los accidentes suceden, la ropa interior limpia no tiene precio. Guarda algo de dinero extra para emergencias: los gastos no planificados pueden arruinar por completo tu presupuesto de viaje.

9. Haz preguntas, escucha

Prestar atención y mirar a tu alrededor es posiblemente la cualidad más importante que debe tener un viajero. Si miras con atención se te ocurrirán muchas preguntas sobre tu entorno, sobre las costumbres, hábitos e historia del lugar que visitas, y si haces esas preguntas con la actitud adecuada de respeto y con una sonrisa, puedes iniciar una conversación llena de posibilidades y hacer nuevos amigos en lugares inesperados.

10. Hay cosas geniales esperándote al otro lado del miedo

Mucha gente quiere viajar por todo el mundo o hacer cualquier otra cosa, pero el miedo los paraliza. Todos sentimos miedo algunas veces, pero cuando nos impide hacer algo que realmente deseamos, debemos saber cómo atravesarlo. No se trata de no sentir miedo, se trata de no permitir que nos impida alcanzar nuestras metas. Luego de un poco de práctica, de pasar algunas veces a través del temor y llegar al otro lado, aprenderemos que muchas veces la meta amerita hacer el esfuerzo, y nos iremos entrenando a intentar las cosas sin importar el miedo que podamos sentir.

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