Al igual que la música no se reduce a las notas que forman su composición y que los escritos no son simplemente las palabras que les constituyen, la psicología de la Gestalt entiende que el todo es algo más que la suma de las partes. Gracias a la escuela fundada en Berlín, se llevaron a cabo investigaciones que desarrollarían los conceptos en torno a la percepción visual como nunca antes se habían realizado.
Tal y como se recoge en el libro “Introducción a la historia de la psicología” de B.R. Hergenhahn, la escuela de la Gestalt es una corriente iniciada en Alemania durante el siglo XX. Sus máximos exponentes son Max Wertheimer, Wolfgang Köhler, Kurt Koffka y Kurt Lewin, aunque fue el primero de ellos quien empezó cuestionándose la naturaleza de la percepción. Tras adquirir un estroboscopio de juguete, Wertheimer observó movimiento donde realmente existían sujetos inmóviles, esto es lo que le llevó a investigar ese fenómeno y desarrollar teorías como la persistencia retiniana.
Sin embargo, las teorías de la Gestalt llegarían más lejos. Se encargaría de analizar aquellos estímulos que recibimos para establecer los principios en torno a los que se rige nuestra percepción. Nuestro sistema nervioso central posee más de 100.000 células receptoras correspondientes a los 5 sentidos, algo que se transforma en una gran cantidad de información.
Por ello, la escuela de Max Wertheimer se ha encargado de establecer una serie de leyes que, según ellos, no actúan de forma separada, sino que se manifiestan conjuntamente para hacernos percibir una información que, por ejemplo, podría ser una imagen. Es decir, si comprendemos mejor cómo funciona la percepción humana, por ende también sabremos cómo configurar una imagen para lograr la sensación que deseamos. Tenemos así mejores herramientas para construir nuestro mensaje y conseguir transmitirlo. En total existen 13 leyes de la Gestalt, pero creo que debemos prestar especial atención a 5 de ellas para componer una imagen.
- Proximidad: según los psicólogos, cuando visualizamos unos objetos que se encuentran cercanos, tendemos a agruparlos y contemplarlos como si éstos pertenecieran a un único conjunto. Imaginad, por ejemplo, diferentes montones de monedas sobre una mesa, no tendemos a pensar en cada una de ellas, sino a valorar la unión de las diferentes agrupaciones.
- Semejanza: es parecido al fenómeno anterior, pero no exactamente igual. Según este, los elementos parecidos los contemplamos como una única forma. Pensad en una baraja de cartas americana, si unimos las picas con los tréboles (cartas negras) las contemplaremos como un único elemento, pero no ocurre así si también incluimos cartas de rombos entre la baraja.
- Continuidad: es lo que en fotografía podríamos llamar como “ritmo”. Así, contemplamos que los elementos orientados en una misma dirección tienden a organizarse de esa forma creando una sensación de armonía debido a su repetición. Un ejemplo de ello podría ser una foto donde vemos una gran fila de coches de forma sucesiva.
- Contraste: el contraste se produce cuando un objeto destaca sobre el resto por una característica particular, ya sea al color, forma o tamaño. Es una técnica muy utilizada en publicidad para que nos fijemos en un punto concreto y aprovechar para anunciar el producto que están interesados en vender. Solo hay que pensar en una imagen con fondo oscuro donde aparece una bebida claramente iluminada, es un claro ejemplo de cómo generando contraste logra que nuestra atención se detenga en esa zona concreta.
- Inclusividad: en este caso se trata de aprovechar una figura de un objeto incluir otros en su interior y que en apariencia parezca uno solo. Es como la intro de True Detective, la cual se encuentra realizada aprovechando la figura de Matthew McConaughey (entre otros) para incluir fábricas u otros temas que evocan la propia idiosincrasia de la serie.
Por otro lado, también se han establecido una serie de principios en lo que a las figuras respecta. Se basan en la filosofía de que cualquier imagen se puede analizar para extraer aquellos elementos que la conforman, y en función de cómo se conjuguen, la sensación provocada será diferente.
- Linea: generalmente existen dos tipos de líneas: rectas y curvas. Las primeras suelen asociarse más con las figuras estáticas, y en función de la imagen, puede servir para evocar la sensación de profundidad. Mientras tanto, las curvas y oblicuas suelen ser más dinámicas y rompen con la monotonía del encuadre
- Punto: es el signo más sencillo que puede formar una imagen. Dependiendo de su disposición, se pueden presentar los fenómenos de proximidad o continuidad de los que hemos hablado con anterioridad.
- La forma: las tres formas elementales suelen ser el círculo, el triángulo y el cuadrado. Del mismo modo que ocurría con las líneas, un cuadrado se identifica como una figura estática, mientras que el triángulo puede ser vinculado con el expresionismo, algo que podemos apreciar en los decorados de la película “El gabinete del doctor Caligari”.