¿Qué puede hacer que un hombre desnudo corriendo por la calle trate de acuchillar a un policía con su propia placa? O que otro se empale contra una valla mientras huye de perseguidores fantasma. O sencillamente que su cuerpo genere tanto calor que termine muriendo de hipertermia. La flakka, flocka, alfa-PVP o "la penta" de toda la vida parece estar "poniéndose" de moda. Aunque en realidad, sencillamente han salido a la luz algunos casos especialmente llamativos, como los comentados un poco más arriba. ¿Qué tiene de especial esta droga y por qué es capaz e provocar estos fuertes efectos?
Flakka invade las calles del sur
Nos referimos al sur de Florida, por supuesto. En los últimos meses los reportes sobre situaciones relacionadas con el consumo de flakka se han disparado. En internet podemos encontrar fácilmente numerosos vídeos donde se ve el extremo comportamiento de los consumidores de esta droga alucinógena. La gran mayoría son meramente ridículos y extravagantes. Pero no hay que olvidar que tras estos se encierran actitudes erráticas, difíciles de prever y con consecuencias inesperadas. Muchas veces incluso fatales. La alfa-Pirrolidinopentiofenona es una droga de diseño, muy barata, que bien puede afectar ligeramente a sus consumidores o puede ocasionar un delirio extremo y convertir a la persona en un zombi agresivo y peligroso. Todo depende de diversos factores que van desde el estado de ánimo a la destilación de la droga. La flakka se vende como una "bath salt" más, una serie de narcóticos que por su apariencia pueden pasar por sales de baño empaquetadas en una bolsa. Esta es una manera típica de poder traficar con ella en las calles sin despertar sospechas.
Fue sintetizada allá por los años 60 y desde entonces siempre ha permanecido dentro del mundo de los narcóticos en una modesta pero continuada situación. El hecho de que sea muy barata y fácil de conseguir, así como de transportar, la convierte en una droga elegida por personas que no tienen mucho dinero. Normalmente, sus efectos incómodos, relacionados con la fisiología, no la vuelven una droga de primera elección. Pero, como explicábamos, parece haberse puesto un tanto de moda en ciertos lugares. Tal vez no sea así y la flakka, sencillamente, siga en su mismo nivel de consumo. Lo que si es cierto es que los episodios protagonizados por los consumidores de esta droga han sido dignos de salir en las noticias: muertes, asaltos irracionales y destrozos son solo algunas de las consecuencias causadas por los consumidores en Florida y otras partes del mundo.
¿Qué hace esta droga? Bienvenidos al delirio extremo
Los efectos de la flakka comienzan con un ligero estado de euforia y bienestar. Normalmente la euforia crece rápidamente al mismo tiempo que cierta incomodidad física: el cuerpo está acelerado, con ritmos cardíacos altos y una sensación molesta en la piel. En ocasiones, la consciencia se diluye en un estado extremo de euforia y delirio. Éste último hace que el consumidor vea, oiga y sienta cosas que no existen, convirtiendo su comportamiento en algo completamente irracional y normalmente agresivo. Los picores en la piel hacen que se arranque la ropa. Algunas partes del cuerpo no funcionan adecuadamente pero da igual, los gestos y expresiones se vuelven de película. Y así el cuadro resulta dantesco.
La flakka no tiene por qué llevar al cuerpo a tal estado pero es relativamente fácil. Esto se debe a sus propiedades químicas. La alfa-PVP tiene un mecanismo de actuación desconocido, aunque se cree que actúa como inhibidor de la recaptación de norepinefrina y dopamina, al igual que la MDPV o Pirovalerona con la que comparte gran parte de su estructura. Esto provoca excesos de las dos sustancias. Grosso modo, la primera promueve la concentración de adrenalina en el cuerpo, lo que activa todo el metabolismo y da la sensación de euforia. La dopamina activa El mecanismo de la flakka todavía es desconocido, aunque podría ser como el del MDPV
el sistema de recompensa, provocando la sensación de bienestar, aunque probablemente actúe de una manera mucho más suave. El aumento de adrenalina provocaría, entre otras muchas cosas, un aumento del ritmo cardíaco, seguido de un aumento de temperatura que puede alcanzar hasta unos peligrosísimos 40 grados.
Aquí se desencadenaría un delirio psicótico extremo debido a la alta temperatura y al propio efecto psicotrópico. La flakka puede provocar, fallos fisiológicos varios, incluyendo parada cardiorespiratoria o lesiones cerebrales irreversibles. Además, el exceso de adrenalina, según afirman varios agentes de policía, otorga a los consumidores una fuerza bastante superior a la de una persona en sus facultades normales, lo que provoca aún más dificultades a la hora de controlar la situación. En definitiva, por sus efectos, parecidos a algunas anfetaminas, pero mucho más incómodos y con una sensación de bienestar bastante menor pero con un precio ridículo en comparación con otras drogas de diseño, la flakka es elegida en caso de no disponer de más dinero. Existe cierta preocupación de que esta droga esté tratando de incrementar su mercado aunque por ahora no está entre las más usadas por los consumidores de narcóticos. Eso sí, lo que está muy claro es que cuando algo sale mal con la flakka, sale realmente mal.