Imaginad un pequeño dispositivo, de menos de un centímetro, que se coloca bajo la piel y es capaz de detectar el nivel de azúcar en sangre, el nivel de un medicamento en particular o incluso otras moléculas. Además, lo haría en tiempo real, avisando por bluetooth a nuestro móvil de manera que podamos prevenir problemas posteriores, como podría ser una hipoglucemia, o un dolor crónico. Por si fuera poco, este biosensor trabaja de forma autónoma gracias a una batería inalámbrica recargada por inducción. Bueno, pues deja de imaginar. Porque es lo que ha presentado el Dr. Carrara de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza. Y aunque no es el primer biosensor existente en el mercado, su sencillez y su estadio de desarrollo lo ponen a la cabeza de muchos dispositivos similares.

Un biosensor bajo tu piel

Como explicábamos, el biosensor creado por el equipo de Carrara se coloca en la epidermis. Una vez allí, es capaz de detectar el cambio en la concentración de diversas moléculas como pueden ser la glucosa (azúcar en sangre), el colesterol, el lactato o el pH. También es capaz de detectar los niveles de varios antibióticos de uso genera o incluso la concentración de paracetamol y otros antiinflamatorios. Y lo hace en el mismo momento, en directo. Esto permite monitorizar en tiempo real nuestra fisiología, pudiendo actuar sobre una situación concreta a tiempo real. Por ejemplo, puede ser increíblemente útil en pacientes con diabetes o en la rehabilitación de víctimas con dolores muy fuertes ya que permite prevenir el momento en el que la concentración de analgésicos está disminuyendo. Además, el biosensor avisa mediante bluetooth al Aunque no es el primero ni el único, es uno de los biosensores más avanzados en su estado de desarrollomóvil, de manera que cualquiera puede estar al tanto de los avisos fácilmente, sin necesitar nada más.

El sensor es autónomo; pero como imaginaréis, necesita energía para hacer funcionar todos los componentes. Para poder recargarlo, este biosensor usa un parche colocado sobre la piel que permite la recarga del dispositivo por inducción. La tecnología de carga inalámbrica permite prescindir al completo de cables, permitiendo que el biosensor pueda ser usado con toda comodidad y de la forma menos "invasiva" posible. Este dispositivo no es el único en el mundo. Existen otros biosensores, algunos muy especializados, pero muy pocos en el estado actual de desarrollo que está el biosensor de Carrara, que ya ha sido probado en ratones con éxito. Además, otra de sus ventajas es que no usa enzimas para la detección, que son un componente molecular que actúa sobre los productos a detectar, por lo que "no se gasta" y permite la detección múltiple sin problemas.

Mil y una posibilidades

Lo primero que viene a la cabeza con este biosensor es la cantidad de posibilidades que puede tener. Su sencillez y potencia invitan a especular muchísimo. El dispositivo posee seis sensores, pero podrían incluirse otros nuevos con la técnica adecuada. Podría añadirse prácticamente lo que quisiéramos en un futuro. Por otro lado, lo más importante de este biosensor es que permite hacer un seguimiento exhaustivo y preciso de una condición médica. La medicina de precisión es el futuro, como indican los investigadores en su nota de prensa. Y para ser precisos hay que trabajar con una cantidad de datos inusual. Su dispositivo proporciona esta cantidad y mucho más. Con análisis de cada momento: tras las comidas, durante el sueño o a la hora de hacer ejercicio, el diagnóstico y el tratamiento pueden ser mucho más eficientes. Es más, podríamos usarlo para monitorizar el metabolismo y la evolución a tiempo real de una enfermedad para entenderla mejor (en realidad esta es su finalidad, explicaba el equipo).

Fuente: EPFL
Fuente: EPFL

Pero sacándolo del contexto médico, ¿por qué no usarlo para prevenir el exceso de colesterol, por ejemplo? Un detector comercial que te avise de que tus niveles están aumentando, unido a una aplicación que te aporte consejos saludables a la hora de comer. O que te avise de que es hora de tomar un medicamento. Incluso podría emplearse para que las dietas y el deporte resultasen aún más efectivos. La opción de conectar el biosensor con el móvil, además, abre un campo enorme de posibilidades. Por supuesto, el uso de un biosensor como este habrá a quién le despierte suspicacia. ¿Hasta que punto rompe la privacidad? ¿No suena demasiado artificial? ¿Qué peligros puede implicar? Todas estas preguntas han de ser resueltas con madurez y tiempo, aunque algunas de ellas ya están en el proceso de ser contestadas (cómo el hecho de ser seguro para la salud). Lo que no podemos negar es que resulta muy prometedor. ¿Y cuando podremos ver una versión comercial? Todavía es un poco pronto para decirlo, pero tal vez antes de lo que pensamos.

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