Sí, la temporada de 26 de The Simpsons tiene muy buen tono hasta ahora, incluso resulta fresca, entretenida, con momentos muy especiales y divertidos. ¿Por qué es importante decirlo? Porque The Simpsons tiene tiempo que ha dejado mucho que desear a sus fans pese a los esfuerzos de los creadores de la longeva serie, aunque ha mantenido su renovación año con año y sigue siendo una serie rentable en cuanto a dinero y audiencia se refiere, algunos fans (por no decir muchos), hemos visto con tristeza que The Simpsons se ha convertido en una serie cansina e incluso de mal gusto.

The Simpsons se ha convertido en una serie cansina e incluso de mal gusto

Esto último nos ha llevado a elevar las primeras temporadas de la familia de Springfield a un nivel estratosférico de la genialidad y catalogarlas como “insuperables”. Varias veces me he preguntado qué es lo que ha cambiado desde entonces, ¿en verdad se volvieron tan malos?, ¿no será que nosotros cambiamos? o ¿acaso la sociedad que critica la serie es ya de por sí absurda en su estado natural? Creo que la respuesta es: sí a todo.

El gag del sillón

La primera vez que vi The Simpsons apenas sí tenía 12 años, el día posterior al estreno de episodio no se hablaba de otra cosa en la escuela. Todos repetíamos las frases y había quien grababa el capítulo (sí, en VHS). Ese chico afortunado podía reproducir la experiencia, cuantas veces quisiera, de la explosión de humor que resultaba la familia amarilla. Todo era osadía, nuevo, fresco, ameno, simpático, empático, emotivo y cuantos adjetivos se quiera. Y es que no había nada igual, pero no solo la falta de alternativas hicieron que los fans del mundo se reunieran religiosamente cada semana a ver capítulos nuevos de The Simpsons sino que, en verdad demostraron que su genialidad irreverente era necesaria en la televisión y para un público ávido de cosas nuevas, de televisión alocada y alejada de las buenos comportamientos pero ojo, cargada de valores, humor y crítica geniales.

Tal vez a fuerza de repetición lo “irreverente” se volvió “común”

Con el paso del tiempo, ya podemos saber lo que sucedió. Más series animadas entraban a la temática de la familia osada que ponía a prueba a los televidentes, la censura, a los mismos directivos de las cadenas de televisión. Tal vez a fuerza de repetición lo “irreverente” se volvió “común”. Entonces ya se era osado porque se podía y no por la urgencia de serlo. Los fans crecimos junto con la serie y de pronto, sin saber cómo, ver The Simpsons ya no representaba un ritual casi religioso, ya no había referencias nuevas sino las mismas de las primeras temporadas y atónitos vimos que los capítulos nuevos agotaron toda capacidad de sorpresa. Simplemente “algo” cambió. Recuerdo que cuando me di cuenta de lo soso que me resultaba The Simpsons fue un día que vi un capítulo de ellos después de uno de Futurama. Sentí como dice Bart cuando vende su alma: sé que es gracioso pero no me sale la risa.

Para el inicio de su temporada 26, The Simpsons preparó un genial gag del sillón, hecho por el ingenio de Don Hertzfeldt.

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Historia dentro de otra historia

Recordemos cuántas veces nos hemos sorprendido porque nos damos cuenta que un capítulo que adoramos comienza con una historia “que nada tiene que ver” con la historia principal. Esta genialidad de los creadores es uno de los rasgos que convirtió los capítulos de The Simpsons en memorables. En las temporadas no tan afortunadas de la serie este recurso parece forzado y acartonado. Otros recursos constantes han sido las historias en el futuro, las puestas en escena, sin ningún motivo y la mar de sosas, de historias clásicas, las apariciones de personajes de la vida real una constante y no una sorpresa, así como una poco atinada lista de variables no tan variables con resultados insulsos.

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S26

Con sorpresa he visto como cada capítulo de la temporada 26 logra, con mucha mayor naturalidad, momentos agradables, hilarantes y algunos bastante geniales. Los crossover prometidos un acierto. El, también prometido, homenaje a Stanley Kubrick muy bueno, divertido y cuando crees que ya no dará más, lo hace. La calidad de animación en The Simpsons ha alcanzado un gran nivel, que se disfruta y se agradece.

En verdad que me ha sorprendido esta temporada, claro que no todo es de mi agrado sin embargo mi valoración final es positiva. Tal vez no falte quien no esté de acuerdo con lo dicho y crea que me pudo haber dado un ataque de nostalgia o me desintoxiqué de más de The Simpsons y que por esto me parecen “buenos de nuevo”, la respuesta también puede ser: sí a todo. Lo cierto es que creo que esta temporada vale la pena entre las muchas que no ha valido y aunque (con nostalgia aparte) muy por seguro no se alcance a las maravillosas primeras temporadas, la número 26 tiene un buen nivel.

Muchas otras series animadas son disruptivas en otros divertidos sentidos, podría solo por nombrar algunas a Adventure Time, Gravity Falls, Bravest Warriors o BoJack Horseman y que indudablemente son también producto de lo que The Simpsons hizo y ha hecho con el público alrededor del mundo, incluso los creadores de estas series mencionadas crecieron como fans de la familia de Springfield. El gran legado que ha dejado a la televisión The Simpsons, incluso si decidimos quedarnos únicamente con las primeras temporadas, es indudable. Bien por The Simpsons, por los de antes, por los de ahora o solo por ser quien son.

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