¿Ha muerto realmente el email? Buena pregunta, pero mejor es todavía la respuesta: sí... y no. Es un canal que hemos sobresaturado con información irrelevante haciendo que pierda por completo peso el contenido del mismo. Es como aquella autopista en la que te ves atrapado a diario de vuelta a casa del trabajo: es completamente inútil pero realmente no podrías vivir sin ella. Esta peculiar situación se ve agravada además si tenemos en cuenta que el correo electrónico es un producto de masas, no algo ocasional que usan unos pocos.

Ante esta disyuntiva ¿cómo reaccionan las empresas que viven en parte del email? Algunas optan por reinventarse, pero otra se deciden por una aplicación que conjuga precisamente a la perfección esta muerte a medias. Nos estamos refiriendo a Inbox de Google. Algunos lo han definido como una interfaz de Gmail, pero tras varios días de uso, te podemos confirmar que el alcance es muy superior. Y sí, si cuentas con un iPhone y utilizas Mailbox caerás rápidamente en la tentación de sostener que el equipo de Brin y Page ha perpetrado una burda copia del gestor de correos. Pero lo cierto es que Inbox va mucho más allá...

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Hay que reconocer que la saturación del email ha pillado con el pie cambiado a muchos, sobre todo los que ven un serio problema de productividad en las saturadas bandejas de entrada, y lo hay ciertamente. Una tendencia evidente pasa por el llamado 'inbox zero', o lo que es lo mismo, lograr dejar el buzón con todos los mensajes leídos y convenientemente categorizados y organizados en correspondientes carpetas. Sin embargo, este mantra es cada vez más difícil de alcanzar, puesto que el tráfico de emails se ha convertido en una bestia insaciable: borras uno y llegan tres.

El secreto está en la categorización

Y si hay alguien en el mercado que conoce bien el email es sin duda Google de la mano de uno de sus productos estrella, Gmail. ¿Cómo abordar un problema que les afecta de lleno? Uno podría pensar que la firma optaría ciegamente por la vía de los algoritmos, o daría una nueva solución en base a carpetas o etiquetas que ayudaran a un asfixiado usuario. Sin embargo, los californianos han entendido que estas vías estaban agotadas y han optado por un mix compuesto por una app gestionada inteligentemente por un algoritmo vivito y coleando. Y así ha nacido Inbox.

Hay que tener cuidado a la hora de realizar juicios rápidos de la nueva criatura de Google: un servidor también estuvo tentado de minimizar su impacto dejándolo en reflexiones en primera persona del tipo "ah, otra app", pero lo cierto es que con el uso se va apreciando el alcance de Inbox. Y es que realmente, la gran baza jugada por el producto en la gestión del correo electrónico es la categorización: Google conoce bien nuestras bandejas de entrada, y con Inbox presenta la información de una manera organizada, pero sobre todo, ponderada.

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Siendo sinceros ¿cuál es el verdadero problema al que nos enfrentamos al abrir un correo electrónico saturado? El de ver todo mezclado: correos comerciales, convocatorias de reuniones, spam... Sin embargo, Inbox hace el trabajo sucio por nosotros y al abrir la aplicación pone cada cosa en su sitio. Y esto, que puedes pensar que realmente es poco, es el verdadero valor añadido de la aplicación: con el simple hecho de ver a vista de águila cada mensaje en su categoría uno puede comenzar a actuar sobre ello. Primero lo urgente, y luego el resto.

El futuro Gmail

Es aquí donde uno empieza a apreciar la verdadera utilidad de Inbox: realmente funciona en lo suyo y además deja patente la poderosa base de datos que almacena Google en su servidores, que convenientemente combinada con todo lo que sabe de nosotros, se convierte en un auténtico killer en lo que toca a productividad. Inbox hereda, por otro lado, algunas de las funciones que ya vimos en Mailbox, y en especial la posibilidad de relegar ciertos correos para una lectura posterior mediante alertas. Algo interesante, pero como te apuntamos, no es realmente su factor diferencial.

Las bazas con las que juega Inbox para hacer frente al caos del correo electrónico pueden resumirse en las siguientes:

  • Organización: Como te hemos apuntado, sin duda el elemento estrella. Cada correo es categorizado en función de su contenido y así encontrarás los comerciales agrupados en su respectiva sección, mientras que las notificaciones sociales en otra y el resto en un cuerpo principal.

  • Limpieza: Google sabe bien lo que es abrir una bandeja de entrada invadida por mails fuera de control, e Inbox alivia esta estampa mediante un aspecto muy básico y con muy pocos botones. Al principio cuesta un poco habituarse, pero con el uso se consigue ser muy rápido en la gestión del email.

  • Información: Google es el Gran Hermano que conoce absolutamente todo, y este poder lo aplica bien en su nueva criatura. Y así, si uno reserva una mesa en un restaurante e invita a sus amigos, Inbox se preocupará de completar los datos del local, facilitando la reserva de la mesa (aunque esta función parece que únicamente está operativa en Estados Unidos por el momento).

En lo que respecta al lanzamiento, Google ha rescatado la hábil estrategia de Wave (¿recuerdas Wave?), haciendo que el acceso a Inbox sea únicamente mediante invitación y destilando los pases como si fueran néctar. ¿Lo llegará a ser algún día? Un servidor apuesta por que estamos ante el futuro de Gmail, y no sólo en dispositivos móviles. Ahora bien, estaría genial que Google no limitara su uso a su propio servicio de correo y pudieras configurar cualquier cuenta. Algo poco probable, dicho sea de paso, si nos atenemos a lo visto hasta la fecha con Gmail.