En muchísimas ocasiones hemos hablado de la impresión 3D como algo maravilloso, práctico, de mucha utilidad y muchísimas posibilidades. La impresión 3D comienza a ser parte del mundo de la tecnología en forma masiva; no solo cualquiera puede tener una impresora 3D (comprada en una tienda o incluso hecha en casa), sino que también está siendo parte del desarrollo de nuevas aplicaciones para la medicina (educación a futuros profesionales y hasta prótesis, tecnologías de uso espacial y pare de contar.
Pero al tener la posibilidad de imprimir casi cualquier producto o diseño, no solo está siendo usado para propósitos más casuales como hacer fundas para móviles personalizadas o incluso instrumentos musicales, sino también para crear armas.
En teoría, cualquiera que posea una impresora 3D puede "imprimir un arma". Esa es una idea difícil de asimilar que poco a poco supone un verdadero riesgo para la seguridad. Un arma hecha de plástico y que se arme en cualquier momento, es un peligro para cualquier aeropuerto o vuelo, dado que no activa las alarmas de los detectores de metales, por lo que nuevas medidas de seguridad deben tomarse.
Hace poco más de un año fue presentada la primera arma creada usando impresión 3D del mundo, y desde entonces los modelos han evolucionado y se han perfeccionado mucho más. Puede que no sean armas 100% equiparables a una de metal, tradicional, pero sin duda que en muchos pueden ocasionar daños, huridas y técnicamente hasta la muerte de un individuo.
En diferentes comunidades dedicadas al software libre y la impresión 3D se comparten libremente los planos de diseño de armas, lo que quiere decir que, aunque no es tan fácil como creerías, en teoría cualquiera que posea una impresora 3D puede descargar uno de estos planos, imprimir las partes y armar su propia pistola de plástico, funcional.
Existen muchas limitaciones aún, como que no son completamente independientes del metal, pero como mencionan algunos de los entusiastas de las armas en 3D (sí, existen) esta tecnología ha evolucionado muchísimo en el último año, por lo que no nos extrañe que en 2 o 5 años veamos demostraciones de rifles reales hechos con una impresora 3D en casa.
Así que, aunque la impresión 3D es algo maravilloso, las armas creadas usando esta técnica y tecnología podrían ser pronto un peligro real para la seguridad. Porque en muchos países existen limitaciones para comprar armas, como en Reino Unido o en Venezuela, dado que en este último desde hace algunos años no existe forma legal de comprar un arma, ni armerías; las armas de fuego han sido prohibidas de forma absoluta para los ciudadanos comunes.
Pero con las armas en 3D el problema va un poco más allá. Sin ánimos de caer en la eterna pelea o debate de si es cierto o no que "las armas no matan personas, son las personas las que matan a otras personas", ni el debate en pro o en contra de las armas, el detalle más importante en este caso es el simple hecho de que los diseños estén disponibles para todos, de la libertad y, en teoría, facilidad que podría tener cualquier persona de hacerse su propia arma de fuego.
Es un tema delicado que apenas está comenzando a surgir, pero tomando en cuenta los cambios y avances que se han visto en el mundo de las armas 3D durante apenas los últimos 12 meses, los gobiernos y entes de seguridad seguramente están poniendo un ojo en el asunto.
Ningún arma, de metal, plástico o ningún tipo, es un juguete.