Truvada es el nombre de este medicamento que ha demostrado en ser efectivo para prevenir el VIH aún en situaciones de riesgo. Ayuda a reducir las tasas de infección en más de 90%. Ahora se encuentra en el foco de atención ya que el gobierno de Estados Unidos recomendó a los médicos prescribir esta droga a sus pacientes en riesgo de adquirir el virus y no solo a los hombres homosexuales.

El tratamiento llamado PrEP (Profilaxis pre-exposición) consta de una toma diaria de Truvada, su costo es de poco más de 1,000 dólares al mes. Sin embargo la mayoría de las aseguradoras en Estados Unidos lo cubren y se recomienda usar en las personas con alto riesgo de contagio. Incluso se puede usar por periodos de exposición y hacer pausas si la actividad sexual es “segura”.

Distintas posturas

Mientras que para algunas personas puede ser un medicamento “milagroso”, basta mencionar que es una medicina preventiva no una cura. Se dice entonces que sólo una vacuna sería lo verdaderamente efectivo.

Como ocurre con los temas de salud ligados al aspecto sexual se alzan distintas voces porque se cree que esta clase de tratamientos “incitan” a la población al sexo sin cuidados y eso parece ser un punto de vista interesante en el sentido de que si bien previene el VIH no lo hace con el resto de las ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual) ya que para esta es necesario el uso del condón o las recomendaciones tradicionales de sexo seguro.

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Otra vertiente del tema es el alcance social al que se puede aspirar y es que si bien el tratamiento ha demostrado su efectividad en la prevención, los grupos de riesgo, sobre todo los más marginados y que presentan altos índices de infección del VIH, el llegar a ellos es complejo y además que mantengan el régimen de una píldora diaria.

A pesar de todas estas impresiones lo que parece seguro, hasta ahora, son los resultados con ésta píldora. Pareciera por momentos que la forma en como se aborda el tema del VIH ha decaído su impacto en la última década porque el manejo de la información es distinta y tal vez la apertura social. Sin embargo es un tema de salud pública real, no solo para Estados Unidos, y cabe estar atentos a tratamientos efectivos como este.