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Este año ha sido muy interesante para el mundo de los servicios de música en streaming. El número de usuarios que usan estas plataformas no ha hecho más que crecer y las compañías se han expandido hacia los principales mercados musicales (Estados Unidos, Europa y países como Japón o México). Quizá sea demasiado pronto para afirmar que se trata de una etapa de consagración del streaming musical, pero, desde luego, la tendencia del lado de los usuarios es seguir escuchando música cada vez más en uno de estos servicios.

Sin embargo, llegamos al mes de diciembre y toca hacer balance. Es la época de las listas, de los resúmenes, de lo mejor y de lo peor del año. Trasladado a la música, se traduce en qué artistas y qué discos han sido los más escuchados, entre otras cosas. Spotify dio el primer paso hace unos días mostrando su informe 2013, en el que, aparte de dar cifras de usuarios, playlists y música disponible, mostraba Tops de artistas, discos y canciones tanto a escala global como por país. Echemos un vistazo a los 5 temas más escuchadas a nivel internacional según Spotify:

  1. Macklemore & Ryan Lewis - "Can't Hold Us (con Ray Dalton)"
  2. Avicii - "Wake Me Up"
  3. Macklemore & Ryan Lewis - "Thrift Shop (con Wanz)"
  4. Daft Punk - "Get Lucky"
  5. Imagine Dragons - "Radioactive"

Ahora miremos la lista de los 40 singles más vendidos del año (sin contar lo que queda de diciembre). Sí, en los primeros puestos están justo esas cinco canciones.

Recomiendo que cada uno haga esta misma consulta pero observando las variantes de su respectivo país. Por ejemplo, en mi caso voy a mirar España y las artistas más escuchados de 2013:

  1. Melendi
  2. Pablo Alborán
  3. Bruno Mars
  4. Macklemore & Ryan Lewis
  5. Rihanna

Todavía no hay datos oficiales que lo confirmen, pero os puedo asegurar que esos cinco nombres estarán en los primeros puestos de lo más vendido del año. Y estoy casi convencido de que sucederá lo mismo en todos los países de mundo. Es decir, existe una relación directa entre lo más escuchado en streaming y lo más vendido. Existe una relación directa entre lo más escuchado en streaming y lo más vendido

Uno puede pensar que es normal, que el sentido y el éxito de la música mainstream radica en un volumen gigante de escuchas que se traduzcan en ventas (sea comprando un disco, una canción, una entrada para un concierto o una camiseta), pero es que llevamos discutiendo ya unos años que hace falta un cambio en el modelo de negocio de la industria musical, que la gente consume música de una manera distinta a cómo lo hacía antes y que, en ese contexto, los servicios como Spotify, Pandora o Deezer pueden desempeñar un papel fundamental. Son la alternativa, decíamos, la solución para sacar a las discográficas del juego y que los artistas no tengan que depender de ellas y de sus contratos abusivos. La manera en la que dejaríamos de pagar 20 euros/dólares por un disco y, por tanto, el fin de la piratería. ¡El streaming es la salvación!

Pero no, amigos, no ha cambiado nada en el negocio. Las discográficas siguen teniendo la sartén por el mango y los grandes artistas siguen siendo igual de grandes. Aquí es cuando podríamos mencionar los ejemplos exitosos de crowdfunding musical, las ventanas de comercialización y distribución que abrieron Bandcamp o SoundCloud, o la cantidad de grupos que hemos descubierto gracias a la recomendación de nuestro servicio de streaming favorito. También podríamos citar la nada despreciable labor de conseguir que la gente descargue menos música y que incluso pague por ella una suscripción mensual o los cientos de millones de dólares pagados a las discográficas en royalties. Pero todo esto no cambia el hecho de que la industria musical siga funcionando prácticamente igual que hace 15 años, con la diferencia de que cabe la posibilidad de que nazcan estrellas de fenómenos virales (PSY, por ejemplo), que luego acabarán en el catálogo de Universal, Sony o Warner.

¿Dónde queda el descubrimiento musical?

Que si discovery, que si radio personalizada, que si aplicaciones que generan playlists automáticas... Los servicios musicales de streaming se han posicionado este año en el descubrimiento y la recomendación musical. El mensaje ha sido muy claro: no sólo servimos para escuchar la música que quieras, sino que además te vamos a mostrar otras bandas que podrían gustarte. Yo mismo valoro mucho esta iniciativa y creo que es una apuesta inteligente para que el streaming tenga futuro a medio y largo plazo (si me recomiendas más música que escuchar, voy a seguir utilizando tu servicio), pero si a final de año las listas de grandes éxitos son réplicas de las radiofórmulas y del mainstream, ¿dónde queda el descubrimiento musical? No hay realmente una apuesta por el descubrimiento musical

Es un problema de planteamiento. En primer lugar, no toda la gente quiere descubrir música nueva; quiere escuchar lo que ya conoce porque sabe que le gusta. Por otro lado, están los usuarios dentro del público mayoritario que aceptan cierto grado de 'descubrimiento' (es decir, a los que no les importa descubrir música nueva) y luego están los consumidores de nicho, o aquellas personas que entrarían dentro de la larga cola de Chris Anderson. Según esta teoría estadística, el 80% de los beneficios de una industria se generan gracias al 20% de los productos disponibles, que es el negocio en el que están desde siempre las discográficas: crean grandes estrellas que gusten a millones de personas. Teóricamente, si hacemos caso al posicionamiento de descubrimiento de los servicios musicales de streaming, podríamos deducir que se situarían en el lado contrario, en ese 80% de productos restantes. Pero ya hemos visto que no es así porque gran parte de los usuarios que consumen música en streaming escuchan lo mismo que les interesa a las principales disqueras.

Está claro que los servicios de música en streaming tienen que sustentarse en catálogos de grandes artistas para atraer usuarios, pero está habiendo un problema con lo que se hace después con esos usuarios. Cuando Deezer me manda notificaciones de un álbum que está siendo muy popular, no se molesta ni tan siquiera en comprobar si lo he escuchado alguna vez o si me podría gustar (sabe lo que escucho y en qué categorías está, así que no sería tarea complicada). Y ése es el problema, que no se aprovechan los datos de los usuarios para recomendarle música porque no existe realmente una apuesta por el descubrimiento musical. Es un complemento a la actividad primaria que se ofrece: escuchar música. Si fuera de otro modo, se habría hecho un esfuerzo para que las listas de lo más escuchado del año fueran distintas o, por ejemplo, se habría hecho una selección de artistas de un nicho concreto que han triunfado en los últimos meses. Habría una 'curación' real.

Pero no, el streaming musical de hoy es sólo un sistema de retroalimentación de la industria discográfica. No es una alternativa, es una herramienta más para seguir manteniendo el mismo modelo de negocio. ¿Podría ser distinto? Sí, otra cosa es que alguien tenga el valor de apostar por ello.

5 respuestas a “¿Está el streaming cambiando algo la industria musical?”