En el mundo de la medicina regenerativa, dos tecnologías han copado buena parte de los titulares este año: la utilización de células madre, por un lado, y por otro, la impresión 3D, que a día de hoy es vista como una tecnología interesante en el campo biomédico.
La utilización de células madre para generar primordios de órganos artificiales ha sido utilizada principalmente desde la investigación pública. Son varios los trabajos científicos que han optado por esta vía, como el proyecto que consiguió yemas de hígado el pasado mes de julio, mediante el uso de células madre de tipo iPS. Otras iniciativas han permitido la fabricación de organoides cerebrales que abrirían el camino hacia los **minicerebros in vitro.
La impresión 3D** es la otra gran apuesta, en la que el sector privado y algunos grupos de investigación públicos han centrado sus esfuerzos. En este segundo caso, hace unos días os contábamos los espectaculares resultados de unos científicos de la Universidad de Cambridge, que habían logrado imprimir células ganglionares de la retina y células de la glía.Las células madre y la impresión 3D prometen revolucionar la medicina
Su éxito permitía que pudiéramos soñar con que algún día la impresión 3D pudiera ser usada en la regeneración de estructuras visuales dañadas por alguna enfermedad o accidente. Aunque no podemos decir todavía que las impresoras 3D servirían para curar la ceguera, lo cierto es que sus aplicaciones en medicina regenerativa son cada día más evidentes.
Dentro del sector privado, hay una compañía que destaca especialmente por el uso de la impresión 3D en biomedicina. Se trata de Organovo, una empresa fundada en 2003 a partir de los resultados de investigación del Dr. Thomas Boland en la Clemson University de Estados Unidos. Sus pioneros trabajos contaron con el apoyo de otras entidades académicas, como la University of Missouri o los propios Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Kaibara87 (Wikimedia)Su apuesta más fuerte para 2014 tratará de conseguir el primer hígado artificial fabricado mediante la impresión 3D. Aunque arriesgada, esta promesa podría revolucionar la biomedicina por completo. Motivos no le faltan. El pasado mes de octubre la compañía estadounidense anunció que había conseguido imprimir tejidos hepáticos, que habían presentado una actividad normal durante 40 días. Estos cultivos tridimensionales también respondían de manera fisiológica a determinados fármacos.
Organovo ha conseguido optimizar un sistema vascular mediante impresión 3D
Por desgracia, contar con un cultivo hepático tridimensional no es lo mismo que construir un hígado artificial mediante impresión 3D. Para lograr realmente un órgano funcional, necesitamos también acoplar de alguna manera estructuras similares a vasos (arterias y venas), que pudieran mimetizar el riego sanguíneo que recibe un hígado de forma normal en nuestro organismo.
Organovo ha anunciado que ya es capaz de construir un auténtico sistema vascular mediante impresión 3D, noticia que facilitaría la llegada de un hígado artificial el próximo año. Una noticia excelente para la investigación biomédica, que ve en esta puntera tecnología una posible solución para los problemas de abastecimiento de órganos de trasplantes o incluso para la reparación de tejidos dañados tras una enfermedad o accidente.