Para febrero de 1940, había pocas dudas que Lo que el viento se llevó, de Victor Fleming, se convertiría en la gran triunfadora de la 12.ª edición de los premios Oscar de la Academia. Después de todo, la cinta, con sus casi cuatro horas de duración, un elenco de estrellas y un apartado cinematográfico ambicioso, había conquistado a la crítica y al público. Mucho más, marcaba el inicio de una época de producciones épicas en Hollywood, destinadas a transformar cada gremio de la producción cinematográfica, en una industria pujante y cada vez más robusta.
De modo que la entrega del Oscar, sería el punto más alto en la estela de éxitos que dejaba a su paso la película. Por ese motivo, cuando en la edición especial del 29 de febrero de 1940, el periódico Los Angeles Times publicó los resultados con casi una hora de adelante, hubo un profundo pesar en la Academia. Aunque por la época el secretismo alrededor de los ganadores no era la norma, el hecho que el periódico vendiera todo un tiraje con los nombres de los ganadores causó malestar. En especial, porque la ceremonia sería la primera televisada y, se esperaba, fuera un éxito de audiencia.
Así que desde entonces, la Academia se tomó en serio la seguridad de los resultados. Algo que incluyó contratar a una agencia de auditoría para desarrollar un protocolo de votación y protección de resultados. Que, es por cierto, casi la misma que tiene en la actualidad el galardón. ¿Un dato curioso? Una de las peticiones de la organización es que el anuncio de los ganadores debía de hacerse mediante una papeleta. Una imagen que se ha convertido en icónica de los premios y uno de los aspectos más curiosos y distintivos de la ceremonia.
Claro está, no es el único suceso peculiar en la historia de los premios. Para demostrarlo, te dejamos 10 curiosidades sobre el Oscar que te sorprenderán. Desde la ocasión en que un actor fue nominado por el mismo papel en dos rubros distintos — y que ocasionó un cambio en las normas internas — hasta la película de ciencia ficción descalificada por ‘tramposa’. Todo un recorrido por la historia del cine y en especial, el impacto del galardón más importante de la industria en la cultura pop.
El actor nominado dos veces por el mismo papel en la misma película
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El 15 de marzo de 1945, la 17.ª edición de los Premios de la Academia celebró el éxito de una de las grandes películas del año. Siguiendo mi camino de Leo McCarey se había convertido en la gran favorita de la noche. Eso, al obtener 10 nominaciones al galardón, lo que incluía mejor película. Pero también, un extraño gazapo que terminó por empañar la ceremonia. Se trató de la doble nominación de Barry Fitzgerald a mejor actor principal y de reparto, ambas por su interpretación del querido Padre Fitzgibbon.
Al final, logró alzarse con la estatuilla como mejor actor de reparto, pero el malestar era obvio. La prensa comentó que había tenido el doble de ventajas que cualquier otro participante. En adelante, la Academia se ocupó de revisar el proceso de selección y dedicó casi seis meses, a definir cada rubro. Un paso adelante en la estructura del premio.
Un cameo para la historia
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En 1976, Network de Sidney Lumet, lideraba la carrera para obtener el mayor número de premios en la ceremonia de los Oscar. Pero lo que nadie podía suponer, es que uno de los galardones que obtendría, haría historia en el mundo del cine. Eso, cuando la actriz Beatrice Straight resultó nominada — y luego obtuvo el reconocimiento — por apenas cinco minutos de actuación en la cinta.
Se trató de uno de los tantos monólogos memorables del argumento. Durante la secuencia, su personaje intenta enfrentar la infidelidad de su marido Max Schumacher (William Holden). Por lo que muestra a la actriz en un intenso primer plano de llanto y profunda angustia.
La película prohibida que ganó el Oscar
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En la 42.ª edición de los Premios Óscar se llevó a cabo el 7 de abril de 1970, Cowboy de medianoche se alzó con la estatuilla a mejor película. Lo que marcó un hito en el cine contemporáneo. ¿La razón? Que su clasificación X la había relegado al estrecho margen de las películas para adultos y por lo tanto, difícilmente merecedoras de un Oscar.
Pero la producción, que tocaba temas como la prostitución masculina, la homosexualidad y la segregación, impactó al público y a la crítica. Algo que se convirtió en un escenario propicio para convertirse en la primera película de la historia de la Academia que rompía una serie de tabús sobre temática y puntos de vista culturales.
Un récord para la música
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El compositor John Williams ha sido nominado en 54 ocasiones a los premios Oscar. Una cifra que le convierte en el artista vivo con mayor cantidad de nominaciones a título personal. Lo que incluye, sus composiciones por Anatevka, Tiburón, La guerra de las galaxias, E.T. y La lista de Schindler.
Además de la multipremiación, el músico es famoso por componer letra, arreglos y partituras de cada una de las bandas sonoras en las que participa. Una versatilidad que le convierte en uno de los artistas más completos, queridos e importantes del cine contemporáneo.
Una chica muy joven con un Oscar entre las manos
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En 1974, la actriz Tatum O’ Neal ganó el premio Oscar por su actuación en Luna de papel. Tenía apenas diez años y era su primera actuación. Algo que la convirtió en toda una rareza en Hollywood y, también, la llevó a formar parte de la historia curiosa del premio. Hasta ahora, es la persona más joven en haber obtenido la estatuilla.
Un hecho que también hizo que las normas internas de la Academia se modificaran para aceptar la candidatura de actores con más de ocho años, edad límite para ser considerados como contenedores.
Esas tramposas papeletas
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Varios de los momentos más complicados en los premios Oscar han ocurrido por errores disparatados al anunciar a los ganadores. Es el caso de Sammy Davis Jr., que en 1964 tenía la responsabilidad de anunciar el premio a mejor banda sonora. Un poco ebrio y entre bromas, el comediante anunció a John Addison. ¿El inconveniente? Que el verdadero ganador era Andre Previn.
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En medio de la confusión, un encargado de auditoría logró corregir el error y finalmente, el actor anunció el verdadero resultado. Con todo, fue un momento lo suficientemente incómodo como para instaurar en adelante el protocolo de dos sobres con el nombre del ganador. De modo que tanto el encargado de anunciar el premio, como su acompañante sobre el escenario, poseen cada uno un sobre.
Una hazaña para una directora
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En 2010, la directora Kathryn Bigelow pasó a la historia del cine por ser la primera mujer en obtener una estatuilla como mejor directora. Treinta y tres años después que Lina Wertmüller se convirtiera en la primera mujer en ser nominada al galardón en 1977 por su trabajo en Pasqualino Settebellezze.
¿Un dato curioso? La obra de Bigelow, The Hurt Locker, ganó a la favorita de la noche Avatar, de James Cameron. Este último, el ex esposo de la directora y cuyo divorcio, en medio de rumores sobre una batalla en tribunales, desconcertó a Hollywood por dos años.
Esos momentos incómodos sobre el escenario
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Hasta ahora, cinco figuras han rechazado aceptar el premio Oscar durante la noche de premiación. En 1971, George C. Scott lo hizo al recibir el Oscar a mejor actor por Patton, al negarse a competir con sus colegas. Al año siguiente, Marlon Brandon se negó a recibir el premio a mejor actor por su actuación en El Padrino y envió en su lugar a la activista Sacheen Littlefeather.
En 1981, Carol Burnett y Joel Grey, aceptaron el Oscar a mejor actor de reparto de John Gielgud, que declaró no tener interés alguno en la estatuilla. Posteriormente en 2003, Peter O’Toole renunció al Oscar Honorario que se le concedió por considerarlo una “jubilación adelantada”. Pero no todos los que se han negado a recibir el premio son actores. En 1935, Dudley Nichols rechazó el Oscar a mejor guion por El Delator, debido a la guerra de gremios que azotaba Hollywood por entonces.
La mayor cantidad de premios para una sola película
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En casi cien años de historia, pocas películas han logrado las míticas 11 nominaciones en una sola ceremonia. Ben-Hur fue la primera en hacerlo en 1960, seguida por Titanic en 1998 y, finalmente, El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey en 2004. Pero de esas tres, solo esta última ganó todos los Oscar a los que estuvo nominada. Un hito que todavía se mantiene intacto.
Una trampa digital
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En 1982, TRON se convirtió en un hito cinematográfico en efectos especiales. Tanto que, buena parte de la industria de Hollywood, se cuestionó el proceso de rodaje y posproducción. Y aunque estuvo en la lista de corta de nominadas mejores efectos especiales, finalmente se le descalificó.
¿El motivo? La Academia consideró que utilizar decorados e imágenes generadas por computadora como una forma de sustituir la puesta en escena cinematográfica, era hacer trampa. Un debate complicado que llevó a la organización a fundar su propia oficina sobre avances técnicos y designar un grupo de investigadores para situaciones futuras semejantes.