La curiosidad morbosa por la vida de ricos y famosos se ha convertido en el tema central de una buena cantidad de series y películas actuales. White Lotus vuelve con una nueva temporada para complacer ese interés por los excesos de los más acomodados. Sigue siendo una comedia de humor corrosivo sobre el privilegio, la infidelidad, el sexo y la naturaleza del deseo erótico, pero también un tremendo melodrama. Uno, que además, pasa la mayor parte del tiempo explorando en las relaciones — la mayoría ilícitas o a punto de serlo — de sus personajes. El resultado de esa extrañísima mezcla explota en una tercera temporada que está a un nivel muy por encima, y demuestra que la producción todavía tiene mucho que ofrecer. 

La serie, creada y escrita por Mike White, comienza otra vez en un destino paradisíaco, en el que un grupo de atractivos, hedonistas e inmorales protagonistas, pasarán sus vacaciones. Esta vez, luego de mostrar las delicias de Hawái y después de Italia, el argumento se traslada a Tailandia. Una decisión que favorece la sensación constante de la historia de un paraíso idílico muy cerca de la corrupción. Uno en el que sus glamorosos personajes apenas necesitan un empujón para caer en los lugares más abyectos de sus vicios o peores instintos. 

Por lo que White Lotus, toma el escenario exótico plantear la idea de los excesos. La de unas vacaciones que no sean solo físicas en un lugar alejado de todo y todos, que ofrezca la oportunidad de sacar a la luz la parte más oculta de sus protas. En otras palabras, una invitación a romper las máscaras de los roles y disfrutar de la felicidad del desenfreno, al menos por algún tiempo. Una perspectiva interesante que permite que la tercera temporada de la producción eleve la apuesta de su premisa para hacerla más compleja.

Para demostrarlo, te dejamos tres razones para ver la nueva de White Lotus y engancharte Con una fórmula intrigante para contar su historia, un uso ingenioso de una localización enigmática y unos personajes ricos en matices y contradicciones. Nada falta en esta cita para los amantes del placer pecaminoso de ver cómo la vida lujosa que anhelan, puede ser mucho más retorcida de lo que imaginan.

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La misma fórmula, mejor planteada

The White Lotus

Si ya viste alguna las de las temporadas anteriores de White Lotus, sabes como va el tema. La serie suele empezar con el final de los que parecían unas vacaciones de ensueño que acaban muy mal. Tanto como para que todo el peso de la trama dependa en mayor o menor medida de la capacidad de ese misterio y a menudo sangriento para mantener la atención del público. Algo que la serie logró tanto en la temporada uno como en la siguiente, mostrando un crimen y sus consecuencias, para luego, retroceder en el tiempo y descubrir al culpable. 

Por lo que, aunque la producción comienza de nuevo con una escena inicial en la que se escuchan disparos y se anuncia un homicidio, en esta ocasión la fórmula se hace más intrigante. Lo hace al mostrar que, lo que sea que haya ocurrido, fue a la vista de todos y, además, no habrá manera de ocultarlo o disimularlo. También, es una introducción más corta, precisa y que deja mucho a la imaginación.

En particular, porque apenas explica qué ocurre en realidad o quienes están presentes en medio del dilema, antes que la trama vuelva a la semana previa para contar, ahora sí, la historia de temporada. Un recurso de impacto que separa a la nueva entrega de las anteriores y anuncia que su temporada será más complicada que antes.

Un paisaje remoto para contar un relato original

The White Lotus

Como viene siendo tradición, White Lotus utiliza su localización de temporada para brindar personalidad y un punto de vista renovado a la producción. Pero en esta ocasión, Tailandia, con todo su aire de territorio de leyenda y legendaria belleza, es mucho más que solo playas asombrosas o castillos sofisticados. Buena parte del impacto de los nuevos capítulos de la serie se debe a la forma en que, ahora, el argumento, explora en sus misterios, utilizando el paisaje como parte central para hacerlo, antes que solo un escenario. 

De las dificultades del idioma, la religión, las creencias e incluso, las dificultades para comunicarse más allá del complejo hotelero. La producción brinda una especial atención a cómo el país asiático se transforma en una silenciosa presencia. Y lo hace en cada ocasión en que los personajes deben tratar de resolver sus distintos conflictos y, a la vez, enfrentarse a un lugar muy lejos de sus costumbres y conocimientos.

También, la nueva entrega de White Lotus juega con la idea del aislamiento más que ninguna otra. Lo que permite a varios los temas de temporada — como los vicios y obsesiones de los huéspedes son una trampa mortal —, volverse más interesantes y densos. Todo combinado con un hábil guion que conecta el comportamiento de sus personajes con el hermoso paisaje que les rodea para influir en ellos. 

Nuevos personajes deliciosos en una serie siniestra

The White Lotus

La ausencia de la actriz Jennifer Coolidge es notoria y White Lotus no lo disimula. Por lo que ofrece toda una nueva variedad de personajes que resultan atractivos en toda su rareza, decadencia y sofisticación. A un lado, se encuentra la familia Ratcliff de Carolina del Norte, formada por el ejecutivo Timothy (Jason Isaacs), su esposa Victoria (Parker Posey), que padece una grave adicción a las benzodiazepinas; la pareja tiene un hijo mayor Saxon (Patrick Schwarzenegger) y una chica pequeña Piper (Sarah Catherine Hook), una tesista en busca de inspiración para completar su trabajo de grado. Después está Lochlan (Sam Nivola), su silencioso hijo menor y un extraño personaje al que la serie presta especial atención.

Por último está Rick (Walton Goggins) y su mucho más joven novia, Chelsea (Aimee Lou Wood). Al grupo lo completa una actriz de televisión en horas bajas, Jaclyn (Michelle Monaghan), que llega junto a sus dos amigas de la infancia, Kate (Leslie Bibb) y Laurie (Carrie Coon). Todos los personajes están pensados y desarrollados de manera tan brillante que, cuando comienzan a interactuar entre sí, es evidente que el guion se beneficia entre la química y la complicidad instantánea. 

La tercera temporada de White Lotus, no solo no decepciona. Renueva su estilo singular para hacerse más tensa y, en especial, más complicada a medida que su trama se vuelve emocional y erótica. Un deleite para fanáticos que demuestra que la producción — que ya fue renovada para una cuarta temporada — tiene todavía mucho que contar.