Los dos hemisferios de Lucca no es sencilla de ver. Mucho de la historia, basada en la vida de la escritora Bárbara Anderson, explora el dolor. El físico, al mostrar la vida cotidiana de un niño con una grave discapacidad cerebral desde el momento de su nacimiento. Pero también, el emocional. Un punto en el que la cinta de Mariana Chenillo, hace particular énfasis. Entre ambas cosas, la película, que relata el largo y duro trayecto de una familia para lograr una segunda oportunidad para su hijo desahuciado, indaga en la idea del sacrificio. Pero evita lugares comunes y se enfoca mucho más en la esperanza.
Por lo que la nueva producción de Netflix, no es un drama sensiblero. En realidad, es un cuidadoso alegato acerca de la precariedad para obtener tratamientos médicos, además del enorme obstáculo que puede ser la burocracia en cualquiera de sus formas. El argumento, escrito por Javier Peñalosa y la propia Mariana Chenillo, está más preocupado por la idea de la capacidad de luchar contra el sistema. Algo que, en el caso de la familia Anderson, tiene una directa relación con la supervivencia de Lucca.
Paso a paso, Los dos hemisferios de Lucca, desarrolla su idea acerca de cómo un problema físico de gravedad, no es solo un cuadro médico. Que lo es y lo suficientemente grave como para resultar desalentador. También, es un reto para todos los parientes que rodean al paciente. Uno de los giros más interesantes del guion, es precisamente brindar atención e interés a la figura del cuidador. Eso, al valorar la lucha cotidiana contra los pequeños retos de atender y sostener a un enfermo de gravedad. Un elemento que convierte a la cinta en una reflexión acerca del sacrificio, el amor e incluso, la maternidad.
Un duro relato de la salud y la supervivencia
![](https://i0.wp.com/imgs.hipertextual.com/wp-content/uploads/2025/02/Los-dos-hemisferios-de-Luca-Hipertextual-2309.jpg?resize=780%2C540&quality=70&strip=all&ssl=1)
La cinta — basada en el libro del mismo nombre de Bárbara Anderson — comienza por brindar contexto a lo que ocurrirá después. Una decisión interesante que permite plantear la idea acerca de los problemas y puntos confusos que suelen rodear a un cuadro de salud crítico. Por lo que muestra a Bárbara (Bárbara Mori), mientras se encuentra a punto de dar a luz. Se trata de un momento caótico, en que el personaje junto a su esposo Andrés (Juan Pablo Medina), parecen encontrarse desbordados en medio del suceso.
La sensación de desorden no implica solo a la pareja. De hecho, la trama deja claro que todo a su alrededor parece ser poco claro. De las enfermeras que insisten en que Bárbara llega antes de lo debido al hospital — a pesar de que se encuentra visiblemente dolorida — a la posterior premura del parto en sí.
Lo cierto es que la cinta es cuidadosa al plantear su situación. En particular, cuando explora en su conflicto más duro: parte de esa atmósfera descontrolada, provoca una situación impensable. En medio del momento más angustioso del parto, Bárbara termina por desmayarse. Lo que complica el nacimiento de Lucca y le provoca una gravísima lesión cerebral.
Un tema complicado tocado con inteligencia
![](https://i0.wp.com/imgs.hipertextual.com/wp-content/uploads/2025/02/Los-dos-hemisferios-de-Lucca-23-1500x1038.jpg?resize=780%2C540&quality=70&strip=all&ssl=1)
Buena parte del éxito de la película, radica en su capacidad de ser honesta y frontal al mostrar todo lo que rodea a Lucca. El bebé, que logra sobrevivir a un coma inducido, es incapaz de hacer movimiento alguno o tener cualquier evolución sensorial. Un diagnóstico que resulta demoledor, pero no desalienta a sus padres al intentar brindarle la mejor vida posible en sus condiciones. Los dos hemisferios de Lucca, evita ser manipuladora o crear la sensación del mártir necesario. En lugar de eso, se concentra en la capacidad de la familia Anderson para apoyarse unos a otros.
En específico, cuando es evidente que el pequeño, necesitará en cada momento de su vida un tipo de protección abnegada que Bárbara le dedica por completo. A pesar de eso, no deja de creer que puede encontrar una forma de aliviar el dolor de Lucca o, al menos, mejorar sus posibilidades de progresivamente mejorar.
![](https://i0.wp.com/imgs.hipertextual.com/wp-content/uploads/2025/02/Los-dos-hemisferios-de-Lucca-Barbara-1500x844.jpg?resize=780%2C439&quality=70&strip=all&ssl=1)
La trama analiza la cuestión acerca del esfuerzo conjunto por un objetivo sensible. Por lo que se aleja del tópico de la madre coraje o el esfuerzo ciego y doloroso. Antes que eso, Bárbara es mucho más un espíritu valeroso, que no abandona la esperanza de facilitar, en la medida de sus capacidades, la vida de su hijo y su complicado diagnóstico.
Un tratamiento milagroso para Lucca
![](https://i0.wp.com/imgs.hipertextual.com/wp-content/uploads/2025/02/Los-dos-hemisferios-de-Lucca-Hipertextual-1500x1038.jpg?resize=780%2C540&quality=70&strip=all&ssl=1)
Claro está, el giro más emocionante de la cinta, llega cuando Bárbara se tropieza, en un accidente afortunado, con la posibilidad de un tratamiento pionero. De nuevo, la cinta tiene mucho cuidado en plantear la situación. De modo que no lo presenta como un milagro, sino en realidad, un prodigio científico al alcance de unos pocos. Y no solo por el elemento monetario — que la trama no disimula ni cuya importancia disminuye — sino por la infinita red de obstáculos sistémicos que rodean al tratamiento.
Los dos hemisferios de Lucca es precisa al plantear, la forma en que muchas veces, la práctica de la medicina se ve entorpecida por dilemas mucho más mundanos que solo curar. Un punto de vista que logra que el argumento se aleje de manera conveniente de solo ser un drama angustioso, para ser también una reflexión social. Eso, mientras también dedica tiempo e interés, en profundizar en sus personajes. Tanto Bárbara como Andrés, están conscientes de sus limitaciones y problemas al momento de lograr un tratamiento que podría ser un hito en la vida de Lucca.
Sin embargo, eso no impide que insistan en hacerlo. La película es generosa en momentos privados y en una empática mirada a la vida cotidiana de los Anderson. Lo que permite humanizar la situación que atraviesan y además, llegar a una conclusión que aunque obvia, es profundamente rica. A pesar de todo, la familia es feliz. Y juntos atraviesan el territorio incierto de miedo y las preocupaciones cotidianas. Un mensaje en apariencia sencillo que encuentra sus mejores momentos en su emocionante conclusión. Una de las lecciones más valiosas que la película deja a su paso.