Nuestra lengua es un conjunto de músculos que funcionan de forma rápida y precisa. ¿Por qué no usar la punta de la lengua como puntero y el paladar como superficie cuando no es imposible usar un ratón y una superficie plana? La idea ya es una realidad gracias al trabajo de dos investigadores del MIT.
El dispositivo MouthPad se ha diseñado para ayudar a las personas tetraplejicas o de movilidad reducida a manejar con mayor solvencia sus ordenadores, smartphones y tablets. El paladar actúa como si fuese el touchpad de un ordenador portátil y la lengua actúa como si fuese el dedo índice. Dependiendo del gesto realizado, se puede dar click izquierdo o derecho, y se incluirán más gestos próximamente.
Es invisible para los demás y no es intrusivo, ya que se amolda al paladar de cada usuario, que deberá ejecutar un escáner bucal para que se adapte a su boca. Dentro del mismo hay sensores de presión para detectar cada movimiento y traducirlo a órdenes que el ordenador o la tablet puedan interpretar. Es totalmente inalámbrico y funciona sin requerir la instalación de software adicional en Mac, Windows, Linux, iOS y Android. A todos los efectos, es un ratón Bluetooth. Pero se puede usar sin necesitar las manos.
Así es MouthPad, el ratón de lengua
Al estar fabricado con el mismo material con el que se hacen los alineadores dentales invisibles y contar con un grosor de solo 0,7 mm, Augmental dice que no debería afectar a la dicción del usuario, por lo que puede hablar mientras lo lleva puesto sin que los demás se enteren. Además, permite emplear asistentes de voz, que es uno de los recursos más empleados, junto a este ratón de boca para realizar acciones que, pese a estar a unos pocos píxeles y un clic de distancia, son complicadas de realizar (o imposibles) mediante la voz.
Al contar con una batería tan pequeña, la autonomía es de 5 horas de uso continuado, insuficiente para trabajar durante una jornada laboral completa. Pero se recarga como unos AirPods a través del estuche donde el MouthPad es transportado.
Otro de los posibles inconvenientes podrá ser su precio. Al ser un dispositivo hecho a medida con materiales certificados y no estar producido a gran escala como los ratones y teclados convencionales, su importe podría ser elevado. Cualquier dispositivo médico casi siempre ha de ser subvencionado, pero este método de control podría ser útil también para el resto de usuarios en caso de querer controlar dispositivos sin las manos como unas gafas de realidad virtual o pantallas fuera de su alcance inmediato. Si es cómodo, invisible, no intrusivo y barato, podría alcanzar una base de usuarios interesados importante.
De momento, hay que solicitar entrar en la beta para pedirlo.
La accesibilidad, un tema pendiente
Pese a que la industria persigue nuevos métodos de interacción con las aplicaciones y servicios que más utilizamos, como relojes inteligentes y gafas de realidad virtual, la universalización de los sistemas de información todavía tiene varios escollos que superar. Salvo Apple con Mac y iPhone, gracias a sus funciones de accesibilidad integradas, los usuarios no disponen de métodos de ajuste claros, rápidos y efectivos para controlar su dispositivo sin las manos.
El uso de cámaras para dirigir el cursor con el movimiento de la cabeza suele ser de gran ayuda y efectivo, pero depende de la cámara, la luz de la sala y nunca es invisible para el resto de personas que puedan estar cerca del usuario. Este ratón de lengua no es solo ingenioso, sino que aúna precisión, comodidad e invisibilidad; cuestión que suele pasarse por alto pero de gran importancia y uno de los grandes escollos para la adopción masiva de gafas de realidad aumentada y artificial. ¿Alguien se acuerda de las Google Glass?
Algunas empresas, como Neuralink de Elon Musk pretenden ofrecer a las personas con problemas de movilidad severos una forma de comunicarse con su teléfono más eficiente. El implante capta la intención del usuario y lo traslada al teléfono. Pensamiento y acción unidos sin emplear las manos como mediador. Este es solo el primer paso, pues Musk confía en que Neuralink se pueda utilizar para restaurar la visión o la movilidad de pacientes que sufran parálisis gracias a la manipulación de impulsos eléctricos en el cerebro y la espina dorsal. «No hay limitaciones para gobernar todo nuestro cuerpo al completo».
Sin embargo, es un paso más intrusivo que la idea de estos ingenieros del MIT. Quitar y poner su ratón es como quitarse y ponerse un alineador de dientes invisible.