Pocas comidas y cenas son más especiales que las de la época navideña. La comida de Navidad es una de las más esperadas en las que cada familia tiene su tradición. Puede ser pescado, marisco o carne, pero copiosa será sin duda. Se empieza a notar la expectación en los precios de los alimentos, que en algunos casos llegan a duplicarse por la alta demanda. Todos queremos comer bien ese día. La tradición viene de la religión cristiana y simboliza la celebración del nacimiento de Jesús, a pesar de que se ha ido perdiendo el origen de esta comida o cena en muchas familias españolas. Por eso puede ser chocante pensar que alguien puede celebrar la Navidad con un menú de KFC.
Es uno de los días más importantes del año, aunque en Japón la tradición es completamente distinta. Partamos de la base de que el país asiático no es católico (solamente lo es el 1% de la población) y, por lo tanto, no celebran estas fiestas del mismo modo. Aunque eso no significa que las ciudades no se iluminen con luces navideñas, incluso con espectáculos de luces que denominan "Christmas Illuminations" y que empezaron a popularizarse después de la Segunda Guerra Mundial por la influencia estadounidense.
El impacto de la Navidad no ha llegado para muchos hasta las cocinas de las casas. Es más, el fast food ha conquistado a los japoneses en Navidad. En uno de los países con una de las gastronomías más ricas del mundo, más de 3 millones y medio de familias celebran la Navidad comiendo un menú de KFC su famoso pollo frito, según datos de la BBC. Por impresionante que parezca, se ha convertido en una tradición.
El mejor anuncio de un menú de KFC
El origen de esta extraña celebración -según nuestra percepción de la Navidad- se remonta a una exitosa campaña de publicidad en los años 70. La propia KFC explicó esta campaña empezó después de que un grupo de extranjeros estuviese en Japón durante la Navidad y, a falta de pavo, decidieron comer un menú de KFC. La cadena ya había llegado al país asiático por ese entonces y poco después se lanzó un anuncio con el mensaje "Kentucky para Navidad" ("Kurisumasu ni wa kentakkii!"). Los japoneses se lo tomaron al pie de la letra y hasta hoy se han sumado cada vez más a la tradición de comer pollo frito en Navidad.
El gerente del primer KFC en Japón, Takeshi Okawara, fue la persona detrás de esta campaña, que se inició con la idea de crear un bol específico para las fiestas de Navidad, la llamada Party Barrel. La idea no tardó en popularizarse y se convirtió en una tradición navideña en un país donde la mayoría de la población no tiene unas costumbres tan marcadas como en otras partes del mundo. De hecho, el mes de diciembre es uno de los meses con más ventas diarias y pueden ser hasta 10 veces superiores que en otros períodos del año. Las familias llegan a pedir su menú de KFC con semanas de antelación o incluso hacen cola durante horas para comprar pollo frito en Navidad.
KFC ha informado a Hipertextual que las ventas de la empresa del 19 al 25 de diciembre de 2020 llegaron a los 69 millones de yenes, lo que equivale a más de 538.000 euros. En total, la cadena de comida rápida tiene 1,138 tiendas en el país asiático y el objetivo es llegar a las 1.208 en 2023.
Un menú especial
El bol navideño contiene más que el pollo, también pastel y hasta vino. Hasta se preparan menús exclusivos de Navidad con pollo asado premium relleno de queso y champiñones. La campaña navideña de KFC ha sido todo un éxito a lo largo de todos estos años y las fotos de familias comiendo fast food es un anuncio más que conocido.
La campaña incluso ha vestido de Papá Noel al Coronel Sanders, el empresario que fundó la cadena de restaurantes. El artículo de la BBC apuntó que en un país como Japón donde se valora mucho a las personas mayores, incluir a Sanders vestido de rojo se convirtió también en un símbolo para la fiesta.
La tradición se naturalizó hasta tal punto que Japan Airlines ha servido un menú de KFC en los viajes a ciudades estadounidenses como Los Ángeles y otras europeas como Frankfurt durante la época navideña.
La influencia estadounidense
Más allá de la campaña navideña, el nacimiento de esta tradición japonesa por Navidad se remonta al período de recuperación económica del país asiático después de la Segunda Guerra Mundial. "El poder económico de Japón se estaba disparando... y la gente tenía el dinero para disfrutar de la cultura del consumidor por primera vez", dijo a CNN Ted Bestor, profesor de Antropología Social en la Universidad de Harvard que ha estudiado la comida y la cultura japonesas.
Estados Unidos se convirtió en ese momento en mucho más que una potencia mundial, también en un referente a nivel cultural y social. La apertura de Japón en aquella época vino acompañada de la apertura de franquicias estadounidenses, entre ellas, las de comida rápida. KFC no podía ser menos y en 1970 abrió su primera tienda en el país.
Hasta ahora, la empresa no ha hecho más que crecer, a pesar de que en 2020 las ventas cayeron considerablemente por la crisis del coronavirus. Este año, KFC ha pedido a sus clientes que para evitar las largas colas de cada año -y que incumplen las recomendaciones de distancia social- se hagan los pedidos en línea para recogerlo en la franja horaria que elija el cliente.
En esta parte del mundo, escuchar que una familia cena un bol de pollo frito de KFC llama como mínimo la atención. No pensemos en lo que dirían muchos padres y abuelos si se enteraran. Pero, al final, lo importante de estas fechas es que se reúna toda la familia. Y esa costumbre sí la adoptan en Japón.