El salto del SARS-CoV-2 de animales a humanos nos pilló totalmente desprevenidos. Tanto, que a día de hoy ni siquiera tenemos claro cuál fue el animal que lo contagió por primera vez a una persona. Parece ser que el virus surgió en murciélagos, pero no se sabe con seguridad cuál fue la especie de transición. Y si ocurrió una vez, puede volver a pasar algo similar en el futuro. Por eso, un equipo de científicos de la Universidad de Glasgow ha diseñado un algoritmo de inteligencia artificial, cuyo objetivo es precisamente tratar de predecir estos saltos.
Obviamente, no puede saberse con seguridad. Sin embargo, esperan que con él al menos se puedan tener algunos candidatos a los que prestar especial atención, de cara a prevenir futuras catástrofes.
El procedimiento mediante el cual han programado y capacitado este algoritmo de inteligencia artificial se describe en el estudio que acaban de publicar en PLOS Biology. ¿Pero qué más cuentan en él?
El próximo virus que saltará de animales a humanos
Se calcula que solo una minoría de las 1,67 millones de especies de virus animales que existen es capaz de infectar a los humanos.
Detectarlos a tiempo es muy importante, pues el salto de animales a humanos es un primer encuentro con el patógeno que puede llegar a ser muy peligroso. Al fin y al cabo, salvo que se dé algo conocido como inmunidad cruzada, que ocurre cuando dos virus son muy similares entre sí, generalmente el hecho de que nuestro sistema inmunitario no haya estado nunca expuesto a ellos nos hace muy vulnerables. Y así es como empiezan las epidemias o pandemias de las conocidas como enfermedades zoonóticas; entre las que, por supuesto, se encuentra la COVID-19.
Hay muchísimos factores que influyen en que este salto pueda generarse, pero sin duda entre ellos destacan los relacionados con el genoma del virus. Y es aquí donde estos científicos pensaron que podría resultar eficaz la inteligencia artificial. Solo había que enseñar a la máquina qué rasgos genéticos hacen a un virus susceptible de pasar de animales a humanos. Así, al introducirle una nueva secuencia genética, podría determinar si es un virus que deba preocuparnos.
Inteligencia artificial para reducir la búsqueda
Para desarrollar los modelos de aprendizaje automático en los que se basa esta inteligencia artificial los autores del estudio tomaron un conjunto de datos genéticos de 861 especies de virus, distribuidos en 36 familias.
A continuación, los analizaron, tanto en función de su clasificación biológica, como de su parecido con especies virales que ya se conoce que infectan a humanos. Esto le permite al algoritmo determinar los puntos que se deben detectar al introducir un nuevo genoma.
Al probarlo los resultados fueron bastante prometedores, aunque solo se obtenían lo que se conoce como zoonosis candidatas. Es decir, se señalaban los virus que quizás podrían saltar de animales a humanos, pero teniendo en cuenta que no es algo que vaya a ocurrir con seguridad, pues hay otros factores implicados, que solo podrían analizarse en el laboratorio. Además, la inteligencia artificial no determina el riesgo total, que también dependerá de la capacidad de contagiarse entre humanos, la virulencia del patógeno o incluso las condiciones ecológicas en el momento que se produce la exposición.
En definitiva, todo esto sería un primer paso. Para detectar con mayor seguridad qué virus pueden saltar de animales a humanos se necesitan pruebas de laboratorio exhaustivas y costosas. Por eso, reducir la búsqueda siempre será una buena idea. Y eso es lo que se consigue con esta inteligencia artificial. Por delante de ella sigue quedando mucho camino por andar, pero el primer paso es especialmente importante.