Aunque nació como una supuesta alternativa segura al tabaco, cada vez son más los peligros del vapeo que van saliendo a la luz. La lista se va haciendo más larga, con la publicación de nuevos estudios, más y más preocupantes. Es, por ejemplo, el caso de uno que acaba de publicarse en JAMA Pediatrics, en el que se demuestra que solo 30 minutos de vapeo pueden cuadruplicar los niveles de estrés oxidativo celular. 

Las consecuencias pueden ser muy graves; ya que, aparte de agravar el envejecimiento celular, se aumentaría el riesgo de enfermedades como los trastornos cardiovasculares o el cáncer.

El estudio se llevó a cabo con jóvenes, con edades comprendidas entre los 21 y los 33 años. No eran niños, como cabría esperar del título de la revista en la que se publicó. Sin embargo, los resultados se pueden extrapolar a esos adolescentes que comienzan a vapear, a veces incluso con el permiso de sus padres, creyendo que lo que hacen no pondrá en riesgo su salud. Del mismo modo que en su día se reforzaron las campañas para informar sobre los riesgos del tabaco, quizás va siendo hora de hacer lo mismo con los peligros del vapeo

Muchas ideas equivocadas

A menudo, los defensores del vapeo mantienen su postura asegurando que es un 95% menos dañino que el tabaco. Esta es una afirmación muy extendida. Sin embargo, no goza de evidencias científicas, ya que fue la conclusión de un comité de doce personas, cuya evaluación se llevó a cabo con criterios sesgados.

En cambio, no es difícil encontrar en la literatura científica estudios que señalan peligros del vapeo como un aumento en la probabilidad de contraer enfermedades inflamatorias pulmonares. También puede aumentar la secreción de moco, algo que también ocurre en fumadores convencionales y que puede llevar al desarrollo de enfermedades como la bronquitis. Incluso se ha encontrado una relación con la acumulación de grasa en el hígado. 

Además, en el vapor se han encontrado numerosas sustancias relacionadas con el cáncer, como los carbonilos, el acetaldehído y algunos metales pesados.

Sigue la lista de peligros del vapeo

A todos esos estudios se une este último, realizado por científicos de la UCLA. En él participaron 32 jóvenes, 9 fumadores de cigarrillos convencionales, 12 vapeadores y 11 no fumadores, que sirvieron como grupo control.

Los efectos fueron muy notables en quienes nunca habían fumado

Todos participaron en una sesión de vapeo de 30 minutos, antes y después de la cual se les tomaron muestras de sangre, con el fin de analizar parámetros relacionados con el estrés oxidativo. Esta es una situación de desequilibrio que se da cuando se acumulan en el organismo moléculas muy reactivas, a causa de una última capa con electrones desapareados. Por lo general, los electrones buscan estar apareados, por lo que estas moléculas roban electrones de otras moléculas cercanas, para encontrar esa situación perfecta. Esto quiere decir que las oxidan. Es algo habitual; que, en un justo equilibrio, es necesario para la obtención de energía en las células. Sin embargo, cuando esas moléculas con electrones desapareados, llamadas especies reactivas de oxígeno (ROS), se acumulan, se pueden generar un gran número de efectos perjudiciales sobre el organismo.

En el caso de los participantes del estudio, se vio que aquellos que no eran fumadores previamente mostraron un claro aumento de los niveles de estrés oxidativo. Con solo esos 30 minutos de vapeo llegaron a cuadruplicarse. 

No ocurrió lo mismo con los fumadores y vapeadores habituales. Pero eso no significa que no les afecte, sino simplemente que ya de por sí tenían esos niveles bastante altos.

Por lo tanto, ese primer encuentro de un adolescente con los cigarrillos electrónicos, ya podría pasarle factura. Posiblemente si lo hace solo una vez no pase nada, pero sus células ya habrán sufrido las consecuencias. Y cada vez que lo haga, aunque solo sea un ratito, las volverán a sufrir y se irán acumulando.

¿Cuáles son las causas?

Lo que no tienen claro de momento los autores de este estudio es si los peligros del vapeo proceden de la nicotina o de algún otro componente de los cigarrillos electrónicos.

Es cierto que estos existen con y sin nicotina. Muchos vapeadores defienden que los riesgos solo existen si se añade nicotina al dispositivo. Sin embargo, estos científicos no lo tienen tan claro. Al fin y al cabo, en los cigarrillos convencionales no es la única culpable de los daños que provocan. Y los cigarrillos electrónicos también contienen muchas sustancias nocivas, como los agentes cancerígenos mencionados anteriormente.

Por lo tanto, el siguiente paso de estos investigadores será tratar de discernir cuál o cuáles son los ingredientes responsables de los peligros del vapeo. Lo que está claro es que no es algo inocuo. El mejor dispositivo para fumar es ninguno. Las soluciones intermedias a veces no son buenas y cada vez está más claro que este es un buen ejemplo de ello.