Las mujeres han sido denostadas en la literatura desde el principio de los tiempo. Eva, mujer de Adán, nunca fue igual que su marido ya que nació de su costilla. Pero es que, antes de ella, hubo otra mujer en la vida del primer hombre: Lilith. Y tampoco se la ha tratado bien a lo largo del tiempo, llegando a entrometerse su figura hasta en la literatura y la cultura audiovisual. No obstante, Lilith no es la única mujer denostada en el folclore. Antes de ella hubo otra que es considerada como la culpable de todos los males del mundo: Pandora y su caja. A pesar de ser un regalo envenenado de Zeus, la culpa no es de este dios sino de ella por abrirla. La mujer, siempre culpable. Pero, volviendo a la primera mujer: ¿quién era Lilith? ¿Por qué se la considera la madre de los demonios? ¿Qué imagen nos muestra la ficción de Lilith?
Sabemos que Eva es una pecadora, ya que echaron a los humanos del Edén porque mordió del fruto prohibido, pero antes de ella estuvo Lilith. Esta primera mujer está aún peor considerada, ella abandonó a su marido para marcharse del Edén porque la unión de ambos no la hacía feliz. Lilith, a diferencia de Eva, fue hecha a imagen y semejanza de Dios, como Adán. "Adán y Lilith nunca encontraron la paz juntos, pues cuando él quería acostarse con ella, Lilith consideraba ofensiva la postura recostada que él exigía. "¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba— Yo también fui hecha con polvo, y por consiguiente soy tu igual". Como Adán trató de obligarla a obedecer por la fuerza, Lilith, airada, pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó en el aire y lo abandonó", tal y como explica Robert Graves en Mitos Hebreos.
El hecho de que el nombre de Lilith ni siquiera aparezca en la Biblia intenta restarle más importancia a la verdadera primera mujer. Sin embargo, los hebreos sí que señalan en el Génesis dos momentos en los que se entrevé su existencia, de ahí que forme parte del folclore hebreo. Estos momentos son el versículo 1:27 y el 2:21-23. "Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó", dice el primer versículo. Sin embargo, en el siguiente capítulo del Génesis leemos lo siguiente: "Entonces el Señor Dios echó sobre el hombre un letargo, y el hombre durmió. Le sacó una costilla y creció carne desde dentro. De la costilla que le sacó al hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre. El hombre exclamó: '¡Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Será llamada Hembra, porque del hombre fue tomada'". De esta forma se diferencian dos mujeres: una igual que Adán y otra nacida de él. Lilith y Eva son mujeres, sí, pero mientras una es considerada como una igual, la otra es inferior.
La historia de Lilith no acaba aquí. El folclore hebreo ha hablado de ella a lo largo del tiempo y la ha nombrado madre de todos los demonios: "Adán se quejó a Dios: "Me ha abandonado mi compañera". Inmediatamente Dios envió a los ángeles Senoy, Sansenoy y Semangelof para que llevaran a Lilith de vuelta. La encontraron junto al Mar Rojo, región que abundaba en demonios lascivos, con los cuales dio a luz lilim a razón de más de cien por día", explica Graves. Los lilim son demonios con formas femeninas o, lo que es lo mismo, súcubos. También se relaciona a los hijos de Lilith con los vampiros y otros demonios.
"Hoy día, Lilith es un personaje con varias connotaciones muy interesantes", explica Elena del Pilar Jiménez, ayudante de doctor en la Universidad de Jaén en el artículo académico El mito de Lilith en la literatura y el cine. "Por un lado, el hecho de querernos hacer creer que la primera mujer fuese un demonio nos hace ver cómo, históricamente, se ha tratado siempre de desprestigiar y subyugar a la mujer por parte del hombre. De algún modo, el mensaje que emana de lo estudiado es que la mujer no puede ser igual que el hombre porque se convertiría en demonio, así que ha de crearse de una costilla para justificar su inferioridad con respecto al hombre. Por otro lado, Lilith es todo un símbolo para muchas feministas, que la consideran la primera feminista de la historia y un símbolo de libertad sexual sobre el hombre", comentó Jiménez en su ensayo.
Partiendo de la base de que Lilith es una mujer demoníaca, la literatura y la cultura audiovisual han usado esta figura o a su descendencia con diferentes motivos, pero casi todos para justificar que un personaje sea maligno.
Lilith en la ficción
Series como Las escalofriantes aventuras de Sabrina, True Blood o The Witcher, estrenada el pasado mes de diciembre en Netflix, o películas como El quinto elemento o Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario nombran a Lilith, pero ¿cómo han usado cada una a la verdadera primera mujer, según los hebreos?
En la segunda temporada de Las escalofriantes aventuras de Sabrina (El mundo oculto de Sabrina en latinoamérica), que volverá a Netflix el próximo 24 de enero, averiguamos que el demonio que se apodera del cuerpo de la profesora Wardwell no es otra que Lilith, que desea ser reina del infierno y, al final de la temporada, lo consigue por fin. Esta profesora hace lo imposible para contentar a Lucifer, así que hará que Sabrina se corrompa y cumpla la profecía a la que está destinada. Al principio, Lilith parece dispuesta a hacer lo que sea por reinar junto a Lucifer, después se da cuenta de que la está utilizando y pasará a buscar gobernar sola.
En True Blood sabemos que la religión de la Biblia vampírica afirma que Lilith fue el primer ser creado por Dios, antes de Adán y Eva, hecha a su imagen y semejanza. Por lo que Dios sería también un vampiro y Lilith, la madre y creadora de todos ellos.
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En The Witcher no aparece como tal, pero sí se habla de ella en el primer capítulo de la serie. Renfri es una de las niñas nacidas durante un peculiar eclipse y se cree que está bajo la Maldición del Sol Negro. Una profecía dice que Lilith envió a 60 chicas que nacieron durante o después del eclipse del Sol Negro y que son mutantes que van a acabar con la civilización humana. Renfri es, según el hechicero de Blaviken, una de esas niñas y le pide que la mate, para deshacerse del mal que puede causar a la humanidad, pero también para poder diseccionarla, como ya ha hecho con otras jóvenes. Este capítulo gira en torno a la decisión de Geralt de Rivia sobre si matar a la joven o al hechicero, pero, en realidad, el pobre brujo no tendrá demasiada elección.
En El león, la bruja y el armario, primera película de Las crónicas de Narnia y segundo libro de la saga del mismo nombre escrita por C. S. Lewis, el personaje conocido como la Bruja Blanca (Jadis) es una descendiente de Lilith, por lo que, como ella, es malvada. Jadis engatusará a Edmund Pevensie para que traicione a sus hermanos Peter, Susan y Lucy y se los entregue.
Por último, la imagen que se muestra en El quinto elemento de Lilith es muy distinta a las anteriores, que la pintan como una mala mujer que solo quiere poder, dañar a la humanidad o que ha creado a todos los demonios que habitan en la Tierra. En este caso, la eterna lucha entre el bien y el mal solo la puede ganar uno. El bien necesita del agua, fuego, tierra y aire para ganar, pero, además, también necesitará un quinto elemento: Lilith, que "es tratada como suma perfección (solo eran perfectos Adán y Eva antes de ser expulsados del Edén al ser marcados por el pecado original; por paralelismo, Lilith también debe serlo ya que ella no fue expulsada del paraíso, sino que lo abandonó por propia voluntad)", indica Jiménez. "Es inmortal, bella y tiene unos poderes sobrehumanos", pero además es dueña de su sexualidad. "Lilith es enviada a la Humanidad para salvarla, siendo necesario que sacrifique su inmortalidad para esta empresa", señala.
Esta película francesa de 1997 presentaba a Lilith de una forma mucho menos machista de lo que se hace en la actualidad: "Se puede observar cómo la protagonista recibe un trato alejado del machismo reinante durante siglos en nuestra cultura. No es representada como vampiro ni como ser demoníaco, sino más bien como ángel redentor y fuente de conocimiento que debe sacrificarse para el bien de todos; en definitiva, como ser supremo que no acaba siendo destruido por su propia superioridad ni muta en un ente maligno y depravado", como explica Jiménez.
Está claro que la ficción se fija en el folclore para dar vida o explicar diferentes situaciones. Pero solo en una de ellas, Lilith no es representada como un ser maligno, ¿volveremos a ver algún día a esta mujer fuera de ese prisma machista como en El quinto elemento?