El año pasado Apple introdujo una función que avisa a los dueños de iPhone que si no tiene una batería nueva y genuina, instalada por un experto entrenado por la compañía.
Pero desde su activación ha generado muchas críticas, como si, sea como sea, la batería debe ser oficial, que además son mucho más caras, tanto por el componente como por el costo de mano de obra en centros autorizados de servicio.
De hecho, si el iPhone no es capaz de validar la batería, iOS no muestra datos de carga y estadísticas. Simplemente las esconde. El smartphone necesita detectar la presencia de un microcontrolador que solo técnicos autorizados saben cómo instalar. La ausencia de información ha desatado respuestas sumamente negativas.
Un portavoz de Apple ha enviado un comunicado a The Verge explicando: "nos tomamos muy en serio la seguridad de nuestros consumidores y queremos que el reemplazo de la batería se haga de forma apropiada. El aviso está ahí para proteger a los clientes de componentes averiados, de baja calidad o usados que puede causar mal funcionamiento o problemas de desempeño. La notificación no impacta la capacidad de usar el teléfono después de una reparación no autorizada".
En teoría Apple podría mostrar algún dato más allá del aviso de reemplazo de la batería. Es verdad que el iPhone podría no obtener datos de carga debido a la falta del microcontrolador o la información que recibe es poco exacta.
También es verdad que instalar baterías de terceros, no autorizadas, de dudosa procedencia suele ser una buena receta para el desastre, para dispositivos que se incendian, que dejan de funcionar o que pueden ser directamente muy peligrosos.