"Creo que acabamos de convertirnos en una verdadera compañía de automóviles", decía hace unos horas Elon Musk, CEO de Tesla, en un correo electrónico a sus empleados tras alcanzar la cifra de producción crítica del Model 3: 5.000 unidades en una semana. Una meta que han hecho suya teniendo que efectuar para ello auténticos malabares en una carrera que ha resultado estar llena de obstáculos pero que, finalmente, han conseguido superar sobre la bocina que habría supuesto un nuevo estacazo para la empresa.

Después de varios meses prometiendo llegar a la producción que se había establecido meses atrás y que Musk se vio obligado a postergar varias veces debido a la imposibilidad operativa de las factorías para hacer frente a semejante volumen de trabajo –y que llevó a muchos de los clientes a cancelar sus pedidos–, el mensaje enviado por el mediático CEO está ahora lleno de optimismo y refleja el buen ánimo con el que se afrontan los tiempos que vienen. "¡Lo hicimos! ¡Qué trabajo tan increíble de un equipo increíble! No podría estar más orgulloso de trabajar con vosotros. Es un honor", comenzaba escribiendo el máximo responsable de la compañía.

Tesla Model 3: un dolor de cabeza constante para Elon Musk

¡No solo fabricamos más de 5.000 Model 3, sino que también logramos el objetivo de producción del S y el X para una semana combinada de 7.000 vehículos!

Además, con las mejoras de productividad generalizadas en Tesla y las nuevas líneas de producción, estamos en camino de alcanzar 6.000/semana para el Model 3 el próximo mes.

Se confía, por tanto, en poder no solo mantener el ritmo de producción de cara al futuro, sino también aumentarlo. Esta es ahora la prioridad de una compañía que no puede volver a permitirse bajar de las 5.000 unidades semanales si quiere ver sostenida esa confianza recuperada en lo que queda de año.

Todos o ninguno

Las últimas semanas han sido especialmente intensas para una compañía a la que la soga alrededor del cuello se le cerraba cada vez más. Tras el incumplimiento de los objetivos en diciembre, parecía claro hace unos días que tampoco sería posible alcanzarlos en junio, el segundo plazo establecido. Ayer, día 1 de julio, Musk cantaba victoria a través de su cuenta personal de Twitter tras haber llegado a un momento especialmente ansiado.

"El nivel de dedicación y creatividad fue alucinante. O bien encontramos un camino o, por voluntad e inventiva, creamos soluciones completamente nuevas que se creían imposibles", continuaba en su correo electrónico a los trabajadores de Tesla. "En tiendas de campaña. Transportando líneas de producción completas alrededor de todo el mundo en aviones de carga. Lo que sea. Funcionó".

Musk hace referencia de esta manera a varios de los problemas que han surgido con un Tesla Model 3 cuya producción, como ya adelantábamos con el pedido inicial en 2016, no iba a ser nada fácil. Desde entonces hasta ahora se han experimentando muchos cambios a nivel operativo, quedando marcadas las últimas etapas por el frenético ritmo vivido en las plantas de producción, que han tenido que marchar a unos compases más acelerados para no defraudar a los inversores.

Con Elon Musk poniéndose de manera personal al frente de la producción llegaron los turnos de trabajo intensos en la fábrica de Fremont, que pasó a estar operativa las 24 horas del día y que vivió su punto crítico en el día de ayer, donde todos los empleados fueron emplazados a asistir a la factoría. Un nivel de trabajo que se ha visto aumentado también gracias a una nueva línea de montaje construida en una gigantesca tienda de campaña junto a la planta principal debido a la imposibilidad temporal de esperar a construir un edificio entero desde cero y llegar a los objetivos en junio. Todo ello con una "reestructuración completa" que se tradujo en el despido del 9 % de la plantilla.

Elon Musk fabricará Tesla Model 3 las 24 horas al día para cumplir objetivos

Todo ello para demostrar que, efectivamente, Tesla es capaz de producir 5.000 Model 3 a la semana. Como se mencionaba antes, ahora el objetivo está en ver si pueden mantener el ritmo de producción con el paso del tiempo y, sobre todo, si esta inusitada prisa en las diversas partes del proceso montaje de los vehículos no influye de manera negativa en los mismos y se traduce en fallos o errores derivados de un pobre control de calidad. De manera momentánea o no, en la empresa ya respiran con alivio.

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