La moda nació en Dinamarca hace cuatro años. Por aquel entonces, un grupo de voluntarios comenzó a tejer pulpos de ganchillo para regalárselo a las familias de bebés prematuros. En su opinión, los tentáculos de los peluches de punto guardan una cierta similitud con el cordón umbilical que alimenta a los niños cuando están en el vientre de sus madres. Los defensores de los pulpitos solidarios creen que su forma podría ayudar a los bebés nacidos antes de tiempo durante el tiempo que pasan en las incubadoras.

La popularidad de los peluches de ganchillo aumentó rápidamente cuando los pulpitos fueron promocionados fuera de Dinamarca. En Reino Unido, el Hospital Poole acogió con los brazos abiertos la iniciativa, con la idea de que los juguetes podían reconfortar y calmar a los bebés prematuros. La cadena estadounidense CNN también alabó el proyecto, consultando incluso a una especialista en Neonatología, Valencia Walker, sobre la idoneidad de los pulpitos solidarios. "Nunca podremos replicar por completo la sensación de estar en el útero materno, pero intentamos conseguirlo", dijo la profesora asociada de la Universidad de California.

Pulpitos solidarios, cuando la solidaridad es un riesgo

La introducción de los pulpitos solidarios en la incubadoras ha sido defendida con ahínco por los promotores de esta iniciativa solidaria. Los peluches de ganchillo suponen, a su juicio, un beneficio para los bebés prematuros en base a las supuestas investigaciones realizadas hasta la fecha. La afirmación, sin embargo, no es cierta. Valencia Walker explica a Hipertextual por correo electrónico que "no hay estudios científicos" que lo corroboren, y que los pulpos de punto están siendo utilizados "de forma empírica". El resto de expertos consultados por este medio van mucho más allá y califican la iniciativa como un "grave riesgo" para los recién nacidos, que no cuenta además con ningún beneficio.

Pese a las aseveraciones realizadas en los medios de comunicación por plataformas como Noupops o Pulpitos solidarios, no existe evidencia científica de que los juguetes tengan algún efecto positivo. Aun así, centros médicos como los hospitales públicos de Salamanca, Mérida o privados como el Hospital Universitari Dexeus han incorporado los peluches de ganchillo a sus servicios de Pediatría. El Grupo Quirónsalud, propietario de Dexeus, comenta a Hipertextual por correo electrónico que los muñecos "están esterilizados y pasan estrictos controles de seguridad en línea con la normativa europea de juguetes para menores". La afirmación no es compartida por el resto de especialistas médicos contactados.

El cariz solidario de los pulpitos solidarios, sin embargo, no ha convencido a los expertos consultados por Hipertextual. "No hay ninguna evidencia de su efecto positivo", afirma Mª José Mas, responsable de la Unidad de Neuropediatría de la Xarxa Sanitaria i Social de Santa Tecla (Tarragona). "Los prematuros son extraordinariamente inmaduros, más allá de su pequeño tamaño, ya que todos sus órganos están formándose y precisamente la inmunidad es uno de sus puntos débiles. Lo más temido por un neonatólogo son las infecciones del prematuro", comenta por correo electrónico. La especialista considera la moda de los peluches de ganchillo como "peligrosa y ñoña, basada en la sensiblería y en la falta de respeto que suele rodear a todo lo que se relaciona con la infancia".

pulpitos solidarios

Su opinión coincide con la de José Ramón Fernández, pediatra en la unidad de Neonatología del Hospital Santa Lucía de Cartagena. En conversación con Hipertextual, Fernández señala que "es muy difícil esterilizar por completo los juguetes, especialmente si son blandos". La introducción de los pulpitos solidarios en las incubadoras de los bebés prematuros supone, a su juicio, un incremento del riesgo de infección de los pequeños. "Aunque consiguiesen esterilizarlos por completo, se sabe que los juguetes pasado cierto tiempo se acaban contaminando de nuevo", apunta el médico.

Un trabajo publicado en la revista Pediatrics en 2000 respalda estas afirmaciones. El equipo de Colin J. Morley analizó 34 juguetes de 19 niños que permanecían en las unidades de cuidados intensivos, realizando 86 cultivos para comprobar si había o no microorganismos. Su investigación demostró que el 98% de las muestras contenían bacterias, en muchos casos patógenas. El estudio, según Mas, señala que introducir objetos en las incubadoras "es un riesgo porque facilita que [las incubadoras] se colonicen de microbios". Fernández cree que los promotores de la iniciativa "seguro que tienen buena intención", pero considera que la moda cuenta con "poca o ninguna ciencia".

Por otro lado, Héctor Boix, coordinador de Investigación en Neonatología en el Hospital Universitari de la Vall d'Hebron, explica a Hipertextual que los pulpos solidarios son "elementos posiblemente contaminantes y propagadores de infecciones". El pediatra, que también es vocal de la Sociedad Española de Neonatología, señala a título personal que la moda supone "un riesgo totalmente innecesario". "[A los pulpitos solidarios] se les atribuyen unos beneficios totalmente hipotéticos y no demostrados, que crean unas expectativas en los padres de niños prematuros totalmente infundadas", comenta a este medio.

"No corramos riesgos innecesarios"

El presidente de la Sociedad Española de Neonatología, Máximo Vento, explica a Hipertextual que la iniciativa surgió de una forma espontánea, con comentarios que apuntaban que quizás los muñecos de ganchillo podrían ser útiles en la estimulación para desarrollar capacidades sensoriales. Sin embargo, el también jefe de Sección del Servicio de Neonatología del Hospital La Fe de Valencia rechaza que se haya demostrado que los peluches de punto tengan algún beneficio positivo. "No hay ningún estudio clínico serio, evaluado y contrastado" que lo pruebe, afirma al otro lado del teléfono.

La entidad que preside, miembro de la Asociación Española de Pediatría, está preparando un comunicado sobre los pulpitos solidarios, en el que darán a conocer su postura. Vento adelanta a este medio que no darán "una opinión frontalmente negativa", pero que explicarán que los peluches no cuentan con efectos positivos y sí presentan riesgos para los bebés prematuros. "En otros países, como Suecia, Noruega o Canadá, se ha limitado extraordinariamente la introducción de elementos no esterilizados dentro de las incubadoras por el peligro de la infección", sostiene el especialista. Vento asegura que los pulpitos de ganchillo "no pueden esterilizarse de forma completa", lo que podría incrementar gravemente los riesgos a los que están expuestos los recién nacidos.

Dado que los prematuros "son niños muy delicados con muchas complicaciones", resulta clave extremar la vigilancia ante cualquier intervención que se haga con ellos. Los profesionales sanitarios deben evaluar con la máxima cautela los posibles beneficios y los hipotéticos riesgos de cualquier práctica sobre los recién nacidos, y aplicar solo las que tengan un resultado positivo al hacer dicho balance. Hasta la fecha, se ha demostrado que algunas intervenciones como la estimulación precoz en la incubadora, el contacto piel-piel con la madre, la rehabilitación precoz o la estimulación sensorial cuentan con beneficios para los más pequeños. "En el caso de los pulpitos solidarios no hay un efecto positivo probado, pero sí muchos riesgos", reitera el especialista.

bebés prematuros
Crédito: Pixabay

Vento critica que todo lo relacionado con los niños se infantiliza "con facilidad". Una opinión en la que también coincide otro pediatra, José María Lloreda, que escribió un artículo muy crítico con los muñecos de ganchillo. "Los prematuros son algo más que una cursilería, no se salvan con pulpitos ni con peluches. Dejémonos de infantilizar nuestro comportamiento", pidió el pediatra del Hospital Universitario Santa Lucía de Cartagena en su blog de divulgación Mi reino por un caballo. En las últimas semanas, las noticias aparecidas en los medios de comunicación destacan la ternura de unos muñecos que, según la evidencia científica disponible, esconden en realidad muchos peligros para los pacientes pediátricos.

Para más inri, la moda de los peluches se ha extendido además con falsas afirmaciones. El presidente de la Sociedad Española de Neonatología también rechaza que la forma de los muñecos recuerde al útero materno o al cordón umbilical. "El bebé dentro de la madre toca el cordón muy ocasionalmente, lo que plantean no tiene nada que ver con la realidad del desarrollo fetal", explica por teléfono. Los niños prematuros son tratados en la actualidad como auténticos pacientes de una UCI dado su grave estado de salud, de ahí que haya que ser especialmente cuidadoso en su cuidado y manejo. "No corramos riesgos innecesarios", concluye.

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