Los juegos de mesa son un clásico del hogar tradicional. Antes de la era tecnológica eran los reyes de las reuniones familiares y entre amigos. Ahora han quedado relegados a un segundo plano en el que solo los mayores fans de los juegos de mesa continúan jugando con una elevada frecuencia.

La calidad media de los juegos de mesa ha ascendido de forma progresiva desde la década de los 90, alcanzando el pico en 2012Pero, a pesar de la tendencia negativa, en 2015 se lanzaron más juegos de mesa que ningún otro año, alcanzando una cifra récord de 5.007 juegos. En cambio, la calidad media de los juegos no ha hecho más que descender desde 2012, cuando alcanzaron el máximo histórico de calidad.

Así lo demuestran los datos de BoardGameGeek recopilados por BestPlay.co, quienes realizaron un elaborado estudio sobre los juegos de mesa, sus puntuaciones y el progreso a lo largo de los años. Las conclusiones de esos estudios son las siguientes.

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Según las puntuaciones fijadas en BoardGameGeek, las puntuaciones medias de los juegos de mesa no ha hecho más que crecer desde la década de los 90. En los datos se aprecian ligeros altibajos, pero la tendencia es claramente ascendente hasta el año 2012, cuando el porcentaje de juegos puntuados con más de un 6 alcanzó su máximo. Desde entonces, la tendencia ha sido negativa, reduciéndose sensiblemente el número de juegos con puntuación igual o mayor a seis.

No obstante, y a pesar de que la tendencia ha sido positiva durante las últimas décadas, la realidad es que la gran mayoría de los juegos de mesa lanzados al mercado tienen puntuaciones situadas entre cinco y seis, lo que les sitúa justo en la mediocridad. ¿Quién adquiere productos con notas medias situadas entre 5 y 6?

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Paralelamente, el porcentaje de juegos de mesa con una nota mayor a siete también ha descendido sensiblemente durante los últimos años, dejando un panorama bastante mediocre en la industria de los juegos de mesa. ¿Por qué ocurre esto? La principal razón es la producción masiva de juegos de mesa independientes que no alcanzan unos mínimos de calidad. El filtro para comercializar un juego de mesa es ahora más ligero que en años anteriores, lo que tiene una consecuencia doble: aumenta el número de juegos disponibles pero la calidad se ve resentida.