El etalonaje cinematográfico es el proceso mediante el cual se dota a un producto de una determinada estética visual. Así, el color de una película es lo que, entre otras cosas, ayuda a crear su marca de identidad y provoca que asociemos determinadas obras con una gama tonal concreta.
Como producto audiovisual, el cine es un arte que a lo largo de su historia ha explorado diferentes formas de utilizar la imagen para transmitir un mensaje. Esa es la razón por la que en ocasiones se utiliza un plano general en lugar de un plano detalle, o un contrapicado en lugar de un picado. Tanto el ángulo de la cámara como el tipo de encuadre son elementos que no solo afectan al apartado visual, sino también al narrativo.
Con el color ocurre algo parecido. En la obra ‘Teoría de los Colores’, Goethe ya estudió la relación entre los tonos y la personalidad del ser humano, mostrando cómo la percepción puede cambiar dependiendo de si se utiliza un color amarillo, azul o rojo. Por motivos más que evidentes, esto es algo que los directores de fotografía tienen muy en cuenta.
Richard Lackey explica en Cinema5d cinco esquemas de color comunes en numerosas películas. Cada uno de ellos posee distintos efectos sobre la psicología del espectador, algo que varía en función del largometraje o el mensaje que estén interesados en transmitir. Para el análisis de estos esquemas Cinema 5d se ha basado en las paletas de colores de Roxy Radulescu, una directora de arte que analiza la gama tonal de diferentes películas en Movies in color. Veamos ahora los esquemas definidos por Lackey.
Colores complementarios
En este esquema se utilizan dos tonos de los lados opuestos en la rueda de colores, algo que potencia el contraste. Como ejemplo de ello el autor pone la película de ‘Amelie’, la cual está caracterizada por colores verdes y rojizos, o ‘El Club de la lucha’, donde predomina el naranja y los tonos azulados. Mientras que en la primera los colores elegidos crean una sensación de armonía, en la segunda intentan potenciar el conflicto interno y psicológico que está viviendo el personaje. De hecho, los tonos empleados en la película de David Fincher son muy similares a los de ‘El maquinista’, algo también reflejado en el apartado narrativo.
Colores análogos
Los colores análogos son aquellos situados a ambos lados de cualquier tono del círculo cromático. Como afirma Richard Lackey, este esquema suele emplearse para crear una sensación armónica en la imagen, ya que elimina los fuertes contrastes y con ellos la tensión. Es esa la razón por la que los colores análogos son frecuentes en momentos de tranquilidad o reflexivos, ya que esa misma gama suele estar también presente en la naturaleza. Un ejemplo puede ser la imagen superior de ‘Her’, aunque en otros momentos el personaje también viste de rojo para resaltar sobre los colores análogos que colman la escena.
Colores triádicos
En este esquema se utilizan tres familias de colores dispuestas en la rueda cromática. Así, mientras que un tono es el dominante, los otros dos actúan de forma complementaria. Del mismo modo que ocurre en el primer esquema, este también busca la fuerza basada en el contraste. Esto lo podemos ver en la película 'Made in U.S.A' de Godard, donde predomina rojo, azul y verde.
Colores quebrados
Se asemeja mucho al primer esquema, pero en este se emplean los dos colores cercanos al opuesto. Con ello se reduce algo el contraste de la imagen y, por tanto, la fuerza de los colores mostrados. Sin embargo, todavía se trata de un modelo en el que la diferencia tonal resulta bastante evidente. Para muestra de ello tenemos la imagen superior perteneciente a ‘El gran Gatsby’, donde resaltan los colores rojos, azules y verdes.
Colores tétradas
Por último, este modelo utiliza cuatro combinaciones de colores diferentes, aunque uno de ellos puede ser predominante sobre el resto. Las consecuencias de ello son una paleta muy variada y dinámica, la cual ofrece una gran variedad de colores contrastados entre sí. Es similar a los colores complementarios, solo que en esta ocasión tenemos cuatro tonos enfrentados en lugar de dos. El mejor ejemplo que utiliza aquí Richard Lackey es una escena de ‘¡Mamma Mia!’, que emplea la enorme diversidad de colores que hemos mencionado.