El volcán Villarrica, en Chile, ha obligado a evacuar, ya, a más de 4.000 personas. La alerta roja sigue brillando a su alrededor, haciendo crecer la sensación de peligro. Pero, por suerte, el Villarrica no está entre los volcanes más peligrosos de la historia. No. En los últimos cuatrocientos años, según un reciente estudio, más de 160.000 muertes se cuentan por todo el globo debido a diversos volcanes. Es la primera vez que se ponen en correlación todos los datos, a nivel global, sobre los volcanes más letales de nuestra historia. Todo este trabajo servirá para mejorar nuestro entendimiento tanto geológico como de seguridad, el punto más importante, ya que a día de hoy más de 800 millones de personas viven en torno a zonas volcánicas. Villarrica es uno de los ejemplos, pero no es el único.
Los cinco volcanes más letales
Como decíamos, la intención de este estudio es poner el marcador de riesgo exacto a cada actividad volcánica localizada. De esta manera se pueden disponer de los recursos adecuados en caso de peligro. Y es que varían muchísimo de una zona a otra, por lo que es muy difícil evaluar la situación. Para ello, el estudio ha recopilado los datos de unas 9,500 erupciones a lo largo de los últimos 10.000 años. Después se ha comparado con la población existente y las muertes asociadas, obteniendo un auténtico catálogo de letalidad de cada volcán y sus peligros latentes. El resultado muestra que los volcanes más letales no suelen ser lo situados en zonas típicamente activas, sino, precisamente, los que erupcionan sin avisar tras largos periodos de calma. Esto se debe a que las zonas volcánicas suelen ser extremadamente atractivas para vivir, por la riqueza de sus suelos o su paisaje, y concentran a un gran número de habitantes a su alrededor.
Los volcanes más letales de nuestra historia reciente son: el Tambora, con más 60.000 muertes, seguido por el Krakatoa, con 36.417 muertes y el Pelée con 28.800. Más recientemente, el Nevado del Ruiz se llevó por delante a unas 23.187 personas mientras que en el quinto lugar está el Unzen, con 14.524 muertes. Además de estos grandes cinco eventos, las muertes asociadas a los volcanes ha crecido durante los últimos cuatrocientos años hasta alcanzar la cifra estimada de 162.928 personas, de las cuales, la gran mayoría de muertes se encuentran en Indonesia. A día de hoy, el 90% de la actividad volcánica se concentra solo en 5 países, siendo éste último el que más actividad presenta y con una mayor letalidad.
El Villarrica se duerme lentamente
Junto a Indonesia, México, Japón, Etiopía y Filipinas son los países que más actividad presentan, pero no son los únicos. Entre la actividad volcánica más activa se encuentra Chile, con una constante presencia sísmica. En el caso del Villarrica, la erupción comenzó con una columna baja y débil, con mucho material y detritus propio del cono del volcán. Lo más peligroso, durante los primeros momentos, fue la enorme crecida de los ríos debido a la nieve derretida. A día de hoy el volcán parece dormido. Pero eso no es lo que indican los expertos. La falsa apariencia de tranquilidad es precisamente una de las situaciones más peligrosas ya que puede hacer que la gente se confíe y se desate un evento catastrófico. Efectivamente, los datos indican la posibilidad de nuevos pulsos El Villarica ha sido catalogado con un grado 2 en el índice de explosividad volcánica
eruptivos, por lo que las autoridades han decidido mantener la alerta roja con 10 kilómetros de exclusión.
La falta de previsión o el exceso de confianza ha provocado, en más de una ocasión, muertes innecesarias. Ya lo vimos con el terremoto del L'Aquila. Ahora también lo hemos comprobado gracias a este último estudio. Nunca puedes fiarte de lo que es capaz un volcán, ya que su fuerza es imprevisible y terrible. Recientemente, en México, el volcán Colima, en Jalisco, comenzaba a exhalar una columna de más de 3.000 metros, afectando incluso a la comunidad de Zapotiltic. Unos días antes, el Popocatépetl se despertaba con más de 160 exhalaciones, 10 explosiones y un nivel amarillo de actividad. El Villarrica, por su parte, ha sido catalogado en esta ocasión como un grado 2 en el índice de explosividad volcánica, por lo que por el momento no es demasiado peligroso y podría calmarse definitivamente en breve. Pero como hemos visto, nunca es conveniente confiarse demasiado. Así que tendremos un ojo abierto a la espera de que este gigante de fuego se vuelva a dormir.