Actualización 10 de agosto, 12:05:Como bien comentaba TxemaCG en los comentarios, el caso del edificio InTempo es una suma de malas informaciones que han ido saltando de publicación y publicación y, a pesar de la dimisión de la dirección de obra o los problemas con el SAREB, el edificio tiene sus ascensores plenamente funcionales. La anécdota del fallo de diseño en los ascensores detectada en 2012 parece ser que quedó entre la anécdota y el bulo y las obras de este rascacielos siguen su curso aunque, eso sí, no fuera de la polémica entre el sobrecoste y su traspaso como "activo tóxico" al llamado "Banco malo". Nuestras disculpas a todos los lectores.

Antes de que estallase la crisis económica en España, durante los llamados años de "bonanza", la economía se sustentaba sobre la construcción y se dispararon las obras de construcción de edificios en todas partes. Cuando nos explotó la crisis y la recesión, muchas de estas obras se paralizaron y quedaron abandonadas; moles de hormigón y ladrillo que ahora miramos para pensar en la loca espiral en la que estuvimos. En la turística y costera ciudad de Benidorm se proyectó la construcción de un rascacielos de 47 plantas y 269 viviendas que aún no se ha terminado y que, realmente, podría ser difícil de terminar puesto que "alguien" olvidó diseñar el ascensor o, por lo que se comenta, no lo hizo adecuadamente.

¿Un rascacielos sin ascensor? ¿Cómo es posible un fallo de semejante calibre? El rascacielos InTempo, que era el nombre de este edificio, pretendía llegar a las 47 plantas de altura y albergar 267 viviendas en una de las ciudades más turísticas de España. Un proyecto megalómano que simboliza bien las barbaridades que se proyectaban y construían en España en estos años locos previos a la crisis económica; un edificio que tenía como objetivo ofrecer una lujosa y exclusiva segunda residencia en la playa siguiendo el spanish way of life.

En el caso de la construcción, un cambio en el alcance del proyecto puede tener un gran impacto en el resultado final y los cambios de requisitos o las ampliaciones pueden resultar muy costosas y no deberían tomarse a la ligera. Sin embargo, en este proyecto algún genio pensó que duplicar el alcance del proyecto no era más que "construir hacia arriba".

Se dice que inicialmente, el diseño original del proyecto contemplaba la construcción de 20 plantas y se habían realizado los cálculos para alojar un sistema de ascensores calculados para transportar personas en un trayecto de 20 plantas. En un ataque de megalomanía, ambición e incompetencia, los responsables del proyecto decidieron añadir 27 plantas más al edificio sin más que pensar en los cimientos y sin tener en cuenta que, quizás, el sistema de ascensores se podría ver afectado.

Evidentemente, un ascensor de un edificio de 20 plantas nada tiene que ver con uno para un edificio de 47 plantas y, por ejemplo, los requisitos de espacio necesario para sus motores o su sistema de poleas son mucho mayores; tanto es así que cabían en el espacio proyectado inicialmente y no fue posible su instalación el año pasado. Actualmente, el edificio aún sigue en construcción y los arquitectos del proyecto han dimitido tras el cúmulo de retrasos y los recortes del SAREB (el famoso "banco malo" que ha heredado el crédito del edificio).

Pues sí, España tiene el mayor rascacielos residencial de Europa y no se le pudo instalar un ascensor porque el proyecto estaba mal diseñado. Un buen resumen de la locura y el sinsentido de los años locos del desarrollo urbanístico de España en los años previos a la crisis.

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