En este repaso que hacemos a la historia de la computación, estamos recordando las máquinas pioneras, tanto a nivel general como las pioneras en el ámbito de la computación personal. La década de los 50 y los 60, desde el punto de vista de la ingeniería electrónica y la computación, fueron unos años excepcionales que nos dejaron un gran legado tecnológico. Hoy nos vamos a centrar en la primera máquina que inició la fabricación en serie de computadoras para IBM, un modelo que se presentó en 1953 y quedó sin soporte en 1969. Hoy vamos a conocer la historia del IBM 650, The Magnetic Drum Calculator.
Cuando hablamos de los primeros computadores, los desarrollados durante la Segunda Guerra Mundial, éstos respondían a un patrón común de diseño; eran computadoras realizadas en base a dispositivos electromecánicos (como los relés) y las válvulas de vacío, puesto que aún faltaba bastante tiempo para la llegada de los transistores. Con esta tecnología se empezaron a fabricar las primeras computadoras que empezaron a alojarse, principalmente, en el ámbito de la investigación. De todas formas, la computación podía aplicarse a muchos aspectos y podría ser un importante aliado en procesos industriales o en el procesamiento de datos contables, por tanto, las primeras compañías del ramo pusieron su foco en introducir estos inventos dentro de las empresas.
A principios de la década de los 50, IBM se lanzó a este incipiente mercado del procesamiento de datos y, mientras concebía el diseño de la legendaria serie 700, se lanzó al mercado con un sistema que sería conocido como el "tractor de la industria moderna". En 1953, IBM anunció el lanzamiento del IBM 650, una máquina de procesamiento de datos basada en un rodillo magnético que era capaz de repetir cálculos realizados si, por ejemplo, se encontraba un error. ¿Repetir cálculos? ¿Tolerancia a errores? Para ser 1953, IBM fue capaz de lanzar un producto muy avanzado tecnológicamente que incluía puntos de ruptura en sus rutinas que podían recuperarse y, por tanto, retomar un trabajo sin tener que empezar desde cero.
Esta máquina se lanzó con un reclamo que, la verdad, no fue nada engañoso:
Un factor vital para familiarizar a la industria y los negocios con los principios de la computación y los programas
Y, realmente, así fue puesto que los pronósticos de mercado proyectaban unas ventas de 50 unidades pero, a medidados de 1955, ya había 75 máquinas instaladas y funcionando y, en esa época, se esperaba llevar la producción hasta las 700 unidades. De hecho, así fue porque en 1956 ya había 300 máquinas instaladas y, al final del ciclo de vida del producto, se contaban 2.000 unidades desplegadas en 1962, unas cifras de crecimiento que, realmente, no se han vuelto a dar.
El IBM 650 era un auténtico mastodonte tecnológico que casaba con la imagen de esas computadoras que ocupaban toda una habitación y eran extremadamente ruidosas. IBM pensó en la contabilidad con la principal aplicación del IBM 650 y se basó en las máquinas contables que existían en la época para el diseño de su computadora. El sistema estaba formado por tres subsistemas que tenían, cada uno, el tamaño de un armario y algunos periféricos:
Una consola, que era el IBM 650 y pesaba la nada despreciable cifra de 900 Kg Un dispositivo de alimentación, el IBM 655 que pesaba 1350 Kg Un lector de tarjetas perforadas y un perforador de tarjetas (el IBM 533 o el IBM 537) Periféricos: terminal de consultas (IBM 838), Unidad de cinta magnética (IBM 727), etc
La computadora costaba 500.000 dólares de la época, todo un capital que no podían gastar muchas empresas. Pensando en esto y, a la vez, en las ventajas que ofrecía esta máquina a la industria, IBM apostó por el alguiler de estos computadores, es decir, instauró un sistema de renting por el cual las empresas podrían acceder al sistema por 3.500 dólares mensuales (un método de ventas que les funcionó extraordinariamente bien).
¿Y qué tenía de interesante el IBM 650? Pues, como comentábamos al inicio, su memoria estaba implementada mediante un tambor giratorio que era capaz de almacenar 2.000 palabras (con signo y de 10 dígitos, es decir, 5 caracteres por palabra). Aunque el tambor ofrecía un acceso a memoria bastante lento (2,5 ms), dado que había que esperar a que girase y la posición oportuna pasase por debajo del cabezal de lectura/escritura, se optimizó el juego de instrucciones para que estuviese salteado por el tambor a intervalos que dependían del tiempo de ejecución de la instrucción anterior, de manera que no se perdiese tiempo en esperar un giro completo.
En 1955, los avances del diseño de la serie 700 hicieron posible aplicar algunas mejoras al IBM 650, como por ejemplo el lector de cintas magnéticas, una impresora o, directamente, una máquina de contabilidad (la IBM 407). Su popularidad en el ámbito empresarial, ya no sólo para la contabilidad sino para controlar otros procesos industriales. El IBM 650 incluía, como software, FORTRANSIT (una versión de FORTRAN que compilaba a IT, un lenguaje interpretado popular en esa época) y que luego se pasaba a SOAP (Symbolic Optimized Assembler Program). Entre las aplicaciones más usuales del IBM 650 encontramos:
Cálculo de primas de riesgo en seguros Análisis y estudios de mercado Contabilidad y facturación Diseño de misiles balísticos. Cálculos de trayectorias. Cálculos de estructuras en el ámbito de la ingeniería civil Procesamiento de datos en pruebas de vuelo
Y entre las empresas pioneras que introdujeron al 650 dentro de sus procesos encontramos grandes nombres como Bell, Boeing, Carnegie Institute of Technology, Chrysler, Esso, General Electric, el MIT, Shell Oil, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos o la Universidad de Yale.
El IBM 650 dejó de fabricarse en 1962 pero IBM siguió ofreciendo soporte del mismo hasta 1969, si bien se conocen casos de unidades que estuvieron funcionando, incluso, hasta el año 2000.