Decían los analistas, basándose entre otras cosas en el pequeño parón de la compañía durante el primer trimestre, que Google rondaría como mucho los 6.500 millones de dólares de ingresos en el segundo trimestre fiscal de 2011 pero finalmente la compañía ha aplastado las previsiones como demuestran los datos financieros de la empresa para ese periodo presentados en las últimas horas por Larry Page.

Según el recientemente nombrado consejero delegado y la nota de presa emitida desde la compañía, Google obtuvo en el segundo trimestre del año 9.030 millones de dólares de ingresos --lo que supone un récord y un aumento del 32% respecto al mismo periodo de 2010-- y los beneficios netos se quedaron en los 2.510 millones de dólares frente a los 1.840 que generaron en el segundo trimestre de 2010.

Como viene siendo habitual, de esos 9.030 millones de dólares de ingresos un 97% proceden de la publicidad y de donde más dinero siguen sacando por publicidad es de los anuncios en las páginas de Google (6.230 millones de dólares, un 39% más que el mismo periodo del año anterior). En cuanto a ingresos externos a través de AdSense, la cifra se situó en los 2.480 millones de dólares (incremento del 20%) y el negocio internacional también sigue creciendo a buen ritmo.

Por último, para rematar la jugada, Page no solamente habló durante su presentación de todos estos datos económicos, también proporcionó otros números de esos que meten miedo relacionados con algunos de los servicios y productos del mastodonte de las búsquedas. A saber:

  • Más de 10 millones de personas se han unido ya a Google+, su nueva red social.
  • Donde comparten contenidos de forma vertiginosa (en un solo día llegaron a registrar más de mil millones de elementos compartidos).
  • Cada día se activan 550.000 terminales Android.
  • Google Chrome, el navegador de Google, cuenta con 160 millones de usuarios.
  • El número de empleados de Google en el mundo asciende a 28.768 (el 21 de marzo eran 26.316).

La conclusión que podemos sacar tras ver los números es que aunque los gastos de Google aumentan (los gastos operativos supusieron 2.970 millones de dólares frente a los 1.990 del año pasado) y a los inversores no les gusta mucho la estrategia de Page de apostar por proyectos rentables a medio-largo plazo, la empresa sigue siendo una máquina de hacer dinero perfectamente engrasada.