Durante muchos años el deporte de automóviles de alta competición ha estado marcado por los mismos factores: el rendimiento y la calidad de conducción del piloto por una parte, y la materia prima con la que este cuenta, es decir, el coche y la mecánica que el equipo desarrolla y le entrega para las carreras. Sin embargo, recientemente hay otro gran factor que está estableciéndose como imprescindible tanto en automóviles comerciales como en la alta competición, como vemos en The Verge, y se trata del software.

La electrónica comenzó a ser relevante en la automoción hace ya bastante tiempo, pero no al nivel que ahora se da en la Fórmula E, la competición de investigación con coches eléctricos. Y es que desde el año pasado, momento hasta el que todos los coches eran similares en la práctica, se ha decidido que cada equipo puede desarrollar su propia transmisión, lo cual entró en vigor en la actual temporada. Ahora, el software está ayudando y perjudicando a los pilotos por partes iguales.

La Fórmula E traerá dentro de unos años la primera carrera en la que participe un coche autónomo

Por ejemplo, en el equipo Renault de la Fórmula E han reconocido que los problemas que tuvieron en Malasia se debieron al software que controlaba el sistema eléctrico, por no considerar cómo iban a afectar las condiciones en la programación del coche. Como en la informática, el control de la temperatura y la energía restante son ahora las principales obsesiones en competiciones de monoplazas eléctricos. Un coche puede tener batería, pero si supera la temperatura saludable, puede llegar a pararse.

El software ayuda a que el comportamiento del coche se homogenice, por ejemplo, siendo más inteligente a la hora de elegir si usar los frenos regenerativos o los mecánicos, sabiendo que los primeros almacenan energía en la batería pero también la hacen calentarse, que como hemos dicho es un problema prioritario. El coche, puede así, en algunos casos, tomar decisione donde ya queda claro que tiene que aplicarse cierta inteligencia artificial. En este sentido, la estadística y la analítica cobra más importancia que nunca, y las 140 horas que hacen por ejemplo en el Mahindra Team de simulación por cada hora de carreras ayudan mucho.

De momento la batería dura media carrera, y sin duda, la eficiencia energética que aporta la inteligencia del software está siendo y va a ser muy relevante. Todo esto, ayudará, más adelante, a que puedan debutar coches autónomos en la alta competición. Parece que de momento, eso sí, el hombre es muy superior a la máquina, sobre todo cuando es capaz de procesar la misma información.

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