Independientemente del lugar a donde vayamos, viajar siempre es una experiencia increíble. Por ello, muchos viajeros consideran que es preciso compartir la experiencia y deciden viajar acompañados de sus mejores amigos: las mascotas. Ya sea que viajes por unos días o cambies tu residencia a otro país, emprender el viaje en compañía de ellos requiere de cierta planificación para que sea lo más cómodo y placentero posible para ambos.
Antes que nada, es preciso consultar al veterinario para asegurarnos de que la mascota se encuentra en condiciones óptimas para viajar. Además será necesario que lleves contigo:
- La información de contacto del veterinario.
- La identificación de la mascota.
- Una foto reciente a color de la mascota en cuestión.
- La placa de identificación que deberá incluir el nombre de la mascota, el nombre del propietario, dirección y teléfono.
- El historial médico o cartilla de vacunación.
- El certificado de salud o certificado de inspección veterinaria.
- El collar y la correa.
- La jaula transportadora.
- La cama.
- Los juguetes.
- Los recipientes para el agua y la comida.
- El alimento.
Viajando en auto
La forma más segura de viajar en coche acompañado de un perro es colocándole en una jaula asegurada al coche mediante el cinturón de seguridad u otro medio. Aunque atarlo por sí solo al cinturón de seguridad es útil para prevenir que camine por el auto y distraiga al conductor, no se ha demostrado que sea seguro en caso de algún accidente. En el caso de los gatos, la mayoría de ellos no gustan de viajar en auto, por lo que, lo más recomendable, tanto para el conductor como para el gato, será utilizar una transportadora. Al igual que con los perros, se recomienda asegurar la transportadora al auto.
Si viajas en auto, tu mascota debe ir dentro de una jaula asegurada en el asiento de atrás.
Lo mejor es elegir los asientos de atrás del coche para llevar a nuestras mascotas. Sin embargo, no es recomendable transportar a una mascota en la parte trasera de una camioneta abierta, debido a que entrará aire frío forzado a sus pulmones y esto podría enfermarlo. Por nada del mundo permitas que tu mascota abandone el auto si no lleva consigo un collar, una placa de identificación y una correa.
Además, trata de evitar, en la medida de lo posible, dejar a tu mascota sola al interior del auto. En climas calurosos, la temperatura en el interior del auto puede ser mayor a la del exterior; de acuerdo con la Humane Society of The United States tu mascota podría sufrir daño cerebral o muerte por golpe de calor o asfixia si se encuentra expuesto a estas condiciones.
Viajando en avión
Un viaje en avión es, evidentemente, muchísimo más corto que uno en automóvil. Sin embargo, la misma HSUS recomienda no transportar mascotas en avión a menos que sea absolutamente necesario. Los vuelos son particularmente peligrosos para los animales de caras achatadas (el término médico es "braquicéfalos") como bulldogs, pugs o gatos persas. Esto debido a sus fosas nasales cortas que los dejan especialmente vulnerables a la falta de oxígeno o golpes de calor.
Las razas de animales con caras achatadas como los Pugs y Bulldogs están prohibidas para viajar en avión.
Si transportar a tu mascota en avión es la única opción, averigua si puede viajar contigo en la cabina. En algunas aerolíneas, de México por ejemplo, se permite viajar con mascotas en cabina en vuelos no mayores a 6 horas de duración. Algunas otras se limitan a mascotas de menos de 5kg o de no menos de 25cm de alzada.
En ocasiones, viajar en avión con tu mascota puede incluir un cargo extra que dependerá de la duración del vuelo o del tamaño de la mascota. Recuerda que cada aerolínea y cada país maneja diferentes reglas respecto al transporte y entrada de animales, por lo que no está de más que antes del viaje investigues toda la documentación requerida.
Para viajar, ya sea en auto o en avión, lo mejor es que tu mascota comience el viaje con el estómago y la vejiga vacíos. La medicación no es recomendable porque podría causar dependencia química, pero eso tendrás que consultarlo con el veterinario. Si necesitas calmarlo ofrécele su juguete favorito, su manta o algún objeto que le sea familiar; una caricia o un masaje también pueden ayudar.