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Por muchos años, mexicanos y latinoamericanos en general han visto las posiciones políticas de Estados Unidos respecto al tema migratorio en casi todos los matices posibles. Los grupos a favor y los grupos en contra han vertido sus argumentos y no pocas veces se ha caído en lo recalcitrante.

Justo ahí se ubica el discurso de Donald Trump que, en su carrera a la candidatura para la presidencia del país, ha manifestado un profundo rechazo a los inmigrantes, en especial a México y los mexicanos, señalándolos como ladrones, portadores de droga y violadores, por lo menos.

Por sus declaraciones que no han cesado desde junio pasado cuando se postulara como precandidato, muchas empresas rompieron con el magnate y ha provocado toda clase de reacciones internacionales, así como el reciente manifiesto de artistas, científicos e intelectuales hispanos en el que se declararon en contra del discurso xenofóbico de Donald Trump.

Uno de los argumentos más repetidos en este tema es que los inmigrantes "saquean" al país norteamericano, además que dejan sin trabajo a los propios nativos del país (que está conformado por inmigrantes). Hasta hace muy poco se tenían estimaciones claras al respecto. Algunos estados han reconocido que su fuerza laboral está cimentada en el trabajo de los inmigrantes y particularmente en los mexicanos y latinoamericanos, sin embargo, un estudio reciente realizado por el Pew Research Center es mucho más acertado en clarificar algunas de las aseveraciones que se repiten sin el respaldo documentado. Veamos algunos aspectos de este tema.

La fuerza laboral

Para comprender el papel de los latinos en la fuerza laboral del país de norteamérica es necesario comprender la distribución del trabajo en general. El estudio realizado por el Pew Reseachr Center encontró que tres de cada diez empleos pertenecen a personas que se autoemplean o que generan para otros trabajadores. Es decir, este tipo de trabajos representan el 30% de la mano de obra nacional. En donde el 10% equivale a 14.6 millones de empleos pertenece al autoempleo y el 20%, es decir 29.4 millones, son empleados de los anteriores. Además, los trabajadores autónomos con empleados tuvieron en 2014 una media de tres empleados pagados y un promedio de 8.6 empleados.

Estos números vienen al caso porque los inmigrantes son mucho más propensos que los trabajadores nacidos en Estados Unidos para trabajar por cuenta propia. La brecha en el autoempleo de los originarios de Estados Unidos y los inmigrantes parece modesta, 11% contra 10% a favor de los inmigrantes, pero marcadas diferencias surgen dentro de los grupos raciales y étnicos. Asi, se encontró que los hispanos inmigrantes son doblemente propensos a autoemplearse que los hispanos nacidos en ese país. Y que los asiáticos son los mayormente creadores de empleos a partir de autoemplearse.

Los trabajos que otros no quieren hacer

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Un argumento común sobre la importancia de los hispanos en la fuerza laboral de Estados Unidos es que los inmigrantes hacen los trabajos que otros no quieren hacer. Así lo señala, por ejemplo, el manifiesto publicado en contra de los "comentarios de odio" de Donald Trump.

La expulsión de los inmigrantes mexicanos sería catastrófica para estados como California, Arizona, Nuevo México y Texas, donde la mayor parte del trabajo manual es mexicano. En California, por ejemplo, esos inmigrantes cosechan 200 productos agrícolas, sirven en hoteles y restaurantes, recogen la basura, ejercen, en suma, oficios que los americanos locales se rehúsan a desempeñar. California es el principal fabricante de vino y de muchos productos agropecuarios en el país. Es también el primer destinatario de turismo. Estos sectores generan US$70,000 millones anuales, pero sin los trabajadores mexicanos la economía del estado se iría a la ruina. Algo similar ocurriría en el resto del país.

No todo queda en eso, pues esa situación tiene que ver con las oportunidades a las que acceden los nacidos en Estados Unidos en comparación a la de los inmigrantes. Se estima que 44% de los 16 millones de trabajadores sin educación superior en 2013 eran nacidos de extranjeros, sin embargo, no por esto los inmigrantes y nacidos de inmigrantes "arrebatan" los empleos de los estadounidenses ya que los empleos a los que aplican los primeros no son los mismos a los que aplican los segundos. Es decir, y según recoge El Daily Post: muchos puestos de trabajo aparecen en la lista de los inmigrantes, pero no en la lista de nativos, y viceversa.

Además, algunos empleos de servicios requieren de inglés fluido por lo que los inmigrantes no aplican para ellos. Por otro lado, se encuentra la tendencia señalada en el estudio de Pew Research en donde la agricultura, la construcción y la manufactura son las áreas con mayor número de autoempleo y participación de inmigrantes. Así que, es posible que los inmigrantes no sólo no estén robando los empleos a los estadounidense sino que en algunos sectores estén creándolos.

No deja de ser un tema muy complicado y en el que las opiniones se polarizan, lo cierto es que para muchas personas centroamericanas y mexicanas alcanzar tierras estadounidenses representa una esperanza de mejorar las difíciles situaciones que viven en sus países de origen. Debemos recordar que México tiene una gran crisis migratoria y que la respuesta a todos estos factores no está en crear barreras más altas o persecusiones más brutales o en los argumentos de un bocazas.

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