Quién no ha llegado a la puerta de su casa, con miles de bolsas encima, y ha tenido que hacer malabares y equilibrios para poder abrir la puerta. O qué chica no se ha pasado media hora frente a esta buceando entre los miles de trastos que lleva en el bolso intentando encontrar las minúsculas llaves. Con esta situación se encontró Claudia Nagel en 2007, cuando llevaba a su bebé recién nacido en brazos y varias bolsas de la compra: abrir la puerta era todo un reto. Y posiblemente con situaciones como esta también se encontraron Peter Dietrich y Christian Bogatu. Estos tres emprendedores decidieron crear en 2012, en Berlín, KIWI.KI, un sistema para abrir las puertas de nuestras casas de forma automática, convirtiendo un problema cotidiano en un proyecto innovador.
KIWI.KI podría ser de gran utilidad para los servicios de emergencia y personas mayores
El mecanismo, que ya ha recibido 4 millones de euros en financiación según Tech.eu, no podría ser más sencillo. Las puertas de las viviendas se adaptan a un sistema de radiofrecuencia que detecta a los usuarios de KIWI.KI, que llevan un sensor en su bolsillo o bolso, y cuando se están acercando a la puerta este se activa y lo único que tenemos que hacer es empujar. Todo un sueño cuando vienes de la compra, y sobre todo pensado para gente que no sabe usar smartphones o no dispone de ellos, como podría ser la gente de la tercera edad.
Sin embargo, el sistema permite otras opciones. ¿Qué pasaría si queremos que alguien vaya a nuestra casa a hacernos un recado, pero no podemos dejarles las llaves? También es posible. A través de una aplicación móvil podemos activar las cerraduras en el momento y en el lugar que queramos.
El sistema, de momento, solo se encuentra en Berlín, en unos 1.500 edificios que suponen 15.000 apartamentos aproximadamente. Pero su intención es emprender en toda Europa.
Utilidad no solo para los residentes
Obviamente, el sistema está pensado para los residentes de los edificios que cuentan con la instalación. Pero sus aplicaciones podrían llegar más allá. Los carteros podrían disponer de una versión de KIWI.KI para repartir sus cartas en los buzones, y así olvidarnos de tener que abrirles la puerta, y también los recogedores de basura o revisores del gas y del agua.
Pero sobre todo, para los servicios de emergencia, como bomberos, médicos y policía, que podrían entrar directamente en muchas viviendas en caso de que alguien necesitase de sus servicios sin necesidad de tirar la puerta abajo. De nuevo, la tercera edad se beneficiaría mucho de este desarrollo tecnológico.
¿Problemas de seguridad?
Todo desarrollo trae consigo una desventaja. En este caso, y posiblemente acostumbrados a lo tangible de unas llaves tradicionales, el problema podría venir por la seguridad que ofrece este sistema. Que las puertas se abriesen antes de tiempo y alguien no deseado se colase antes de poder evitarlo, que nuestro detector o el de otra persona abriese la puerta equivocada, o que simplemente estas no funcionen.
Por suerte, y de momento esto no ha pasado y suponemos que está todo pensado. Además, esta startup ha ideado el sistema para evitar que en ningún momento los dueños de los pisos, en caso de ser alquilados, puedan controlar las idas y venidas de sus inquilinos. Y si hay un robo, a través de la aplicación se pueden cancelar el sistema de forma automática e inmediata.