Peter Gudella | Shutterstock

Configurar una cámara es casi tan importante como hacer fotos con ella, ya que en función de lo primero tendremos diferentes resultados en lo segundo. De lo contrario, quizá luego nos arrepintamos de no haber modificado un parámetro que quizá pueda resultar de suma importancia.

Son muchas las ocasiones en las que, tras adquirir una cámara nueva u otra a la que no estamos habituados, comprobamos que ésta no se adapta completamente a lo que nosotros deseamos. Esto, en la mayoría de casos, se debe a que la configuración no se encuentra optimizada para nuestro modo de captar imágenes.

Del mismo modo que debemos ajustar los espejos y el asiento para conducir en un coche que no es el nuestro, con las cámaras ocurre algo parecido. Lo ideal sería leer el manual para saber qué podemos esperar, pero seamos sinceros, pocos lo hacemos. Quizá, experimentar por nuestra cuenta sea más divertido (y también menos productivo).

Aunque los parámetros a configurar dependerán de cada dispositivo, por lo general, los más importantes siempre suelen ser los mismos. Por ello, voy a recopilar los aspectos que, desde mi punto de vista, deberían tenerse en cuenta para configurar una cámara.

Medición

Thomas M Perkins | Shutterstock
Thomas M Perkins | Shutterstock

Por lo general, solemos tener 3 opciones: matricial, ponderada y puntual. En mi caso suelo preferir escoger la medición puntual, ya que así puedo medir exactamente qué exposición se debe escoger cuando apunto a la zona más iluminada de una imagen. Es una buena técnica para no sobreexponer la foto y establecer los ajustes necesarios para tener una medición adecuada. No obstante, los otros dos modos de medición también pueden ser importantes cuando lo que deseamos tener es una valoración general de la luz que contiene la toma.

Espacio de color

Créditos: Marin Bailey
Créditos: Marin Bailey

Normalmente, el espacio de color por defecto en muchas cámaras suele ser el de sRGB. Sin embargo, el Adobe RGB y ProPhoto RGB permiten una gama mucho más amplia. Así, la paleta de tonos para, por ejemplo, representar un color azul, será más variada. Por desgracia, la mayoría de monitores e impresoras están configuradas por defecto con el color sRGB, pero lo recomendable es que seleccionemos el máximo espacio de color disponible en nuestra cámara y luego convertir el archivo para el espacio de destino utilizando Photoshop (u otro).

Formato de archivo

Puede parecer una tontería, pero revisar en qué formato estamos disparando es algo esencial, ya que podemos llevarnos una sorpresa al comprobar que unas imágenes están en JPEG en lugar de RAW, con todas las consecuencias que ello conlleva para la edición. Así, el formato dependerá de aquello que vayamos a realizar. Si lo que pretendemos es crear un timelapse, quizá lo adecuado sería lanzar en JPEG; mientras que si buscamos realizar una gran edición a posteriori, lo recomendado podría ser utilizar el formato RAW. Todo será en función de nuestras intenciones y de, como no, el tamaño de la tarjeta SD que tengamos.

Balance de blancos

Fujifilm XQ2
Fujifilm XQ2

Este es un aspecto que especialmente tendremos que tener en cuenta cuando vamos a lanzar imágenes en formato JPEG, ya que en RAW no importa el balance de blancos que tengamos configurado puesto que éste se puede modificar sin perder ningún tipo de información. Por lo tanto, lo recomendado es que variemos los grados kelvin o los ajustes predefinidos hasta que los blancos mostrados en la imagen se correspondan con los de la realidad.

Enfoque

Fuji LX100
Panasonic LX100

Otro punto a tener en cuenta es el del enfoque. Normalmente suelen darnos la opción de elegir un punto preciso, todas las áreas de enfoque o solo algunas de ellas. En este caso, la opción más adecuada suele elegirse en función de lo rápido o cercano que se sitúa el objeto al que vamos a fotografiar. En mi caso, suelo elegir el enfoque preciso para así tener un gran control sobre aquello que saldrá nítido en la imagen.

Asimismo, esto puede verse reforzado por el focus peaking, una tecnología que resalta los contornos de aquello que se encuentra enfocado. Por otro lado, aunque parezca algo sin importancia, ajustar las dioptrías es algo necesario para valorar si la imagen se encuentra totalmente enfocada.

Sonido

Este ya es un apartado prescindible, pero que para mí sigue siendo importante. Personalmente, suelo desactivar todos los sonidos posibles, tanto el generado cuando enfocamos, como el de algunas compactas que imitan a un obturador (por favor). En muchas cámaras ya existe un modo silencio que directamente te desactiva el audio y la luz de ayuda para el enfoque, de la cual también prefiero prescindir a no ser que sea totalmente necesario.