Android siempre ha sido una de mis plataformas favoritas. De hecho, durante muchos años usé un smartphone Android como dispositivo principal. Pero hubo un punto de inflexión: ningún dispositivo Android era capaz de ofrecerme todo lo que necesitaba. En ese momento, hice el switch a iOS y desde entonces, no he vuelto a usar de forma permanente un terminal Android como dispositivo principal (aunque sí suelo llevar un Sony Xperia Z3 en mi bolsillo como dispositivo secundario).
Pero no me malinterpreten. Me encanta Android; siempre he querido volver a usar un Android como dispositivo principal; siempre he estado abierto a desechar mi iPhone y llevar en mi bolsillo un único smartphone con la plataforma de Google. El problema es que ese dispositivo nunca ha llegado.
Hace casi dos años escribí un post en Hipertextual (Celularis, en aquel entonces) en el que afirmé: “el iPhone 5 es el smartphone más completo del mercado”. No era el que tenía la pantalla más grande, ni la mayor densidad de pixeles, ni el procesador más potente del mercado; pero siempre estaba entre los mejores en todos los aspectos. Ese es precisamente el tipo de smartphone Android que tanto buscaba –y probablemente no sea el único–. Un smartphone Android sin compromisos, sin “peros”. Y ese smartphone Android sin compromisos no ha sido una realidad hasta la llegada del Samsung Galaxy S6.
Quizá no sea el mejor en todo, pero carece de puntos débiles
En los minutos que pudimos probar ayer el Samsung Galaxy S6 –y su versión Edge)– y en lo que Samsung nos mostró durante su presentación, quedó claro que este smartphone es un punto y aparte respecto a las generaciones anteriores. Del S5 todos nos quejamos de su construcción y de la pobre experiencia de usuario causada por Samsung TouchWiz. Ambos han sido corregidos en el Samsung Galaxy S6. Ahora es más bello, más sólido, más fluido y más llamativo, dejando a este S6 sin fallos aparentes.
Quizá su cámara no sea la mejor del mercado; tampoco su pantalla o su autonomía –todo eso lo comprobaremos más adelante–. Pero, indudablemente, en todos los aspectos está entre los mejores del sector. Es un móvil sin compromisos, justo el Android que todos esperábamos.
Samsung lo ha hecho. Al fin.