El otro día veía un capítulo de Orphan Black, y una de las protagonistas comentaba que las huellas dactilares entre dos clones debían ser las mismas. Pensé desconcertada si aquella afirmación era un error científico sobre las huellas dactilares o si por contra mi memoria me estaba fallando.
Y es que sobre las huellas dactilares se ha escrito y hablado mucho. Tanto que este sistema de identificación de la biometría es ampliamente conocido desde el siglo XIX. Aunque en criminalística hoy en día se usan como herramientas complementarias de otros importantes métodos, tales como la identificación genética de las muestras, lo cierto es que el uso de las huellas dactilares como medida de identificación individual ha marcado un antes y un después en nuestra historia.
Por ese motivo, hoy recopilamos en ALT1040 algunas curiosidades sobre las huellas dactilares, utilizadas en la investigación policial o en la identificación en nuestros documentos de identidad. Una característica propia de la piel de nuestros dedos que no pasa de moda:
¿Para qué sirven?
La existencia de las huellas dactilares hace que la piel de nuestras manos y pies sea más rugosa. Una característica realmente útil si queremos agarrar con firmeza cualquier objeto.Se forman en el tercer o cuarto mes de embarazo
Que todavía existan en la piel de nuestros pies no significa, lógicamente, que estemos habituados a coger cosas con esa parte de nuestro cuerpo.
Hace mucho tiempo, sin embargo, sí que era necesario estar sujetos a ramas y troncos de árboles. Era otra época, donde no caminábamos por el suelo con los dos pies, ni teníamos el desarrollo tecnológico con el que contamos hoy en día.
Frettie (Wikimedia)¿Están determinadas en nuestros genes?
La respuesta es clara: no. Por ese motivo, no hay dos huellas dactilares iguales. Las también llamadas crestas papilares, formadas entre el tercer y cuarto mes de embarazo, no solo dependen de nuestra información genética.No existen dos huellas dactilares iguales
Su patrón también viene condicionado por el ambiente, de forma que la presión que sufra el feto por otras partes de su cuerpo, los golpecitos contra el viente de la madre, su posición o incluso la presión sanguínea, pueden llegar a condicionar también nuestras huellas dactilares.
De hecho, los gemelos monocigóticos (es decir, los que proceden de un mismo óvulo y por tanto presentan la misma información genética) no tienen las mismas huellas dactilares. Tampoco los clones, a pesar de que compartan el mismo ADN.
¿Podemos nacer sin huellas dactilares?
Por extraño que parezca, podemos llegar a nacer sin huellas dactilares. Sin embargo, este es un caso muy raro, que se ha observado solo en un número muy reducido de individuos en todo el mundo.Un cambio genético puede provocar que no tengamos huellas dactilares
Como explicaba América Valenzuela hace un par de años en su blog de RTVE, la adermatoglifia era la condición que permitía a algunas personas tener la piel de manos y pies extremadamente lisa. ¿La causa? Un único cambio en el gen SMARCAD1 podría tener la clave.
Esta rareza supone, sin lugar a dudas, un complicado problema en nuestros días. Y es que en la semana en que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea avala el uso de huellas dactilares como instrumento identificatorio, viajar puede ser un problema por una sola mutación genética.
¿Desde cuándo usamos las huellas dactilares?
Las últimas curiosidades se refieren a la utilización de huellas dactilares. Y es que a pesar de la reciente sentencia europea, este sistema de identificación se emplea desde el siglo XIX. Desde aquella época muchos departamentos de policía empezaron a usar las huellas dactilares para reconocer individuos.
En 1892, sería Argentina el primer país del mundo en resolver un caso criminal basándose en las huellas dactilares. La conocida como causa criminal de Francisca Rojas sería la primera en la que la dactiloscopía sería aplicada.
La imagen de la izquierda es la fotografía que se conserva de la huella del pulgar derecho de Francisca Rojas. Sería la clave para resolver este caso en el que la mujer argentina asesinó a sus dos hijos.
Sin embargo, sería Bengala el primer país en usar las huellas dactilares como evidencia en un juicio. Corría el año 1898, y tendrían que pasar más de 70 años para que el FBI, la agencia estadounidense, empezara a aplicar tecnología láser para identificar de manera no manual estas pruebas.
Como vemos, existen múltiples historias y curiosidades alrededor de las huellas dactilares. Aunque hoy en día su importancia ha sido en parte desplazada por el uso de pruebas genéticas en criminalística, lo cierto es que siguen siendo fundamentales en la identificación de personas.