Constelación lleva la idea del espacio profundo al misterio y al terror. La serie de Apple TV+, protagonizada por la actriz sueca Noomi Rapace, comienza por lo que parece un incidente aislado. Una explosión que transforma la tranquila existencia en la Estación Espacial Internacional, en la puerta abierta hacia una sucesión de hechos inexplicables e incluso tenebrosos.
A medida que el tiempo transcurre, quedará claro que un evento puramente técnico, conduce a un punto de la realidad desconocido. O al menos, la forma de entender el transcurrir del tiempo y el sentido mismo de la sustancia de la materia. La premisa puede parecer ambiciosa y lo es, pero la serie, la analiza con una metódica visión de hiperrealismo. La nave se muestra como el núcleo de una circunstancia que puede ser explicado de varias formas.
Con evidentes referencias a Gravity de Alfonso Cuarón, la astronauta Jo Ericsson (Rapace) deberá resolver el enigma de qué provocó la explosión. Flotando en el espacio profundo o analizando los datos a través del sistema de la Estación, la conclusión es una: la explosión fue un incidente fortuito pero grave.
Constelación
Constelación mezcla con efectividad la ciencia ficción dura y el género del terror. El resultado es una historia que explora el espacio profundo como un escenario lleno de misterios y a la vez, fuente de toda idea de lo sobrenatural. Con un apartado visual extraordinario y un guion que no deja detalle por fuera al explicar su conflicto, la serie sorprende por su solidez.
En medio de eso, el argumento incluye elementos de terror. Cuando Jo sale al espacio exterior para verificar daños, encuentra un cadáver disecado en un traje espacial, flotando y enlazado, de manera casi casual, al casco de la nave. A partir de ese momento, Constelación agrega, con sutileza, datos que hacen suponer que el incidente no es tan sencillo como el choque de un objeto contra el metal. A pesar de lo que indican los instrumentos, la experiencia o solo la deducción lógica, algo más y potencialmente terrorífico, está ocurriendo.
Lo que la ciencia no puede explicar
Poco a poco, Jo tratará de entender el motivo por el cual, lo que conoce, parece ser por completo nuevo. O al menos, desconocido. Fechas, eventos importantes de su vida y de la historia del mundo. Haciendo uso de la mecánica y la física cuántica, los primeros capítulos sugieres que esta ligera fractura de la percepción del personaje, es un tema relacionado con el accidente. Pero con lentitud, el argumento se moverá hacia el terreno mismo de explicar lo sobrenatural. ¿Se trata de un problema de cómo se percibe la certeza de lo real o un problema psiquiátrico de la astronauta?
Al principio, cada elemento apunta que se trata de la segunda opción. Después de todo, Jo sufrió un suceso traumático y la dislocación de la realidad — o cómo la comprende — procede de eso. Pero la serie no hace las cosas sencillas y el efectivo guion, explora capa tras capa de lo que el sentido de la verdad — luego, la realidad misma — puede ser. El mundo al que el personaje es el suyo. No obstante, a la vez no. Por lo que tendrá que descubrir cuando comenzó el cambio, qué lo produjo y hacia dónde la conduce.
El argumento es lo suficientemente inteligente y bien planteado, como para que la insinuación que los eventos inexplicables podrían tener un origen científico, se vuelva brumosa. Eso, a pesar de que ni la misma Jo lo cree y el guion la acompaña en la sensación de irrealidad y desorientación como algo físico. Los sucesos transcurre por regiones inéditas y temibles, que amenazan la cordura de la protagonista y cuestionan cada una de sus explicaciones. Para el final del segundo episodio, solo algo queda claro: la astronauta, sufrió un tipo de daño — ¿en la materia de su cuerpo?, ¿en su cerebro? — que la lleva a un espacio indeterminado.
Pequeñas pistas para un misterio mayor
En especial, porque cada cosa que ocurre, no es exagerada o violenta por sí misma. Solo distinta. Jo vuelve a la Tierra, para encontrar que su esposo, antes un hombre amable, se volvió irritable y violento. No de formas exageradas, pero sí evidentes, para alguien que le conoce bien.
O eso supone Jo, que se esfuerza por escudriñar qué le parece tan peligroso, cuando nada realmente lo es. Lo mismo pasa con su hija Alice (Davina y Rosie Coleman), que es la misma niña que conoció en lo esencial, pero que en los pequeños detalles — como no dominar un idioma o tener un renovado talento musical — es por completo irreconocible.
Constelación, entonces, toma el impulso de convertir a su historia en una de terror. Y la transición entre la ciencia ficción y el género es inusualmente sencilla y bien trabajada. Las explicaciones científicas son puntuales — aunque hay más diálogos explicativos de la cuenta — y siempre conducen a la misma conclusión. La anomalía que sufre Jo, no es solo un fenómeno de percepción. Es un hecho concreto que deberá enfrentar.
El espacio a un nivel nuevo
Durante los últimos años, la ciencia ficción clásica tuvo un revival de considerable interés. No solo gracias a la llegada al cine de cintas como Duna (cuya secuela disfrutaremos en poco), Resistencia y Godzilla: Minus One. También, por el fuerte impulso que el género recibió gracias a un grupo de series, entre las que se encuentran Fundación, Silo y Para toda la humanidad. Todas de Apple TV+. El servicio de suscripción es uno de los que mayores esfuerzos e inversión ha realizado para sostener un nuevo nivel de calidad en los argumentos del género.
Constelación, es la demostración de hasta dónde pueden llegar las producciones de la plataforma, tanto a nivel narrativo pero especialmente, el visual. Los efectos digitales son asombrosos en detalle y en el segundo capítulo, la recreación de la exploración espacial roza una exactitud que desconcierta.
Pero lo mejor de la serie, es, sin duda, su guion. Lleno de segundas lecturas y dimensiones de sus conceptos principales, profundiza tanto en los sucesos como en los personajes. Entre ambas cosas, Constelación atraviesa terrenos complicados que, incluso, se atreven a cuestionar planteamientos filosóficos. Un riesgo que el guion logra solventar con una historia bien contada y que cierra con originalidad, cada arista de lo que muestra. Un logro mayor que convierte a la serie en una de las mejores del servicio de suscripción.