El estreno de Avatar: La leyenda de Aang en Netflix ha sido todo un acontecimiento para los fans de la serie de animación. La plataforma de streaming ha llevado a cabo un nuevo remake live-action después de que la experiencia previa de 2010 no fuese nada bien. M. Night Shyamalan estrenó una película que no gustó ni a crítica ni a público y que fue un sonoro fracaso. Esta vez, el objetivo era aprender de aquellos errores y ofrecer algo mucho más fiel y cercano. Una idea que se ha conseguido, pero con matices.
La recepción de la serie ha sido positiva, pero tampoco exultante. La crítica y los fans han ensalzado su diseño de producción y su cast, pero también han encontrado algunos fallos mejorables. A su vez, se han llevado a cabo cambios sustanciales con respecto a la Avatar: La leyenda de Aang animada. Entre ellos, pueden encontrarse cinco modificaciones que son claves.
El genocidio de los Nómadas del Aire
En la serie de animación de Avatar: La leyenda de Aang, se hablaba de cómo, tras la desaparición de Aang, la Nación del Fuego atacó a los maestros del aire, erradicándolos a todos. Sin embargo, Netflix ha ido un paso más allá y ha mostrado explícitamente la masacre, algo que no se hacía en la original. Los más veteranos tratan de defender a los jóvenes, pero el Señor del Fuego Sozin cuenta con un plan devastador.
El villano se mantiene a la espera para lanzar el ataque justo cuando el Gran Cometa, posteriormente llamado Cometa de Sozin, pasa más cerca de la Tierra. Esto confiere a los maestros del fuego poderes multiplicados decenas de veces. Por ello, los Nómadas del Aire no son rivales, siendo calcinados sin remedio. Netflix arranca su versión de Avatar: La leyenda de Aang con ese horripilante momento antes de dar el salto de 100 años para narrar los eventos de la serie animada.
La ausencia de comedia
El segundo gran cambio no es tanto a nivel narrativo como en el propio tono de la serie. Avatar: La leyenda de Aang era una historia infantil y, como tal, estaba llena de momentos de comedia. En esta nueva adaptación, Netflix ha querido ponerse algo más seria y eliminar todo rastro de sentido humorístico en muchos instantes. Una lástima, pues en la original funcionaba muy bien, ya que los protagonistas no dejan de ser niños y, como tal, quieren y deben pasárselo bien. Aquí el drama por la guerra ocupa prácticamente toda la serie.
De hecho, no es el único cambio que se ha llevado a cabo en la serie. El carácter de Aang, al margen de esa cierta falta de vis cómica, sigue siendo risueño y adorable. Pero en Katara y Sokka hay modificaciones sustanciales. En la serie animada ella era mucho más segura de sí misma y tenía un carácter mucho más fuerte. Él, por su lado, era más bobalicón, muy machista y poco a poco aprendía que las mujeres pueden ser tan buenas guerreras como los hombres. Un arco de desarrollo que aquí se ha obviado por completo en él, aunque sí se incluye en los maestros de la Tribu del Agua del Norte en el episodio final.
El dominio del agua
Precisamente sobre el dominio del agua también hay algo bastante diferente. La temporada 1 de Avatar: La leyenda de Aang en su versión animada mostraba cómo el protagonista aprendía a dominar el primero de los tres elementos que le faltan. Y para ello podía contar con la ayuda de Katara, dado que cuando la conoce esta ya domina al menos lo más básico sobre cómo controlar el líquido. Juntos siguen un proceso de aprendizaje antes de que Aang pase a intentar controlar la tierra en la segunda temporada.
En la versión de Netflix, sin embargo, todo es diferente. Al principio de la serie, Katara no sabe prácticamente nada sobre cómo dominar el agua. Es la última maestra viva de su tribu, por lo que nadie ha podido enseñarle a hacerlo. Es ella quien, a lo largo de la temporada, ha ido aprendido sus posibilidades y movimientos. Pero Aang ni siquiera lo ha intentado, Netflix se ha reservado esta narrativa para la segunda temporada, cambiando así la historia de Avatar: La leyenda de Aang.
La relación de Zuko y su padre
El príncipe Zuko ha sido el villano de la primera parte de la temporada. El joven es el heredero al trono de la Nación del Fuego, pero está desterrado de su hogar desde hace años. Para poder volver, debe dar con el Avatar y llevarlo ante su padre, el Señor del Fuego Ozai. Este mantiene una relación muy peculiar con Zuko, hasta el punto de que fue quien le quemó la cara y le dejó esa imborrable cicatriz en el Agni Kai.
En realidad, la Avatar: La leyenda de Aang también es algo distinta al material de partida en este aspecto. Por ejemplo, en la serie animada Ozai le despojó a Zuko de su derecho al tono, mientras que en la de Netflix lo mantiene, Además, en esta versión el príncipe es utilizado por el Señor del Fuego únicamente para espolear y motivar a su hija Azula, que en la animación no aparecía hasta bastante más adelante en la serie. Por último, Netflix ha cambiado lo ocurrido en el Agni Kai. Originalmente, Zuko se negaba a pelar contra su padre. Pero en el live-action sí que lo hace.
El Estado Avatar
El último cambio evidente de Avatar: La leyenda de Aang se encuentra en el conocido como Estado Avatar. Este es el momento en el que Aang desata todo su poder, con los ojos y el tatuaje de la flecha iluminados. En la animación, se explica que para poder dominarlo es necesario desbloquear los siete chakras del cuerpo, que están conectados unos con otros. En la serie de Netflix, a Aang se le indica que para poder tomar el control únicamente debe aprender a dominar los cuatro elementos.
Además, en esta nueva aproximación a la historia de Avatar: La leyenda de Aang, las características del Estado Avatar son algo distintas. Cuando se entra en ese estado, los espíritus de todos los Avatares anteriores se unían y se manifestaban en su nueva reencarnación, incluso con uno de ellos pudiendo tomar el control de la mente de Aang. Esto último ahora se ha materializado también físicamente, pues la Avatar Kyoshi aparece físicamente en lugar de Aang para defender su isla.