En el cine, la saga del mago Harry Potter, interpretado por Daniel Radcliffe, se convirtió en una de las más icónicas y rentables de la historia. Ahora, la serie de HBO que promete adaptar íntegramente los 7 libros de la autora J.K Rowling intenta hacer lo mismo, pero en la televisión. Sin embargo, ni la sensibilidad cultural ni tampoco los fans, son el mismo contexto que deberá enfrentar una historia que, a lo largo de los años, se ha enfrentado a la polémica. 

La más reciente, la casi segura elección del actor Paapa Essiedu, para dar vida a Severus Snape. Según Deadline, el intérprete conocido por sus papeles en I May Destroy You, Gangs of London y The Lazarus Project, es la mejor opción para interpretar al conocido antihéroe de la franquicia. Algo que llevará al británico a tener que, al menos, igualar, la icónica encarnación del personaje que hizo el fallecido Alan Rickman. 

Como se recordará, en la versión cinematográfica, Rickman recibió incluso información privilegiada de parte de J.K Rowling acerca del pasado del misterioso villano. Una decisión que garantizó que la versión de un hombre torturado por remordimientos que encuentra la redención siendo un héroe de moral gris, fuera sensible y profunda. 

Un punto complejo para un personaje icónico

Paapa Essiedu Severus Snape
El británico Paapa Essiedu, aparentemente el actor escogido para interpretar a Severus Snape

Pero también, Paapa Essiedu tendrá lidiar con la posible oleada de racismo que despierte en redes sociales, el hecho de que sea un hombre negro, interpretando a un personaje canónicamente blanco. Una situación que podría acarrear la violencia online e incluso el acoso en las diversas plataformas. Una complicada circunstancia que deberá manejar en medio de preguntas acerca de la profundidad de la historia, el desarrollo de los personajes y el punto de vista acerca de sus acciones.

No obstante, el elemento más difícil alrededor del personaje va más allá de su apariencia. Aunque en la fantasía resulta irrelevante el color de piel, en el caso de Snape el giro va también ligado al complicado subtexto que lo rodea. Según la saga de libros de Rowling, el villano fue un niño pobre que creció en un hogar violento y que termina por enamorarse de Lily, futura madre de Harry.

Una vez en el colegio mágico de Hogwarts, Snape sufre acoso escolar por parte de un grupo de alumnos, entre los que se encuentra James, el padre del futuro protagonista. Y a pesar de que en el texto el motivo de la violencia es la inclinación de Snape por las artes oscuras, el componente de bullying se convierte en un punto controversial en la forma de entender al personaje. 

El pasado complejo de una figura ambigua

Harry Potter Severus Snape
Alan Rickman como Severus Snape

Sobre todo, porque Snape termina por crecer y convertirse en un hombre radicalizado y que apoya a los supremacistas, que consideran a los muggles — o seres humanos sin magia — inferiores. También, un hábil erudito de un tipo de conocimiento peligroso, que usa para apoyar la violencia del cruel Voldemort. Al final, la redención de Snape pasa por su amor por Lily Potter y su necesidad de hacer el bien, incluso en las peores circunstancias. También, en medio de un debate moral que enriquece las decisiones y, al final, el sacrificio del antihéroe. 

Pero con Paapa Essiedu interpretando al profesor de pociones, la dimensión del acoso, abuso y posterior comportamiento de Snape cobra nuevo significado. En particular, porque los enfrentamientos entre el grupo escolar encabezado por James Potter, podrían fácilmente confundirse con racismo sistémico. Mucho más duro aún, siendo que Snape será entonces un niño negro, menospreciado y humillado por chicos blancos y privilegiados. Que al crecer, además, deberá enfrentar un ambiente enrarecido en que se sospecha de su rectitud y lealtad. 

En los libros, las dudas con respecto a Snape se relacionan directamente con su pasado, ambigüedad y actitud fría. También, con las burlas de los alumnos sobre su poco agraciado aspecto físico. No obstante, ahora encarnado por Paapa Essiedu, el guion deberá cuidar que la mezcla no incorpore un elemento de desprecio racial. Un equilibrio necesario no solo para que el personaje de Snape no se transforme en un foco de debate cultural que lleve a la historia lejos de su origen. Mucho peor, que se vuelva directamente hiriente a nivel social.

La fantasía y el color de piel de los personajes

Noma Dumezweni y Emma Watson, ambas intérpretes de Hermione Granger

En 2015, la discusión sobre el racismo en la saga Harry Potter se volvió un tema denso que sobrellevar. No solo para su autora, sino también, para Warner como dueño de los derechos de la popular saga. Todo debido al estreno de la obra de teatro Harry Potter y el legado maldito en Londres. El argumento, que sigue al trío protagonista como adultos, presentó una novedad. La actriz negra Noma Dumezweni, interpretaría a Hermione. De inmediato, hubo una discusión en redes sociales, acerca del aspecto del personaje y cómo influía en la trama. 

En especial, cuando la autora insistió en que nunca había descrito a Hermione a detalle, más allá de su cabello encrespado y ojos marrones. Sin embargo, más allá de los pormenores técnicos, el centro del dilema procedía en cómo el nuevo dato sobre la heroína, cambiaba la percepción acerca de ella.

Después de todo, Hermione, hija de una pareja de odontólogos, muggles o no-magos, fue la única en escandalizarse por el trato esclavizante que se les dedicaba a los elfos domésticos. Como se recordará, en los libros, la especie mágica sirve a los magos humanos y a menudo, son tratados con crueldad y violencia. 

Contradicciones en Hogwarts

Hermione Granger (Noma Dumezweni), en la obra de teatro 'Harry Potter y el legado maldito'.

En la serie cinematográfica, en la cual el personaje está interpretado por la actriz Emma Watson, la solidaridad parece relacionada con su empatía y sensibilidad. No obstante, al ser negra, de inmediato la discusión se centró en la identidad racial de Hermione. Particularmente, en el hecho de que su sensibilidad al tema de represión y abuso, tendría una coherente relación con la historia de su propia comunidad. Ahora bien, una Hermione negra también provoca que los epítetos raciales que le dedican al personaje cambien e forma total. 

En los libros, el personaje de Draco Malfoy — hijo de padres magos y por tanto, parte de un linaje considerado puro — llama a Hermione “sangre sucia”. Eso, en atención a que sus padres no son magos y, por lo tanto, se considera una mestiza en medio del supremacismo más peligroso de la comunidad mágica. Pero con el ingrediente de la identidad racial de Hermione, las palabras de Draco se convierten en un insulto racial. Algo que hizo mucho más complejo el comportamiento de los seguidores de Voldemort y en especial, cómo se interpreta la historia de Rowling. 

Severus Snape en el centro del problema 

Alan Rickman y su interpretación de Severus Snape

Algo muy semejante podría suceder con Severus Snape, como un hombre negro. Desde los insultos y agresiones que sufre siendo niño — que serían, entonces, insultos raciales — hasta la actitud general alrededor del mago. Lo cierto, es que la capa de complejidad que aborda darle una nueva identidad racial a Snape obligará al argumento de la serie, a reflexionar sobre los dilemas que plantea de manera distinta. 

De definir cómo se comprende el racismo en el universo de Rowling, hasta si tiene la misma censura social que se les dedica a los prejuicios supremacistas. Lo cierto es que el argumento de la serie — que ya se anunció se extenderá casi por una década — deberá ahondar, y lo más rápido que pueda, en los temas que propone. Mucho más difícil, reflexionar sobre diversos puntos de vista, que en los que los libros fallan y que en la actualidad resultan incómodos. Eso, cuando no directamente problemáticos. 

Un mundo que debe actualizarse

Especialmente, porque la saga literaria no ha envejecido del todo bien. Por lo que deja a su paso, una serie de tópicos que su autora no profundizó en su oportunidad. Elfos domésticos sometidos a maltratos, cuya naturaleza les impide resistirse o, incluso, les empuja a disfrutar una situación semejante. El uso de la palabra muggle como un epíteto peyorativo, por lo que antes o después en las novelas, algunos magos insisten en la estupidez o ceguera de los que no usan la magia. Incluso, situaciones tan cuestionables, como la capacidad de los magos para borrar la memoria — una transgresión al consentimiento — para mantener su identidad oculta. 

La saga de J.K. Rowling no solo tiene algunos puntos directamente arcaicos, sino otros, que al momento de su publicación no parecían tan polémicos, pero ahora lo son. De modo que la serie de HBO tendrá que enfrentar la comparación con una adaptación de una franquicia cinematográfica exitosa. Asimismo, de sentar las bases de su propio contexto, en medio de las diversas discusiones sobre inclusión y equidad actuales. 

Una escritora complicada

jk rowling harry potter transfobia

Por si todo lo anterior no fuera un peso complicado para llevar a cuestas, la serie de HBO deberá enfrentar el extenso rechazo a J.K. Rowling. Desde el año 2020, la autora ha utilizado su cuenta en la red social X (antes Twitter), para exponer su postura abiertamente transfóbica. Desde debates acerca de la identidad de género hasta su oposición a leyes que protegen a la identidad trans. La autora se ha convertido en una figura pública complicada. Eso, al dividir a los fanáticos de sus obras, ganarse el rechazo público y volverse un elemento conflictivo con el cual lidiar. 

Mucho peor, a medida que sus opiniones se volvieron más extremistas y se identificó con el llamado feminismo radical transexcluyente. En medio de constantes acusaciones de discurso de odio, Rowling pareció enfocar toda su visibilidad y poder para apuntalar sus controversiales puntos de vista. Algo que la volvió un punto opaco en las diferentes obras relacionadas con su universo literario.

El caso más evidente, el discreto fracaso de la saga cinematográfica Animales fantásticos. Basada libremente en uno de los libros del canon de la historia central, el proyecto fue el primero de la productora Wizarding World. Con guion de la autora y una historia que abarcaba toda una nueva dimensión del mundo, se esperaba que se extendiera por cinco películas. Pero al final, se limitó a una trilogía, que sin ser especialmente decepcionante, sí careció del apoyo de los fanáticos. También, de la repercusión cultural que se esperaba de ella. Un fracaso que se achacó a Rowling y al rechazo que su actitud provocó en sus fanáticos. 

A pesar de eso, Warner Bros. se apartó de la polémica, dejando claro que reconoce la polémica alrededor de Rowling. No obstante, considera que son opiniones, por lo que no tienen relación con la producción que se encuentra ahora mismo en sus fases iniciales o las decisiones a futuro. Una postura tibia y controversial que también fue criticada por el público y prensa especializada.

Hilar fino en la historia de Harry Potter

Harry Potter y la piedra filosofal Max

En la actualidad, hay pocos detalles acerca de buena parte de la serie. Más allá de la confirmación de John Lithgow (Cónclave) como Albus Dumbledore y Paapa Essiedu como la opción más fuerte para encarnar a Snape, hay un evidente hermetismo con el resto del elenco. También, la forma en que los showrunners Mark Mylod y Francesca Gardiner enfocarán al mundo mágico para la televisión.

Pero algo si es evidente: la serie debe tomar decisiones que permitan a la clásica historia infantil ser algo más que un conjunto de interminables polémicas. También, llevar el mensaje de justicia, amor y el poder de las convicciones que hizo famosa a las novelas en primer lugar a una nueva generación. ¿Podrá lograrlo? Solo queda esperar.