En julio, Netflix llegó a estrenar más de 50 producciones originales marcando un récord hasta ahora inédito —y por el momento imbatible— que pone al resto de los canales por suscripción en una posición complicada. Un fenómeno que parece repetirse durante el mes de agosto: la plataforma vuelve a ponerse a la cabeza de los estrenos de producciones con el sello de la casa.

El resto de los canales intentan seguir el paso y aunque no puedan presumir directamente de una ingente cantidad de material recién producido, sí muestran un creciente catálogo que incluye lo mejor de Hollywood. HBO Max trae una selección de películas que incluye Birds of Prey (2020) de Cathy Yan y la multinominada al Oscar Jojo Rabbit (2019) de Taika Waititi, Hulu muestra su amplía catálogo de clásicos con 3:10 to Yuma (2007), A Good Woman (2006), A Perfect Murder (1998) y Amazon Prime Video muestra sus originales Pan y Circo, Inés del Alma Mía y un robusto catálogo de lo más reciente del cine estadounidense, además de algunas producciones europeas que añaden un interés considerable a su contenido.

No obstante, tanto Apple TV+ como Disney Plus, parecen tener verdaderos problemas para equipararse al decidido esfuerzo del resto de las plataformas para mantener actualizado el material disponible para sus suscriptores.

Los de Cupertino apenas tienen algunas cuantas películas en su versión de venta por demanda (que incluye su gran estreno de julio, Greyhound, de Aaron Schneider), la comedia de producción original Ted Lasso de Bill Lawrencey Jason Sudeikis, sin otra novedad en documentales o cualquier otro contenido.

El complejo caso de Disney Plus

El caso más crítico parece ser el de Disney Plus, que llega al mes de agosto con apenas dos películas — Phineas y Ferb, la película: Candace contra el universo y The One and Only Ivan — y un único documental: Howard, que se estrenará el 7 de agosto.

El canal, la situación es incluso más penosa de lo que podría suponerse: agosto sería el mes del estreno de The Falcon and the Winter Soldier, pospuesto de manera indefinida luego que la emergencia sanitaria del coronavirus obligará a detener su producción. Todavía no hay anuncio de su estatus de producción o cuando será estrenada finalmente.

La situación no podría ser más complicada para Disney Plus. Después de un comienzo prometedor (con un repunte millonario de suscripciones y el éxito inmediato de The Mandalorian), la caída en la oferta de su contenido original ha demostrado que la doble presión de la emergencia sanitaria del coronavirus, así como el hecho de disponer de poco material producido antes del parón provocado por la cuarentena les ponen en una situación de considerable desventaja.

Justamente cuando su siguiente paso era apuntalar no solo su posición en el mercado, fidelizar al cliente y al final, disputarse el rango de suscriptores jóvenes y adultos con Netflix, a quien todos los análisis daban por el posible perdedor en una contienda complicada.

Pero los vaticinios resultaron erróneos y mostraron un fenómeno curioso: mientras que Netflix, que perdió con HBO Max y Disney Plus parte de su catálogo y debió luchar por mantenerse a flote después de cancelar o ceder a terceras plataformas varios de sus programas emblemáticos, encontró la manera de sostenerse a través de una robusta inversión en producción original. Y el resto de los canales lidian con el hecho que la falta de producciones frescas o, al menos, varias de sus promesas de promoción no llegarán a su catálogo en las fechas esperadas y es probable que sufran un retraso considerablemente mayor a seis meses.

Al final, Netflix encontró la fórmula para triunfar y parece estar trabajando en apuntalar su posición.

El golpe de un gigante

A principios del año pasado y antes que los estragos de la pandemia sacudieran al mundo del espectáculo, Netflix parecía atravesar un mal momento. HBO anunció la llegada de su tercera plataforma online — esta vez mucho más grande y ambiciosa que sus otros intentos — y su primer movimiento fue arrebatar Friends — elemento insigne del catálogo de Netflix — para incluirla en el contenido a disposición de sus futuros suscriptores. La situación se tornó en una situación muy pública: tanto como para que Friends disfrutara de un revival inesperado e incluso Warner Media anunciara la tan esperada reunión del evento.

Por otro lado, Disney Plus se anunció como el centro de todas las grandes mitologías modernas. El canal llevaría a la televisión una selección de su inmenso contenido — que incluye también el catálogo FOX — y también toda una serie de nuevas producciones basadas en sus franquicias más famosas.

Los diferentes eventos de fans alrededor del mundo se llenaron de noticias sobre series, programas, películas y spin off de sus programas más queridos y para agosto de 2019, era evidente que Disney Plus era la competencia más temible de Netflix, quien además había perdido todas sus emblemáticas series de Marvel: la cancelación en cadena de Jessica Jones, Daredevil, Iron Fist y el resto de las series basadas en personajes de la editorial demostró que Disney Plus estaba dispuesto a jugar con todas sus armas y que sin duda, Netflix parecía tener todas las de perder en una apuesta semejante.

Solo que Netflix tenía varias cartas bajo la manga. La primera y más importante: la decisión de reforzar y aumentar el presupuesto para la producción de originales a lo largo y ancho del mundo. Desde Turquía hasta Dinamarca, las series y películas con el sello de Netflix enfocadas a un mercado local comenzaron a engrosar su catálogo, en un golpe de efecto que sorprendió a los medios especializados y despertó el interés.

La segunda y más interesante a nivel de mercado fue la decisión de Netflix de aumentar de manera exponencial las producciones realizadas en Hollywood, pero desde una óptica de negocios por completo nueva. Avalando desde filmaciones de películas de grandes nombres como Alfonso Cuaron y Martin Scorsese, hasta una numerosa serie de adaptaciones y nuevas producciones cortas que se convirtieron en el principal recurso de su catálogo.

Mientras el resto de los canales se afanaban por comprar catálogos cinematográficos de considerable importancia, Netflix se ocupó de filmar bajo su sello películas que, además, pasaron a engrosar las alfombras rojas de las principales premiaciones del mundo. Para los últimos meses del 2019 fue evidente que el canal tenía una nueva forma de hacer negocios y de entender la experiencia con el cliente que estaba a punto de dar buenos dividendos.

Lo que nadie esperaba era que una crisis mundial convirtiera su estrategia en un éxito sin precedentes que, además, le encumbrara como el principal canal de suscripción streaming a nivel mundial.

Aplicación de Netflix en Android
Foto: David Ortiz | Hipertextual.

Un año atípico

Hace unas semanas, Netflix público su balance anual y reveló que registró 10,1 millones de nuevos suscriptores en el segundo trimestre del año, lo que elevó su número de clientes a la astronómica suma de 192,95 millones aumentando sus ganancias netas en 720 millones de dólares en el segundo trimestre.

Semejante escenario convierte al canal en el virtual triunfador de la llamada guerra de las plataformas streaming sino que además le convierte en uno fenómeno digno de estudio que asombra por su poder e influencia.

Todo lo anterior ocurre después de que la pandemia y la posterior cuarentena obligaran al cierre de cines alrededor del mundo y convirtiera al contenido online en la opción inmediata de los millones de televidentes y aficionados al cine, confinados en casa sin otra posibilidad que acudir a los catálogos de las diferentes opciones streaming. Es entonces cuando Netflix parece haber atestado el golpe de gracia, no solo a sus competidores naturales, sino también a la posibilidad que incluso el VOD pueda superar en ganancias su oferta.

Se trató de una estrategia y una forma de hacer negocios por completo distinta que ahora, brinda frutos y que, de hecho, permitió a Netflix lidiar con las consecuencias inmediatas del aplazamiento de producciones y cierre de set alrededor del mundo. Como la mayoría de sus series estrenan temporadas completas el mismo día, gran parte de las producciones de Netflix se graban de manera simultánea, lo que permite tener material nuevo con meses de antelación.

Sobre todo, si las series o programas, se llevan a cabo en mercados locales. Por ejemplo, el mercado turco y surcoreano se han convertido en una fuente casi constante de material nuevo para el catálogo Netflix, lo mismo que el hindú y el finlandés. Series originales como The Protector (Turquía) creada por Jason George, Özge Bağdatlıoğlu y Binnur Karaevli y la nórdica Sorjonen de Miikko Oikkonen se han convertido en relativos éxitos dentro de la plataforma, así como una muestra idónea para comprender como la estructura de Netflix de producción e intercambio de talentos alrededor del mundo se han convertido en un éxito inesperado y con toda seguridad, perdurable.

¿Y el futuro?

Con los principales estrenos de Disney aplazados de forma indefinida o con fecha tentativa para el 2021, los de Marvel convertidos en una incógnita —y el final de la trilogía de Spider-Man con el rostro de Tom Holland aplazada para los últimos meses del año entrante — y el resto del calendario cinematográfico en suspense, lo más probable es que el regreso a las salas de cine sea más tortuoso, complicado y lejano que nunca.

De modo que el poder de las plataformas streaming continúa en aumento y sobre todo su influencia de cara a cómo se comprenderá el mercado del entretenimiento quizás en el próximo lustro.

¿Y Netflix? Sin duda está cerca de convertirse no sólo en el canal más poderoso del selecto grupo de plataformas con alcance mundial, sino el ejemplo de una nueva manera de asumir y profundizar una manera idónea de revitalizar el mundo del arte. Quizás, el momento más importante en medio de su larga travesía hacia su posición dentro del mercado en el futuro.

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