En Civil War, el director y también guionista Alex Garland, relata una guerra civil estadounidense en un contexto contemporáneo. Mucho más, deja a un lado cualquier tipo de analogía, para adentrarse en un realismo cruel y violento. Lee (Kirsten Dunst), es una periodista que recorre un país dividido, asediado por un enfrentamiento fratricida y en medio de una explosión social. Poco a poco, la fotógrafa descubrirá que el conflicto está a punto no solo de arrasar con el país y su cultura, sino también con cada elemento que sostenía un cierto orden social. 

Pero una de las preguntas que no se responden en la cinta, es como se llegó a ese punto. Se brinda información, de manera indirecta y a subtexto, pero jamás se muestra del todo que pasó para desembocar una situación semejante. No obstante, una cosa está clara. Lo que terminó por fracturar a EE. UU. en la ficción es algo más que una disputa por el poder o un enfrentamiento entre enemigos tradicionales. En Civil War, no hay buenos ni malos. Tampoco, es la fricción entre oponentes políticos llevada al terreno de las armas. Lo que hace el conflicto más realista y simple que solo extrapolar un conflicto actual a una premisa cinematográfica.

Entonces, ¿qué es lo que realmente está ocurriendo en Civil War? Te contamos los — escasos — datos que ofrece el guion y cómo se estructuran para crear una historia con tintes verídicos. De una ruptura en el orden constitucional a dos aliados improbables. Alex Garland logró profundizar en una premisa espeluznante por su solidez. Ningún sistema político está a salvo de un rápido deterioro. 

Todo comienza en Washington

En Civil War, el conflicto comienza — o al menos, eso sugiere el guion — por un hecho de naturaleza política y jurídica. El presidente (Nick Offerman, de The Last of Us y The Office), se encuentra en su tercer mandato. En varias escenas, se pueden ver alocuciones y también, insinuaciones concretas acerca de esta violación directa a la 22.ª Enmienda de la Constitución estadounidense. Esta indica que nadie puede ser elegido más de dos veces como líder de la nación. Lo que supone que, antes o después, hubo una ruptura en el hilo legal, ya fuera por alguna sentencia espuria o a la fuerza.

Todo parece ir a peor, cuando se indica que debido a esa posición, el funcionario debió actuar de una forma u otra para conservar su lugar en el poder ejecutivo. Lo que supone, atacar con el monopolio de las armas a cualquiera que se le haya opuesto, desmantelar oficinas e instituciones y presionar para seguir legislando a su favor. 

Uno de los puntos más interesantes de la película es que todo lo anterior, se muestra en detalles abiertos a interpretación o no demasiados directos. Lo que permite que la cinta deje abierta varias preguntas. ¿Alguien se opone a un proceso semejante, que sentenció la democracia estadounidense a su caída? ¿Quiénes son los enemigos de un líder político corrompido semejante? 

Dos aliados improbables en ‘Civil War’

Uno de los puntos más interesantes de la película, es que su visión sobre el conflicto no lleva a la ficción algún enfrentamiento real. De hecho, Civil War no especula sobre movimientos políticos actuales. Los enemigos del gobierno fascista de Washington no son demócratas o republicanos. Tampoco, ultraderechistas o izquierdas. Son dos opuestos que debieron unir sus fuerzas para evitar un gobierno que solo busca perpetuarse en el poder. 

Por un lado, se encuentra Texas, que como se insinúa en la película, decidió llevar sus armas y contingentes de soldados contra el gobierno central. Al otro extremo, está California, que se le unió con la intención de evitar que un líder autoritario continúe en la Casa Blanca. En la ficción, ambos estados dejaron a un lado sus posiciones antagónicas, para avanzar y arrebatar el control del país al presidente en funciones. 

Lo singular de la decisión de Garland, fue maniobrar alrededor de todas las ideas actuales sobre las posiciones ante el poder de ambos estados. En la actualidad, Texas es conocido como un bastión republicano, además de sus posiciones cercanas a la extrema derecha. Por su parte, California es un enclave demócrata y tradicionalmente, alineado con ideas de izquierda moderada. 

Batalla de ideas en ‘Civil War’

Este extraño mapa político provoca que, en la ficción, Norteamérica esté en medio de tres fuerzas que amenazan con desintegrar la nación. A un extremo, un presidente con inclinaciones autoritarias y con todas las armas del país a su disposición. Otro, con dos estados que tienen sus propias armas y que están dispuestos a enfrentar a Washington. 

Finalmente, un gran y extenso territorio en caos, que se agrava por grupos de milicias ciudadanas y también, mercenarios de toda índole. Finamente, la película de Alex Garland, reinterpreta la idea de dos frentes violentos en disputa, en el escenario más amplio y complicado posible. Lo que hace de Civil War tanto un aviso como una mirada inquietante a un futuro distópico.

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