Según los cálculos de la OMS, en el mundo hay unos 50 millones de personas con alzhéimer. Sin embargo, se calcula que la cifra podría ascender hasta los 152 millones para 2050. La esperanza de vida de la población está aumentando muchísimo en un gran número de países. Como consecuencia, a medida que sus habitantes envejecen, aumenta la probabilidad de contraer enfermedades como esta. Por eso, es vital encontrar un tratamiento. De momento, no hay una cura. Se han investigado algunas formas de ralentizar el avance de los síntomas. Pero poco más. Ahora bien, ¿y si la clave para al menos prevenir la enfermedad estuviese en un fármaco que ya está en el mercado? Esa es la propuesta de un equipo de científicos de varios centros de investigación estadounidenses, cuyo trabajo ha llegado a encontrar un curioso papel protector en el sildenafilo, mucho más conocido como viagra. 

En realidad, esto es algo que ya se sospechaba. Había varios estudios que apuntaban a la posible eficacia de la viagra para prevenir el alzhéimer. Sin embargo, estos entraban en conflicto con otros que no encontraban suficientes evidencias. Ahora, sin embargo, se ha realizado una investigación mucho más completa, con la que sus autores han dado una respuesta más sólida a esta cuestión. Y, según parece, sí que existe ese efecto protector.

De hecho, según sus cálculos, el consumo de viagra podría reducir el riesgo de alzhéimer en más de un 50%. Lo han demostrado tanto mediante análisis computacional como con estudios de laboratorio.

El papel de la viagra contra el alzhéimer

Los inhibidores de la fosfodiesterasa son un conjunto de fármacos utilizados para tratar la disfunción eréctil, por su capacidad de relajar el músculo liso del pene y, así, favorecer la entrada de sangre que da lugar a la eyaculación. Entre ellos se encuentra el sildenafilo, más conocido como viagra.

En el caso concreto del sildenafilo, en el pasado comenzó a utilizarse para tratar la hipertensión pulmonar. No obstante, se observó un curioso-y placentero- efecto secundario que llevó a pensar a los investigadores que podría tener otras utilidades. Así fue como surgió la función más conocida de la famosa pastillita azul.

No obstante, tanto a este como a otros inhibidores de la fosfodiesterasa se le conocen también funciones sobre el sistema nervioso. Concretamente, se ha visto que tienen un papel relevante en las vías de señalización nerviosas que conducen a la neuroplasticidad. Es decir, a ese proceso por el que nuestro sistema nervioso va adaptándose y aprendiendo de los estímulos del medio. Ante esta observación, se empezaron a llevar a cabo estudios con el objetivo de comprobar si la viagra podría proteger del alzhéimer.

Concretamente, algunos estudios mostraron que su administración era capaz de reducir el exceso de fosforilaciones de las proteínas tau. Estas son proteínas que ayudan a estabilizar unas estructuras llamadas microtúbulos, que actúan como soporte de las células. Para su buen funcionamiento es necesario que se le añada un grupo químico, conocido como fosfato, en un proceso llamado fosforilación. Por lo tanto, la fosforilación es necesaria, pero solo en su justa medida. Si se produce en exceso, estamos ante un fenómeno de hiperfosforilación, por el que la proteína tau tiende a agregarse, formando una especie de marañas relacionadas con la aparición del alzhéimer. 

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La agregación de proteína tau por hisperfosforilación está muy relacionada con el alzhéimer. Crédito: Ebuxbaum (Wikimedia Commons)

El estudio que decanta la balanza

Obviamente, esos estudios que muestran que el sildenafilo reduce la hiperfosforilación señalan que, efectivamente, la viagra protege del alzhéimer. No obstante, también hay estudios en los que no se observa que realmente haya una relación directa en la prevención de la enfermedad.

Por eso, los autores del estudio que se acaba de publicar en Journal of Alzheimer’s Disease quisieron ir más allá y realizar una investigación a dos niveles.

Por un lado, tomaron células madre de pacientes con alzhéimer y las transformaron en neuronas. Este es un paso importante. No se pueden extraer neuronas de un paciente vivo, por eso, entre otras causas, es una enfermedad muy difícil de estudiar. Sin embargo, sí que se pueden extraer células madre, que son aquellas que aún no se han diferenciado a un tipo celular concreto, como las neuronas. Incluso se pueden tomar células adultas de fácil acceso, como las de la piel, reprogramarlas de nuevo a células madre y, después, transformarlas en neuronas.

Una vez obtenidas las neuronas procedentes de pacientes con alzhéimer, las cultivaron en el laboratorio y analizaron qué ocurría al ponerlas en contacto con el sildenafilo. Como esperaban, observaron dos efectos que hablan de ese papel protector de la viagra contra el alzhéimer.

En primer lugar, se redujo muchísimo la fosforilación de las proteínas tau presentes en las neuronas. Y, en segundo lugar, se observaron cambios en la expresión de genes asociados a la inflamación, la comunicación nerviosa y la estructura celular. Que un gen se exprese quiere decir que se utiliza. Todas las células de un solo organismo contienen los mismos genes, pero cada uno de ellos se expresa para utilizarse en el lugar y el momento adecuado. Por ejemplo, el gen para sintetizar la insulina se expresa en el páncreas, pero no en las células del ojo. Además, incluso en el páncreas, se expresa cuando hay un exceso de glucosa en la sangre, que debe retirarse. En definitiva, los genes se encienden y se apagan cuando van haciendo falta. Eso es lo que se conoce como expresión génica.

La otra cara del estudio

mononucleosis, esclerosis múltiple
Para cultivar las neuronas, tomaron células madre de pacientes con alzhéimer. Crédito: Hal Gatewood (Unsplash)

Una vez realizados los estudios de laboratorio, estos científicos recurrieron también a la inteligencia artificial. Concretamente, analizaron datos de varios seguros médicos de Estados Unidos, para comprobar si había una relación entre las personas que tomaban viagra y las que desarrollaban alzhéimer.

El algoritmo detectó una asociación clara. El consumo de sildenafilo, tanto contra la disfunción eréctil como para tratar la hipertensión pulmonar, parecía estar asociado a una menor probabilidad de contraer alzhéimer con el paso del tiempo.

Por eso, vale la pena seguir explorando esta relación. Al fin y al cabo, se trata de un fármaco que ya está en las farmacias. Ya ha pasado por estudios clínicos que han mostrado su seguridad, por lo que la burocracia para su administración con este fin podría ir más deprisa. No obstante, aún será necesario investigar un poco más, para tener resultados todavía más sólidos y, sobre todo, decidir a qué población tendría que administrarse. Es un buen punto de partida, pero su uso con este fin nos queda todavía algo lejos. 

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