Oculus Quest 2 es un casco de realidad virtual al que se le pueden sacar pocas pegas por el precio al que llega al mercado, y cuyas únicas carencias son las propias de esta tecnología que obliga a ponerte un casco de medio kilo en la cabeza durante tus sesiones de juego.Aunque con la explosión de la realidad vitual todos intentaron hacerse un hueco en el mercado, lo cierto es que de un tiempo a esta parte, pocos actores han sobrevivido, y los que lo han hecho, han sido en mercados distintos.

Oculus es, quizás, uno de los más conocidos en este mercado tan característico, y lo cierto es desde su compra por Facebook en 2014, la evolución de la compañía ha sido constante y, en ciertos aspectos interesantes: hacer de la realidad virtual algo independiente al PC, tratarla como un dispositivo con recursos propios, y sobre todo, intetar llevarla al máximo número de usuarios.

Con Quest, la compañía dio un primer paso en esto de separar, más allá de una experiencia temporal y limitada, la realidad virtual de una consola -como la propuesta de Sony- o de un PC, darle entidad propia y sobre todo, empezar a allanar el camino para reducir los costes de un producto que, por sus características, estaba más destinado a un nicho específico de mercado -el de la gama alta- que al común de sus jugadores.

Ahora con Oculus Quest 2 se encamina en la misma dirección sin suponer una gran revolución, un cambio de paradigma: fusionar lo que ya funcionaba de maravilla con la primera versión pero sin dar nada por sentado y aportando un mayor valor añadido a la independencia del dispositivo, pero a una mayor dependencia de Facebook.

Para usar las Oculus Quest 2 necesitas una cuenta de Facebook. Simple y sencillo. Pese a que la compañía ya anunció que las cuentas de ambas compañías no se fusionarían hasta finales de 2022, es necesario si queremos usar este dispositivo. En principio, más allá de compartir algunos aspectos sociales y unificar parte de la experiencia de compra dentro de las gafas, para usar el Oculus Quest 2 hay que pasar sí o sí por Facebook.

Es un aspecto importante de cara a la privacidad del usuario, pero en todo momento la aplicación, desde la que se gestionan las gafas, permite limitar lo que estas comparten en nuestro Facebook perfil de Oculus, dando algunas herramientas al usuario para que no se comparta su actividad con las gafas.

Las Oculus Quest 2 no se entienden sin Facebook, y en los próximos meses, serán la totalidad de la gama de dispositivos las que pidan fusionar las cuentas. Dado el componente social de muchos de los títulos disponibles y dado que Oculus ya es una compañía de Facebook es un paso lógico, pero no deja de ser un aspecto a tener en cuenta para aquellos que busquen unas gafas de realidad virtual que, como decimos, son independientes de cualquier PC pero totalmente dependientes de Facebook.

Pasado el escollo de fusionar las cuentas de Oculus y Facebook, el proceso de configuración es muy sencillo, y se puede hacer directamente desde las gafas, que una vez puestas, nos pedirá que nos conectemos a la red Wi-Fi y que vinculemos el casco a través de la aplicación móvil de Oculus.

Y listo.

A partir de ahí, la experiencia con las Oculus Quest 2 no cambia mucho respecto a cualquier otro casco de realidad virtual, al menos si has probado el modelo anterior o las Oculus Go. Es un casco de plástico duro bastante ligero en la mano pero que, sorprendentemente, se hace algo pesado cuando lo usamos en una sesión prolongada de juego. Al final esto es un problema endémico a los cascos de realidad virtual, y en cierto modo, aunque las Oculus Quest 2 son bastante cómodas, la presión sobre la cara, así como lo cerca que tenemos el visor de los ojos, hacen que para sesiones prolongadas de juego haya que darse más de un merecido descanso cada 15-20 minutos, aunque esto es algo que dependerá del usuario. Si además le sumamos unos auriculares premium, el peso del conjunto se dispara.

Las Oculus Quest 2 permiten ajustar la mayoría de elementos del casco, desde la dureza de las gomas y por tanto la presión que ofrece el casco en la cabeza, hasta la separación de las lentes, pasando además por un sistema de rotación flexible en los laterales que permite ajustar -de forma limitada- el ángulo del casco sobre la cabeza. Incluye, además, un adaptador opcional para los usuarios que utilicen gafas, de forma que añade unos centímetros de separación entre las lentes y las gafas del usuario para que se algo más cómodo.

El diseño es bastante sobrio como el resto de cascos de la compañía: el Oculus Quest 2 es blanco en su totalidad excepto la parte que va en la cara y la goma de protección. El resto del casco no tiene elementos visibles más allá del botón de encendido/reposo, el puerto de carga USB tipo C, un jack para auriculares, y cuatro puntos en la parte frontal que corresponden a las cámara de posicionamiento que son las guían los mando y calculan la posición del usuario en la sala.

Este, las cámaras, son un elementos fundamental, puesto a la hora de configurar el casco nos pedirá dibujar en el suelo una línea de delimite los límites en los que queremos jugar, de forma que si con el casco puesto nos acercamos a esos límites, aparecerá una reja que nos avisa que podemos estar en peligro. Este conocimiento espacial es gracias a las cámaras de posicionamiento, que además se comunican con los mandos para que, en caso de que no sobrepasemos los límites con los pies pero sí lo hagamos con los mandos, el sistema nos avise igual.

Y hablando de los mandos, son sencillamente excepcionales. Son el elemento mejor trabajado y más cómodo de todos los Oculus Quest 2, y desde luego tienen una disposición y una configuración que nos encantaría ver en otros dispositivos de control. Aunque son tremendamente plásticosos la sensación en la mamo es muy buena, y tanto la disposición de los botones como el agarre son muy cómodos. Como es lógico, todo usuario necesitará un proceso de adaptación, pero superado este, verá que los mando de Oculus Quest 2 son sobresalientes.

Un detalle interesantes es que si los dejamos en algún sitio, no tenemos que quitarnos el casco para buscarlos puesto que el Oculus genera una representación 3D en tiempo real de los mandos y nos muestra en todo momento donde están, algo que es genial si estamos utilizando el casco para ver una película, por ejemplo, o para cogernos después de terminar algún título que no los usa o que no es compatible con ellos.

Oculus Quest 2: experiencia de uso

¿Y cómo es la experiencia con los Oculus Quest 2? Pues depende, y nunca ha dependido tanto del contenido. Si bien en calidad de imagen es superior al resto de los cascos anteriores gracias a aumento de la resolución del dispositivo, la calidad de los juegos dependerá totalmente del título. De los disponibles en la tienda de Oculus la mayoría de los renombres se disfrutan enormemente en las Quest 2. En cambio, gracias a que permite jugar de forma inlámbrica con el PC, es donde más provecho se le pueden sacar a las gafas, aunque lógicamente la configuración es más complicada que comprar algo en la tienda de Oculus, y la calidad dependerá de la potencia que ofrezca tu PC.

Sea como sea, la imagen en el Oculus es nítida, se nota de bastante calidad, y pese a que inicialmente seremos capaces de "ver los píxeles" tras unos minutos la experiencia es tan inmersiva, sobre todo con auriculares, que los pequeños defectos pasarán desapercibidos. Los mandos responden en tiempo real, incluyendo cuando hacemos transmisión desde otro dispositivo, y no hemos apreciado ningún tipo de lag o ralentización en su uso.

En general la experiencia si tenemos en cuenta el precio es de diez. La mayoría de peros que le podemos sacar son endémicos a la propiedad realidad virtual, pero en términos generales todo lo que hace este Oculus Quest 2 lo hace de forma sobresaliente.

¿Merece la pena su compra?

Si bien sigue siendo un producto de nicho, y será sobre todo aquellos los que juegan en PC los que vean en el Quest 2 un dispositivo imprescindible, todo tipo de jugadores disfrutarán con su uso. El dispositivo permite también ver películas en Netflix directamente en el casco, pero no es algo que resulte muy cómodo para algo más de 30-40 minutos, por lo que esto último no es un elementos diferenciador, aunque se agradece.

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En caso de que estes preguntándote si merece la pena su compra la respuesta universal es más valida en este caso que en la mayoría: depende.

- Si te gusta la realidad virtual o es tu primera aproximación a la misma, las Oculus Quest 2 te ofrecerán todo lo que puede dar de sí en un precio bastante comedido, incluso poder jugar a tus juegos de PC.

- En cambio si no tienes un PC, y aunque el catálogo de tienda de Oculus es amplio, no recomendaría su compra puesto la mayoría del contenido es limitado y funciona más como un pasatiempo temporal que como algo de lo que sacar provecho para entrar de lleno en la realidad virtual.

Conclusión

Oculus ha conseguido con los Quest 2 un balance excepcional entre prestaciones y precio. Nos hubiera gustado una mayor separación de casco con Facebook, sobre todo para aquellos que van a utilizar con el PC y no con las aplicaciones disponibles en el servicio del propio casco, pero en términos genrales es un dispositivo excepcional.

A un casco totalmente compatible con el PC, gestionado desde el móvil y que ofrece una calidad de visualización bastante superior a la mayoría de las alternativas del mercado, al precio del dispositivo (~350 euros) y totalmente inalámbrico, pocas pegas se le pueden sacar.

Pros

  • Materiales, sensaciones y experiencia de uso.
  • Calidad de la poantalla simulada.
  • Duración de la batería
  • Almacenamiento de hasta 256GB.
  • La comodidad de los mandos.
  • USB
  • C

Contras

  • El peso del conjunto, junto con auriculares sigue siendo incómodo.
  • Vinculación total con la cuenta de Facebook, incluso para usarlo con el PC.
  • Sin un ajuste perfecto por parte del usuario, en ocasiones se filtra la luz exterior.

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