Los nuevos teléfonos de Google se esperan con ansia en los círculos tecnológicos desde que la compañía decidió dar el paso y pasar a fabricarlos completamente por cuenta propia, pudiendo decir aquello de made by Google y no tener que andar recurriendo a terceros fabricantes para elaborar el producto en sí. Y no es para menos, pues en apenas tres años la empresa de Mountain View se ha ganado la atención a base de ofrecer lo que se llevaba mucho tiempo esperando de ella.
"Nos comprometemos a hacer de los Nexus cámaras increíblemente buenas. Tan solo esperad y veréis", decía en 2013 Vic Gundotra, entonces VP de Ingeniería de Google, en una de las citas que más se recuerdan cuando se habla de los smartphones de la compañía. A pesar de esto, la promesa nunca llegó a cumplirse del todo a fecha de su último Nexus, el 6P, lanzado en 2015. Otro gallo canta ahora, sin embargo.
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A la espera de la gran cámara
La historia de Google en el ámbito de fabricación de terminales comienza en 2010 con el Nexus One, un terminal que daba el primer paso en una aventura por conseguir llevar el mejor Android a los bolsillos de todo el mundo. En estos primeros pasos, como se ha mencionado, la firma tuvo que requerir de la ayuda de expertos en el sector que tuvieran la capacidad de producir terminales con la que ellos no contaban, recurriendo a HTC en ese primer modelo y en los años posteriores a otras empresas como LG, Samsung, Motorola o Huawei.
En 2013, año en el que Gundotra realizó su citada aseveración, llegó el Nexus 5, uno de los terminales más emblemáticos de la casa por su atractiva combinación de precio y especificaciones. Sin embargo, ni en ese ni en los años posteriores, que culminaron con el Nexus 5X y el mencionado 6P, consiguieron ofrecer lo que un usuario avanzado podía considerar como una buena cámara, especialmente en los escenarios donde la luminosidad se echaba en falta.
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Además, el hecho de proceder de otros fabricantes era algo que condicionaba también a la marca en gran medida en el momento de realizar mejoras en este aspecto, aunque quisiera. Era el propio Gundotra quien ponía de manifiesto el pasado año que cualquier fabricante de Android iba a estar por detrás del iPhone en calidad fotográfica por las constricciones que suponía depender de Google para implementar ciertas mejoras. Pero ¿y si el fabricante es la propia compañía que hace el software?
Cualquier Android hace peores fotos que un iPhone, según un ex vicepresidente de Google
Una gran experiencia
El abandono de los Nexus permitió a Google pasar a depender de sí misma, algo que ha venido acompañado de una importante mejora en el campo de la fotografía, especialmente en el Pixel 2 y, ahora con el Pixel 3. Máxime si se tiene en cuenta que, mientras las cuatro lentes ya hacen acto de presencia en otros terminales, la compañía californiana sigue apostando por una única cuyo principal peso sea llevado por el software.
Los resultados son, en muchas ocasiones, inauditos en fotografía móvil con una lente. No solo en lo referente al modo retrato, que ha demostrado conseguir tomas espectaculares –aunque en otras se sigue echando de menos una cámara adicional para efectuar mejores mediciones y aplicar un nivel de desenfoque más correcto o para características como el zoom sin pérdida de calidad–, sino en el conjunto de tomas en situaciones aparentemente difíciles de resolver, como contraluces o la controvertida bajo luminosidad.
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La cámara del Google Pixel 3 y el 3 XL, a pesar de no ser perfecta, vuelve a poner en relevancia en gran trabajo realizado por la compañía en los últimos años y lo prometedor que es el futuro. El HDR+, el zoom de alta resolución o el modo retrato son una muestra de las virguerías que se pueden llegar a conseguir disponiendo de las herramientas adecuadas para ello. Con los Nexus no se consiguió alcanzar la promesa de las "cámaras increíblemente buenas" que prometió Gundotra, pero los Pixel son la prueba palpable de que el ejecutivo estaba en lo correcto y ese día terminaría por llegar.