Las personas que hacen "ciencia" no son, ni mucho menos, perfectas. Los investigadores se equivocan, malinterpretan o, mucho peor, engañan en ocasiones. Pero no os preocupéis, el sistema de publicación científica viene al rescate. De vez en cuando, algún otro investigador se da cuenta de que hay algo mal en esos resultados de los que habla todo el mundo. Y sólo tras un intenso escrutinio se podrá comprobar si efectivamente el estudio publicado estaba mal. Es entonces cuando llega el peor momento para un científico: la retractación. Por suerte, esto casi nunca llega, ¿verdad? Tal vez habría que revisar los más de 650 artículos retractados por MEDLINE en 2016, uno de los repositorios más grandes sobre salud del mundo. Y este es solo un ejemplo.

¿Cómo se retira un artículo?

No es ciencia lo que no se "comparte". Para que un hecho científico tenga repercusión y se asiente entre los profesionales de la ciencia tiene que publicarse. Por cuestiones muy complejas casi todos los investigadores tratan de publicar sus resultados en las revistas más prestigiosas. Estas revistas no son publicaciones normales. Se conocen como de peer review o revisión por pares porque los estudios son revisados por otros científicos que normalmente saben algo del tema del que se quiere publicar.

Estos "pares", como se conocen formalmente, determinan si el artículo es lo suficientemente bueno o si ha de hacerse algún cambio: más datos, mejor explicaciones o algún experimento más. Una vez pasado este filtro, cuya finalidad (utópica) es velar por la calidad científica, y tras superar otras barreras de corte editorial, el artículo se publica en una de estas revistas, que también se llaman coloquialmente como journals. Publicar en estas revistas convierte el estudio en "oficial" para que cualquier otro científico pueda reproducirlo o usar los datos obtenidos en su propia investigación.

Pero cuando uno de estos estudios no puede repetirse en otro laboratorio distinto, siguiendo las mismas condiciones; o los resultados contradicen horriblemente las evidencias obtenidas en otros muchos estudios; o hay algo raro, datos que no se sostienen o que aparecen de la nada... en todos estos casos, cuando alguien se percata, se inicia una nueva investigación para determinar si el estudio es correcto. Si el equipo científico no es capaz de explicar qué ha ido mal y por qué, los journal retirarán el artículo y explicarán mediante una nota formal las razones de los artículos retractados. Esto, en el imaginario científico solo se puede traducir con una palabra: Fail.

Top 10 de retractaciones en 2016

Existen varios estudios que tratan de cuantificar el número de artículos retractados totales en todos los journals existentes en el mundo. Es una tarea casi imposible de acometer por una cuestión muy sencilla: hay demasiados. Y encima, debido al fracaso que supone el retractar un paper (un artículo), tanto para la revista, que ha fallado en su revisión, como para el investigador, los artículos retractados suelen ser expuestos con mucha, mucha discreción. No obstante, aquí tenemos los casos más sonados de este 2016.

Cuando te roban un paper

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Uno de los principales problemas de enviar tu artículo (o paper) a un experto que entienda de qué va es que, probablemente, ese experto esté trabajando en algo parecido a ti. Esto provoca muchos miedos entre los científicos que creen que dichos expertos pueden decirle al editor que no publique el artículo alegando problemas sólo para poder publicar ellos antes unos resultados muy parecidos. En ciencia es importantísimo quién publica qué resultados antes, porque es el que se llevará la atención, prestigio y financiación para seguir investigando, grosso modo. Así que hay razones de sobra para temer. Y si no que se lo digan a Michael Dansinger del Tufts Medical Center. Precisamente le ocurrió esto: su artículo fue rechazado por la revista solo para ver que meses después alguien publicaba los resultados de un estudio similar.

Pero la sorpresa fue mayúscula cuando, tras tirar de varios hilos, Dansinger se percató de una serie de detalles muy inquietantes. En primer lugar, el investigador había sido uno de los "pares" que había revisado su artículo. Esto suele ser confidencial y discreto, pero el mundo es muy pequeño. Pero eso no es lo peor. Lo peor fue ver parte de sus datos literalmente robados, copiados y fusilados en el paper de este otro autor. Así, sin miramientos. A Dansinger le habían plagiado y utilizado sus datos como si fueran de otro equipo, destruyendo su estudio por el camino. Por suerte, el investigador pudo reclamar y el estudio publicado por el "ladrón" pasó a ser parte de los artículos retractados del mundo. Es triste que esto ocurra mucho más a menudo de lo que imaginamos.

El "Creador", un gran co-autor

Spoilers: Dios no vive en el cielo. Fox.
Spoilers: Dios no vive en el cielo. Fox.

Parece mentira que a día de hoy todavía se entienda el creacionismo como una rama con tintes científicos. Al menos en ciertos círculos. Es decir, la creencia y el método científico no tienen por que estar peleados. Eso va con cada uno. Pero no se puede hacer ciencia de un dogma. Así que a todos se nos pusieron los pelos de punta al leer cómo el "diseño adecuado" del "Creador" había dotado a las manos de esta forma tan adecuada a nuestras necesidades ¡en un texto científico! Los artículos científicos no tienen como finalidad aportar valores políticos, religiosos o supersticiosos. Son documentos con información filtrada por el método científico con la intención de servir a otros científicos en sus estudios. Por suerte o desgracia, el Creador no tiene cabida en este tipo de documentos porque su sentido no es medible, ni contrastable. Ni siquiera útil. Pero a algún revisor se le escapó, lo que generó una de las retractaciones más chistosas no solo de 2016, sino de los últimos años.

Deje de copiar, caballero

Fernando Suárez Bilbao

El pasado noviembre de 2016, tanto la prensa escrita como los medios digitales se hacían eco de un escándalo importante: el rector de la Universidad Rey Juan Carlos desde 2013, Fernando Suárez Bilbao, supuestamente, había plagiado a varios autores, copiando sin que se le cayeran los anillos varios textos. Hasta cuarenta y tres de cuarenta y cinco páginas de uno, o diez de quince en otro... De hecho, tal y como se comprobó más tarde, se copiaron hasta con erratas o conclusiones. Los textos sobre derecho e historia medieval fueron publicados en diversos artículos científicos. A medida que se destapaba, el alcance de este plagio fue haciéndose mayor, hasta alcanzar niveles internacionales. Aunque la diatriba todavía está vigente, ya que se ha solicitado hasta su destitución como rector. El Journal donde se publicaron varios de sus artículos procedió a retractar los documentos en cuanto se confirmó una de las mayores polémicas en investigación destapadas en España.

Genes modificados y bebés cabra

metanfetamina
Gio.tto | Shutterstock

Pocos temas suscitan tanta polémica como los OGM. Especialmente cuando un artículo demuestra que los genes de los organismos modificados genéticamente podrían acabar "añadidos" en el material genético de los bebés. Bebés cabra en esta caso, claro. Pero la preocupación puede resultar mayúscula: ¿hay algún problema con los alimentos procedentes de organismos modificados? ¿Podría ocurrirle algo a mi propio bebé? La preocupación es legítima. Excepto porque el estudio es falso. Y ya está retractado. Tal y como se comprobó en última instancia, parte de los datos publicados eran, sencillamente, mentira. Inventados por los autores o modificados hasta no tener sentido.

A la decimosexta va la vencida. O no.

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Hasta dieciséis paper se unen a los artículos retractados bajo una denuncia. Una denuncia por parte de un investigador que acusa a varios antiguos compañeros de la Universidad de Duke por fraude y plagio. Las investigaciones, que versan sobre varios temas de fisiología y biología molecular, además de falsas en sus datos, utilizaron parte del trabajo de este otro investigador sin tan siquiera consultarle, publicándolo como suyo, explicaba el retirado William Michael Foster. Pero si los dieciséis artículos retractados no son suficientes para llamar la atención, diremos que además las subvenciones asociadas a estas investigaciones ascienden a más de 200 millones de dólares. Suficiente para estar en el top ten, ¿verdad? Y todavía no ha terminado la cosa.

Todavía se pueden retirar más artículos de golpe

Viagra contra el cáncer de piel

El problema de la retractación de un artículo es que puede "manchar" a otros artículos que se han basado en este otro anterior. Como en un efecto dominó, todos podrían acabar eliminándose. En otras ocasiones, ni tan siquiera queda claro cuál es el problema. Este es el caso de Jin Cheng, quien ha visto diecinueve de sus trabajos sobre el cáncer retractados tras solicitar la corrección de uno de ellos. No queda demasiado claro qué ha ocurrido, pero de pronto, un gran número de artículos se anulan. Sí sabemos que la editorial le solicitó los datos de varias de las figuras. También existen varias lagunas en toda esta historia. Pero la razón real de los artículos retractados, por Desgracia, sigue siendo un misterio (aunque los editores apuntan a las "buenas prácticas en el uso de figuras"). Por su parte, el investigador se mantiene en sus trece.

Autismo y vacunas, ¿no estaban pasadas de moda?

autismo
Dubova | Shutterstock

Parece increíble que a estas alturas todavía existan grupos de investigación dedicándole la más mínima atención al tema del autismo provocado por vacunas. Pero lo cierto es que todavía ocurre. En el Journal Frontier in Public Health saltaba a la palestra una nueva prueba irrefutable de que las vacunas pueden producir autismo. O que al menos está relacionado. Pero de nuevo, algún experto con seso se dedicó a mirar los datos aportados y comprobarlos en su propio laboratorio (con el gasto y esfuerzo que esto conlleva). Tras investigar el caso a fondo, el paper fue, definitivamente, retractado. Uno más a la basura. ¿La razón? Los investigadores se habían inventado, de nuevo, los datos.

La tráquea de la discordia

fraude
Paolo Macchiarini, el cirujano italiano acusado de fraude científico en varios países europeos.

Uno de los casos más tristes de 2016 es el del escándalo sobre el trasplante de tráquea realizado por el cirujano milagroso y pionero de las células madre Paolo Macchiarini. Este doctor llevaba a cabo experimentos con humanos en Alemania, España, Italia, Suecia y Rusia. Todos sus trasplantes de tráqueas de plástico resultaron mortales para sus pacientes, salvo en uno o dos casos en los que se retiró el trasplante a tiempo. Sin embargo, estos pacientes no fueron salvados por Macchiarini, precisamente, quien perdió rápidamente el interés en sus conejillos de indias humanos, sobre todo cuando sus curas milagrosas comenzaron a fallar. Tal y como contaba nuestra compañera, Ángela Bernardo, uno de estos pacientes, una joven de Turquía, perdió varios órganos en la operación, y si hasta ahora se ha salvado ha sido gracias a los excelentes trasplantes de órganos y a la atención médica recibida. O el triste caso del joven que fue engañado para que recibiera la tráquea de plástico, supuestamente para salvar su vida, lo que provocó su muerte poco después. Una de las historias más catastróficas y que, por desgracia, todavía sigue en liza dentro del mundo científico.

"Investigaré lo que me de la gana"

Shutterstock I Iakov Filimonov
Shutterstock I Iakov Filimonov

Ned Nikolov quería investigar sobre el cambio climático. Sin embargo, su universidad le dijo que nanai. El dinero es ajustado y ha de hacerse lo que ha de hacerse. Tiempo después, un tal Den Volokin, junto a Lark ReLlez, publicaban dos artículos un tanto controvertidos sobre el calentamiento global en el Advances in Space Research. Sin entrar en la temática del artículo, poco después alguien levantaba un ceja y apuntaba a un hecho obvio. ¿No se parecen estos nombres a los de otros investigadores? Y es que Ned Nikolov ha compartido muchos trabajos con su colega Karl Zeller. Curioso. Efectivamente, ambos habían publicado firmando con sus nombres invertidos para evitar problemas institucionales. O para generar la polémica. En cualquier caso, ya no se lleva eso de los pseudónimos, así que uno de los artículos fue retractado. El otro solo fue corregido. A día de hoy "Volokin" todavía contesta correos electrónicos.

El arte que ¿mata?

Damien Hirst

Si odias algo, no hay nada mejor que buscar evidencias científicas que demuestren su peligro para la salud. Esa parece la premisa de un artículo sobre las obras de arte de Damien Hirst. En él se describe cómo el aire alrededor de las mismas (animales embalsamados en formaldehído, básicamente) pueden ser tóxico debido a escapes de la sustancia. Sin embargo, aunque el artículo fue publicado, rápidamente se echó para atrás. Según el propio autor del estudio, no es concluyente. Es curioso, sin embargo, que los co-autores del estudio estén en desacuerdo con la decisión. Dicen las malas lenguas que hay una carta de cierto abogado en toda esta historia que podría dar luz a las razones de la retractación. En cualquier caso, ha sido la retirada de un paper más artísticamente polémica del año.

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