Uno de los peores temores de un emprendedor es que venga alguien que haga algo parecido, o igual a lo nuestro, y empiece una batalla para lograr una mayor cuota de mercado. Un temor que es mucho más pronunciado si aún somos una pequeña startup, que aunque no nos falten ganas, aún tenemos mucho camino por delante y, aún teniendo algo más de trayectoria, en poco tiempo podríamos jugar en igualdad de condiciones respecto a la competencia.
Glovo acaba de entrar en Madrid con una tarifa de 5,50 euros, 50 céntimos superior a la de Warever
Ya lo vaticinó Jorge de Andrés, fundador de Warever, cuando hablábamos con él sobre su startup de reparto de productos a domicilio en 60 minutos: "En algún momento nos cruzaremos con la competencia, la startup de Barcelona Glovo, y veremos qué pasa". El momento ha llegado. Unas semanas escasas han tenido que pasar para que la versión catalana de Warever anunciase que acaba de deshacer las maletas en Madrid.
Fundada hace un año por Óscar Pierre y Sacha Michaud en Barcelona, Glovo, ya está realizando sus primeros pedidos en el área urbana de la capital. Un desayuno de Mamá Framboise, unas zapatillas de El Corte Inglés o un regalo de Isolée han sido algunos de sus primeros pedidos. Su modus operandi similar, por no decir igual, al de Warever; en escasos 60 minutos los usuarios reciben en su casa lo que quieran a través de un grupo de mensajeros independientes, un total de 10 en este caso, por una tarifa determinada.
En Barcelona cuentan con un tiempo medio de entrega de 27 minutos y un crecimiento mensual del 40%. Veremos qué le depara Madrid.
En cuanto al precio, en este caso, la tarifa juega del lado de Warever. De momento. Para su desembarco en Madrid, Glovo ha anunciado un precio de 5,50 por transporte, mientras que Warever mantiene sus 5 euros. Está por ver los juegos de precios que empezarán a partir de ahora para hacerse con el mayor porcentaje de mercado, porque lo que sí está claro es que los clientes son fieles a una marca, pero más fieles son a un buen precio.