Materialistas no es solo una encantadora comedia romántica. Que lo es, y probablemente, una de las mejores de la última década. También, es una reflexión en clave maliciosa acerca del amor, el dinero y las complicadas relaciones entre ambas cosas. Dirigida y escrita por Celine Song (Vidas Pasadas de 2023), la cinta cuenta la historia de Lucy (Dakota Johnson), una casamentera de Nueva York. Pero no una cualquiera, sino una con la suficiente experiencia para lograr parejas en apariencia perfectas. Con una actitud un tanto cínica, es capaz de combinar amor y ventaja financiera en un romance idílico.
Todo eso cambia cuando conoce a Harry (Pedro Pascal), el hombre de sus sueños. O al menos, lo es en papel: guapo, acaudalado e inteligente. No obstante, apenas comienza una relación con el intrigante corredor de bolsa, John (Chris Evans), reaparece en la vida de Lucy. Este último, un antiguo amor que desafía la fórmula de dinero y estabilidad financiera en que el personaje de Dakota Johnson cree sin dudar. Por lo que la mesa está servida para una reflexión acerca del romance moderno, la ambición y al final, lo que sostiene en realidad a cualquier pareja.
Uno de los puntos fuertes de la cinta, es su guion, lleno de diálogos ingeniosos y brillantes giros que exploran en su premisa con sofisticada elegancia. Pero, aunque buena parte del mérito lo tiene el talento de la directora y escritora, también se trata de una confluencia de situaciones afortunadas. Ideal y singular como se escucha, lo cierto es que la cinta está basada en una historia real. Una, además, que permitió a Celine Song explorar sobre la naturaleza humana, el deseo y al final, la necesidad de amar y ser amado.
¿Qué historia inspiró ‘Materialistas’?

Según contó la misma cineasta a Today, el proceso de escritura de Materialistas comenzó en un momento especialmente complejo en su vida. Se encontraba entre la postproducción de Vidas Pasadas y la llegada de la cinta al Festival de Sundance, durante los primeros meses de 2023. En medio del ajetreo y para, de alguna u otra forma, tomar un respiro en medio de la larga travesía de presentaciones y entrevistas, decidió comenzar una historia. Pero no cualquiera. Se trató de un relato basado en una experiencia que tuvo alrededor de sus veinte años y que, según admite, cambió su punto de vista sobre el amor por completo.
Para la época, la por entonces aspirante a directora y guionista, trabajaba duro para entrar en el circuito de escritores de Nueva York. Pero mientras intentaba lograrlo, necesitaba un oficio alterno. Y como asegura en la entrevista, no tenía habilidades ni como barista ni vendedora. De modo a que apostó para convertirse en casamentera. Todo luego de conocer a una profesional en el rubro durante una fiesta a la que asistió.
Sin embargo, lo que comenzó como un experimento, terminó por convertirse en un empleo de tiempo completo por casi seis meses. La experiencia, que aunque no tan sofisticada como la de Lucy en Materialistas, sí tuvo sus frutos. Para la escritora, fue una fuente de conocimientos acerca de los sentimientos, el romance contemporáneo e incluso, la naturaleza de la vulnerabilidad en hombres y mujeres. Temas presentes en Materialistas.
Un experimento que salió bien

Al final, Celine Song decidió renunciar al trabajo porque no escribía y la rutina de encontrar parejas para otro, resultaba casi demasiado divertida. Por lo que una vez que probó la experiencia de ayudar a los solteros de Nueva York a buscar pareja, decidió regresar al escritorio para seguir sus ambiciones. Pero llevando a cambio un considerable caudal de experiencia para sus futuras historias.
Sin embargo, la experiencia resultó especialmente importante para escribir no solo el guion de Materialistas, sino para escribir sobre los sentimientos humanos en general. Según contó a Variety, trabajar como casamentera —al menos, por una época — le permitió indagar en la forma en que cada persona imagina el amor. En la entrevista, la realizadora y guionista cuenta que para lograr parejas con intereses comunes, solía preguntar el escenario en que cada cliente se sentía querido. Las respuestas — siempre distintas y curiosas — le sorprendieron y conmovieron.
Y le permitieron comprender que los intereses en común y visiones sobre cosas sencillas, como cuando disfrutar de una velada o comer, son fundamentales en una relación. Puntos que Materialistas toca y lleva a una dimensión nueva, al reflexionar sobre el motivo por el que amamos y queremos ser amados. Uno de los grandes éxitos de la cinta.

