El nombre de Geraldine Fernández ha ocupado los titulares de medio mundo en la última semana. Se trata de una ilustradora colombiana que, de un día para otro, ha visto cómo su figura se ha convertido en una de las más controvertidas del planeta. El motivo involucra al Studio Ghibli, la exitosa compañía de animación de la que proceden títulos como El viaje de Chihiro, Mi vecino Totoro o La princesa Mononoke. Su última película, El chico y la garza, llegó a los cines el pasado 2023.

La última obra del eterno maestro Hayao Miyazaki fue encumbrada y recibió elogios de todo el mundo. Tanto es así que incluso ha ganado el Globo de Oro a Mejor película de animación por delante de la otra gran favorita, Spider-Man: Cruzando el multiverso. Ha sido tras estos sucesos cuando el nombre de Geraldine Fernández ha comenzado a resonar. La joven empezó a comentar que había trabajado en el filme.

Poco a poco, empresas, universidades y medios de comunicación contactaron con ella. Ya el pasado mes de octubre, Fernández ofreció incluso una charla para la Universidad Sergio Arboleda. En ella les contó a los estudiantes su experiencia. También desveló que desde Studio Ghibli le habían enviado una carta y un regalo agradeciendo su ardua labor. "Después de ilustrar casi 50.000, 20.000 fotogramas, la mano te queda así y claramente ellos allá lo aprecian demasiado", indicaba en el acto.

El chico y la garza

Es ahí donde todo comienza a tambalearse. Y es que, aunque a ojos inexpertos la historia pueda resultar creíble y no tener mayor trascendencia, para cualquiera que sepa de animación ese comentario chirría. Sea como sea, Geraldine Fernández continuó divulgando hasta que llegó el celebrado Globo de Oro. El prestigioso reconocimiento puso a la ilustradora en el foco de toda Colombia. El periódico El Heraldo publicó una noticia sobre ella.

El trabajo de Geraldine Fernández en Studio Ghibli

En dicha noticia, Fernández volvía a asegurar que realizó más de 25.000 fotogramas de El chico y la garza. "Era hoja por hoja, escena por escena, todo a mano, algunas cosas eran digitales", explicaba. Una vez en la prensa, la historia dio el salto al resto del mundo. Medios como Infobae también la publicaron. E incluso la empresa en la que trabajaba, Tecnoglass, quiso sacar pecho por contar con ella entre sus filas.

"Ojalá uno pudiera ser un cultivo de talentos aquí y exportables, gente que vuele alto. Uno no quiere ser el piloto del avión, sino ser el pasajero, que la gente salga adelante por sí sola y, después, uno poder compartir que estuvieron allí", mencionaba Christian Daes, el director ejecutivo de la compañía. Los elogios a Geraldine Fernández llegaban desde todas partes.

El chico y la garza

La escena del incendio

Hace unos días, ella se prestó a ofrecer una entrevista al youtuber español Caith Sith. A este le comentó que suya era la mano detrás de "la primera parte de la película, que son casi 15 minutos". Geraldine Fernández hablaba de la secuencia del incendio, uno de los momentos más aclamados de El chico y la garza. Sith repreguntó para cerciorarse de sus palabras y ella, de nuevo, aseguró que dicha escena era responsabilidad suya. Sin embargo, con el eco de su historia, esta también llegó hasta las redes sociales. Muchos usuarios comenzaron a investigar ante la increíble labor de la ilustradora. Y, efectivamente, la acusaron de que no era creíble y que se lo había inventado todo.

La primera prueba fue que el nombre de Geraldine Fernández no aparece en ningún momento en los créditos de El chico y la garza. Si hubiera trabajado en ella, y más en algo tan grande e importante como la escena del incendio, lo lógico sería pensar que al menos estaría debidamente acreditada. La segunda prueba es que ya en diciembre, Inverse había sacado un reportaje donde revelaban que la secuencia era obra de Shinya Ohira, un artista asignado específicamente por el propio Miyazaki para la misión.

Ohira ha trabajado en las películas de Studio Ghibli desde hace más de dos décadas. Entre su filmografía se encuentran ilustraciones de El viaje de Chihiro, El castillo ambulante o El viento se levanta. Su estilo es tan certero que el director quiso que fuera él quien dibujara la escena del incendio para transmitir al espectador los sentimientos de desconcierto, miedo y agonía del joven Mahito. La pregunta que surgía entonces era qué había hecho realmente Geraldine Fernández en El chico y la garza.

Las disculpas de Geraldine Fernández

Una vez destapada la mentira, los memes circularon sin freno por las redes sociales. Miles de fans de Ghibli, dolidos por el engaño, acusaron a Fernández de manipuladora y de habérselo inventado todo. La situación llegó a un punto en el que no le quedó más remedio que reconocer lo ocurrido. Aunque, de nuevo, con versiones que hacen levantar una ceja al respecto.

El chico y la garza

Geraldine concedió una entrevista en Blu Radio donde lamentaba haber exagerado al respecto. "No es real que haya hecho sola los 25.000 fotogramas. Fue en equipo. Hice 200", afirmaba. Según comentó, en un principio solo les habló a sus amigos y círculos privados sobre el trabajo en el filme de Studio Ghibli. Pero una amiga decidió contárselo a periodistas y, a partir de ahí, la bola de nieve no paró de crecer. En lugar de aclarar lo sucedido desde un principio, optó por huir hacia adelante con la mentira.

"Me arrepiento de todo. Hubiera preferido no haberles dicho a mis amigos, en especial a la que se tomó el atrevimiento de difundir la información", reflexionaba. Tal y como recoge El País, Geraldine Fernández también informó de que había contactado con el estudio para que le enviaran un certificado de su contribución. Eso sí, pese a haberlo recibido, no quiso mostrarlo para no continuar alimentando la polémica.

El problema se ha torcido aún más cuando, poco después, en redes ha aparecido un nuevo comunicado firmado por Geraldine Fernández en el que reconocía no haber trabajado nunca en El chico y la garza ni con Hayao Miyazaki. Una nueva versión, acompañada de una confesión a la periodista de Caracol Radio Vanessa De La Torre, que llegaba cuando el caso comenzaba a hacerse un hueco en los medios japoneses.

De esta forma, se ha cerrado una polémica con la que una joven ha tratado de engañar a medio planeta con un resultado tan esperable como infructuoso. Geraldine Fernández nunca ha tenido nada que ver con El chico y la garza ni con cualquier proyecto del Studio Ghibli. Toda su mentira nació del amor por las películas de la compañía y una falta de madurez en la gestión de las informaciones que se fueron publicando.

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