Lucas Pérez, el futbolista gallego, ex del Deportivo de la Coruña y recién llegado al PSV, acaba de ser diagnosticado con tuberculosis, por lo que posiblemente se pierda todo lo que queda de temporada. La mayor preocupación del equipo en estos momentos, después de asegurarse del bienestar de Pérez, es que no haya contagiado a otros jugadores. Por eso, están haciendo pruebas regulares a todos ellos, para detectar la infección cuanto antes si se diera. Ahora bien, ¿cómo ha podido contagiarse Lucas Pérez con esta enfermedad? ¿No es una afección antigua y casi desaparecida?

Esto último es una idea bastante extendida de la tuberculosis. Quizás se deba a que solemos asociarla con la muerte de personajes históricos como Gustavo Adolfo Bécquer, Alfonso XII, Miguel Hernández o Eugène Delacroix. Es cierto que en el pasado era una enfermedad mucho más mortal, básicamente porque se debe a una infección bacteriana y aún no había antibióticos para tratarla. Sin embargo, la tuberculosis nunca se ha llegado a erradicar. Recurrentemente se dan brotes más o menos extendidos. En España hay un sistema de control dirigido a detectarlos y justamente ahora han saltado algunas alarmas al respecto.

El contagio de Lucas Pérez no ha sido casualidad. Se están dando muchos casos tanto en España como en otros lugares de Europa. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica ha advertido de un aumento de 4.000 casos anuales, con una incidencia que ya alcanza los 8,2 casos por cada 100.000 habitantes. ¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Hay que tomar alguna medida específica?

La tuberculosis no causa síntomas siempre

Es importante destacar que hay dos tipos de tuberculosis, la activa y la latente. La segunda se da cuando se produce la infección, pero el sistema inmunitario mantiene el virus a raya, de modo que no genera síntomas ni contagia. Algunas personas pueden permanecer así durante muchísimo tiempo sin llegar a saber nunca que estuvieron infectados.

Sin embargo, cuando la infección se produce con las defensas bajas, sí que puede darse de forma activa. Incluso puede que una infección latente se active por una bajada de defensas. Esto hace que sea muy difícil saber cuándo se produjo el contagio, ya que los síntomas pueden empezar semanas, meses o incluso años después del contacto con la persona enferma. 

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La enfermedad la produce una bacteria, por eso se trata con antibióticos. Wikimedia Commons.

Según han señalado desde el PSV, Lucas Pérez tiene una infección de tuberculosis activa. Por ese motivo, ya está aislado y recibiendo el tratamiento pertinente con antibióticos.

¿Por qué antibióticos?

La tuberculosis la produce una bacteria llamada Mycobacterium tuberculosis. Por eso se trata con antibióticos. Normalmente el tratamiento suele durar entre 6 y 9 meses, aunque a las dos semanas el paciente ya deja de ser contagioso. Aun así, el aislamiento se suele alargar un poco más. En el caso de Lucas Pérez, se ha señalado que estará un mes aislado y alejado de sus compañeros de equipo. Esto supone que no podrá entrenar y, por lo tanto, puede que pierda forma para seguir jugando el resto de temporada.

¿Cuáles son los síntomas de la tuberculosis?

La tuberculosis afecta principalmente a los pulmones. Los síntomas suelen consistir en una tos muy intensa, a veces acompañada de sangre y moco, dolor en el pecho, dificultad para respirar, cansancio y fiebre. En algunos casos se pueden afectar otras partes del cuerpo, como la columna vertebral o los riñones. Si eso ocurre, se producen síntomas específicos como dolor de espalda u orina con sangre. Es muy raro que llegue al cerebro, pero si ocurre los síntomas pueden ser mucho más graves. Incluso mortales.

Generalmente, si el sistema inmunitario del paciente es competente los síntomas no llegan a ser fatales. Sobre todo si el tratamiento con antibióticos funciona. El único problema es que, como para otras enfermedades, cada vez hay más bacterias resistentes a antibióticos. Si no se hace nada para frenar esta situación y bacterias como M. tuberculosis se hacen resistentes a todas las opciones, sí que podríamos volver a los tiempos de Bécquer o Miguel Hernández.

resistencia a los antibióticos
Si la bacteria resiste a los antibióticos podríamos estar ante un serio problema. Imagen generada mediante IA.

Aún no es el caso. Por lo general suele haber antibióticos a los que la bacteria es aún sensible. Pero no debemos confiarnos.

¿Cómo se contagió Lucas Pérez?

No sabemos cómo se produjo el contagio de Lucas Pérez. Los médicos del PSV confían en que no ocurriese dentro del equipo, pues solo lleva jugando allí desde finales de febrero y es muy posible que se contagiase antes.

El contagio, como con otras infecciones respiratorias, se produce por la inhalación de gotitas liberadas por los enfermos cuando tosen, estornudan o hablan. La parte positiva es que, al contrario de lo que ocurre con otros patógenos respiratorios, hace falta un contacto bastante estrecho. Normalmente los contagios se producen dentro de familias o entornos educativos o laborales, no por caminar por la calle cerca de un enfermo o coincidir con él en el supermercado.

Otro punto positivo es que, si bien en algunos brotes puede ser más alto, incluso superior a 4, el número Ro de la tuberculosis suele estar por debajo de 1. Esto quiere decir que, de media, un enfermo contagia a menos de una persona. Hay enfermedades que dan lugar muy fácilmente a grandes brotes, porque tienen un R0 muy elevado. Por ejemplo, es el caso del sarampión, con un R0 de 12 a 18, o la polio, que se ubica entre 5 y 7. Con menos de 1 es más difícil que se produzcan grandes brotes. Pero, incluso así, los casos en España se están elevando. Debemos tener cuidado.

gripe del novato
El contagio se suele producir en casa o el trabajo. Crédito: Olly (Pexels)

¿Cómo podemos prevenir la tuberculosis?

En realidad, la tuberculosis se previene como cualquier otra infección respiratoria. Si alguien tiene síntomas como tos, mucosidad o estornudos no debería tener contacto estrecho con otras personas, sobre todo si son vulnerables. Ya deberíamos haber interiorizado el uso de las mascarillas en estos casos. Por otro lado, la higiene de manos debe seguir en nuestra rutina, aunque no estemos en plena pandemia. También puede ayudar a prevenir la tuberculosis. Pero, sobre todo, hay que prestar atención a los síntomas. Si tienes tos persistente, cansancio, dolor en el pecho y dificultad para respirar, acude a tu médico cuanto antes. Lo más probable es que no sea tuberculosis, pero siempre será mejor prevenir que curar.