Si piensas en aspiradores inteligentes, son varias las marcas que se te vienen a la cabeza casi de inmediato. La más obvia es Roomba, pionera y líder del sector hasta hace algunos años. La siguiente quizá sea Xiaomi, porque, seamos honestos, están en todo. Y la tercera, sin lugar a dudas, es Roborock. Esta empresa lleva varios años lanzando en España productos de altísima calidad, cada vez más inteligentes y, sobre todo, con una fantástica relación calidad-precio. No obstante, su foco no son (solo) los aspiradores económicos. La mejor muestra de ello es la Roborock Saros 10, que debutó en el CES 2025 y con la que he podido pasar varias semanas en casa.

Este aspirador inteligente es, simplemente, una bestia. Si obviamos el vanguardista Saros Z70 –que tiene una pinza para recoger objetos como si fuese un escorpión–, este es el robot –junto con la variante 10R– que reina en el catálogo de la marca. Su precio no deja dudas, de hecho: cuesta 1.499 euros antes de ofertas y promociones.

En cualquier caso, la pregunta que hemos venido aquí a responder no es dónde se posiciona el Roborock Saros 10 dentro del catálogo de la marca –el cual, por cierto, es algo confuso y necesitaría un poco de simplificación–. La duda que va a vertebrar el contenido es mucho más amplia y a la vez relevante: ¿es este el robot aspirador inteligente que debes poner en tu casa? ¿Tiene sentido invertir 1.499 euros en él?

Roborock Saros 10

Un diseño invisible (dentro de lo que cabe)

Por fuera, el Roborock Saros 10 no tiene nada especial. Sí, presenta sensores y elementos de limpieza diferentes a los de la competencia, además de sentirse bastante bien construido. Pero el producto en sí, desde el lado de la estética, no es radicalmente diferente a otros modelos. Es, simplemente, un aparato redondo con diferentes elementos.

Eso sí: tampoco tiene por qué ser algo especial. La mayor parte del tiempo, el Saros 10 está dentro de su estación de carga, por lo que la relevancia de lo estético, en un producto como este, es totalmente secundaria.

No se puede decir lo mismo, en cambio, de la base de carga. En este caso, la estética sí tiene un peso, pues ese módulo de grandes dimensiones, en muchos casos, se coloca en estancias de paso y a la vista, por lo que, cuánto mejor case con su entorno, mejor.

El Roborock Saros 10, en este sentido, llega acompañado de la base RoboDock Ultra 2.0. Esta tiene una estética bastante moderna, con formas rectas –salvo las esquinas redondeadas–, superficies limpias y un frontal con un cierto efecto espejo. Los módulos de agua, la bolsa de aspirado y el depósito del detergente quedan perfectamente ocultos en su interior mediante "tapas" sensibles a la presión, lo que elimina la necesidad de accionadores visibles y, por consiguiente, deja una estética más sencilla.

Roborock Saros 10

El conjunto encaja fácilmente en numerosas estancias. Yo mismo he alternado su posición entre una habitación secundaria y el salón de casa. Y, en ambos casos, la integración con el entorno, dada su sencilla estética, ha sido instantánea.

Eso sí: ten cuidado con el color que escoges. La versión negra, como la que he tenido ocasión de probar, es la más atractiva, aunque quizá no sea la que mejor encaje con la estética de tu hogar. Además, ten en cuenta que, en la versión negra, cualquier mota de polvo resulta más visible que en la variante blanca.

¿Significa eso que no recomiendo la Roborock Saros 10 en negro? Todo lo contrario, de hecho. Es mi preferida. Pero he de admitir que tomé la misma decisión con el coche y ahora lo tengo que limpiar cada semana si no quiero morir de un infarto cada vez que voy al garaje. Eso sí: qué bonito es cuando está limpito. Así que, queridos lectores, antes muerta que sencilla, como diría Maria Isabel. Si el Saros 10 negro encaja en tu casa, go for it.

Roborock Saros 10

El día a día con el Roborock Saros 10

Antes de recibir la Roborock Saros 10, la limpieza de los suelos de mi casa la realizaba un robot aspirador de otra marca rival. En su momento era de alta gama, como el Saros 10. Pero tenía a sus espaldas entre cuatro y cinco años. Mi gran duda antes de abordar este nuevo producto, por lo tanto, era simple: ¿cuánto ha evolucionado la tecnología desde entonces?

Spoiler: más de lo que esperaba, la verdad.

El salto hacia la Roborock Saros 10 ha sido notable en muchas áreas, pero donde más lo he apreciado es en la inteligencia. Sí, aspira y friega mejor, evidentemente, pero lo que más ha marcado la diferencia en este mes y medio de uso, en mi caso, es cómo el aspirador sale del paso de situaciones adversas.

El problema de la altura

En el salón tengo un mueble bajo el cual, técnicamente, podía entrar mi aspirador anterior. Eso sí: el sensor LiDAR siempre rozaba con la parte inferior de la madera. Al darme cuenta, tuve que marcar esa zona como prohibida, por el bien del mueble. Eso me obligaba, cada pocos días, a coger la aspiradora manual y pasarla por debajo si no quería que se acumulen pelusas en ese lugar.

Roborock Saros 10

Con el Roborock Saros 10, en cambio, no he tenido que volver a preocuparme de ello. El aspirador es mucho más delgado, por lo que puede entrar en más sitios sin problemas. Y, en caso de ser necesario, puede hacer descender su sensor LiDAR para entrar en esos lugares de menor altura. Una preocupación menos en el día a día.

El problema del tendedero

En casa hacemos uso de un tendedero plegable para secar la ropa. Cada vez que la anterior aspiradora pasaba por esa zona, me echaba a temblar. La pobre quedaba atascada el 99% de las veces. De hecho, en alguna ocasión, estando el tendedero vacío, la aspiradora ha llegado a arrastrarlo de alguna manera hacia el pasillo. Lo tengo hasta grabado en vídeo por si algún día monto una cuenta de vacuums out of context.

Con la Roborock Saros 10, nuevamente, eso no es un problema. La aspiradora, en primera instancia, detecta con mayor precisión las patas del tendedero y las sortea. Y, en caso de quedar atrapada, recurre a un nuevo sistema que le permite elevar su altura y "saltar" obstáculos pequeños. Ahora no me preocupa si el tendedero está o no ahí. Sé que la aspiradora no tendrá problema con él.

El problema de los cables y elementos inesperados

Mi casa es un remanso de paz. Pero, como buena persona tecnológica, hay un elemento que resulta inevitable: los cables. En mi mesilla de noche y en el despacho, por ejemplo, siempre tengo algo cargando. No es intencionado. Los cables permanentes –como los del ordenador o el monitor– están escondidos y recogidos, pero hay otros cables que van y vienen. Y esos, en ocasiones, están en contacto con el suelo.

Con la aspiradora anterior solía tener cuidado en estos puntos e intentaba retirarlos antes de iniciar la limpieza con el aspirador. No es un temor ficticio. En una ocasión, se tragó el cable del cargador del móvil de mi pareja, con nefasto resultado. Pero lo que más miedo me ha dado siempre no era dañar el cable en sí, que al fin y al cabo es barato; lo preocupante era que arrastrase al suelo el dispositivo que estuviese conectado (el móvil, el iPad, el portátil…). Así que, para prevenir, hacía siempre una revisión visual previa a iniciar la limpieza.

Roborock Saros 10

La dinámica, por suerte, es diferente con la Roborock Saros 10. El sistema de detección de obstáculos que monta este aspirador detecta múltiples elementos, como cables, prendas que se hayan podido caer al suelo, juguetes, etc. ¡Incluso llegó a reconocer la báscula que tengo en el baño! Y sí, mediante algoritmos de IA, diferencia un sujeto de otro. En la aplicación, por ejemplo, aparece un icono de "báscula" justo donde esta se encuentra, así como un % de confianza en el reconocimiento que ha hecho.

Evidentemente, esta identificación tiene luego una traducción en el comportamiento del aspirador. Y, para ponerlo a prueba, incluso le he tendido ciertas trampas. Por suerte, ningún incidente ha ocurrido hasta el momento. Ahora puedo iniciar la limpieza sin tener que preocuparme de qué tengo por casa.

El problema de las alfombras, los suelos de madera y las manchas

Si tienes alfombras, sabrás que, en función de cómo sea esta, el modo de aspirado ha de variar. De igual forma, si tienes suelo de madera, sabrás que el agua ha de ser la justa –por no decir ninguna– durante la limpieza diaria.

Con la aspiradora anterior, esto suponía un pequeño problema. Sí, tenía mopas para fregar el suelo. Pero tenía que quitarlas o ponerlas manualmente en función de la tarea a realizar. Esto suponía un paso extra y, además, eliminaba la posibilidad de automatizar la operativa del robot. Si iba a pasar por una habitación en la que tengo alfombras, debía quitar las mopas manualmente antes de arrancar. De igual forma, si iba a limpiar el baño, tenía que volver a colocárselas. Más práctico que limpiar a mano, evidentemente, pero no todo lo automatizado que soñamos.

Con el Roborock Saros 10, es una historia diferente. Tú configuras cómo quiere que se limpie cada habitación y el robot, de manera autónoma, conecta o retira la mopa. En mi caso, por ejemplo, tengo una rutina de limpieza diaria que hace que el robot aspire y friegue la casa a las 10 de la mañana. Cuando va a la cocina, deja las mopas en la base. Y cuando le toca limpiar el baño, vuelve a la misma, conecta las mopas y procede a realizar la limpieza. Además, en el trayecto hacia el baño, levanta la mopa para no mojar el suelo.

Mediante IA el robot también puede subir o bajar diferentes elementos (el chasis, los cepillos, las mopas, etc.) para optimizar el proceso. Por ejemplo:

  • Si hay una mancha más difícil de retirar, puede llegar a inclinarse levemente hacia atrás para hacer más presión con la mopa durante el fregado.
  • De igual forma, si hay una alfombra de pelo largo, eleva la totalidad del chasis para evitar daños a la misma y aspirar con más eficiencia.
  • Y, también, si detecta una mancha húmeda, eleva los cepillos aspiradores, detiene el aspirado, baja la mopa y, así, evita esparcir o absorber el líquido.

Es, en líneas generales, muy inteligente. Y eso se traduce en que ahora no tengo que estar pensando en qué hará la aspiradora ante cada situación mínimamente inesperada. Lo único de lo que me tengo que preocupar, y solo cada varios días, es de mantener en buen estado los depósitos de la base (cambiar el agua, poner detergente y cambiar la bolsa de residuos). El resto, lo hace solo.

Por cierto, la base tiene una función que me parece extraordinaria: puedes programar la carga del robot en las horas en las que la electricidad es más económica. En mi caso, por ejemplo, siempre se recarga por la noche. La diferencia en la factura no es trascendental, pero cualquier euro es bienvenido.

Roborock Saros 10

Una limpieza superior con el Roborock Saros 10

Más allá de situaciones concretas, el aspirador, en líneas generales, hace un mejor trabajo que el modelo al que ha reemplazado en mi hogar. Permítanme hacer énfasis en algunas de sus prestaciones concretas:

  • El cepillo FlexiArm del Roborock Saros 10 puede sobresalir un poco del chasis y barrer hacia el interior, donde está el principal, todo residuo que haya en el suelo. Hace un gran trabajo en esquinas y rodapiés.
  • También tiene en uno de los laterales una pequeña mopa rotatoria y retráctil que asiste a la principal cuando el robot se aproxima a paredes o muebles. De esta forma, llega a fregar hasta los bordes. Algo que no todos los robots hacían hasta ahora. Cuando no está cerca de un borde, por cierto, se retrae para no desgastarla.
  • El cepillo principal doble hace que no se atasque. Esto no es nuevo de esta generación, pero sí para mi. Y qué diferencia. Con el robot anterior, tenía que ir cada ciertos días a desmontar el cepillo y retirar los pelos enredados. Aquí cero problemas. Todo pasa hacia el depósito interior.
  • Tiene un depósito específico para detergente. Y lo dispensa automáticamente según las necesidades. Puede parecer algo menor, pero no todos los robots aspiradores lo ofrecen. Algunos simplemente no permiten el uso de detergentes. Otros, en cambio, te piden que lo mezcles con el agua directamente en el tanque. En este, rellenas el depósito y él solo gestiona la cantidad que ha de usar para mojar las mopas o para limpiarlas.
Roborock Saros 10
  • Es bastante silencioso (si activas el modo específico). No esperes el sigilo de un ladrón, evidentemente, pero sí es bastante útil para un aspirado rápido después de cenar en el salón sin que tus vecinos deseen subir a hablar contigo.
  • El polvo y el agua se vacían solos. La base tiene depósitos para el agua limpia, el agua sucia y, también, el polvo. Cuando completa el proceso de lavado, limpia las mopas con agua caliente (el proceso es más o menos intenso en función de cómo de sucias estén, algo que determina automáticamente el robot). También vacía todo el polvo que ha cazado en la base, aumentando así su autonomía. El robot aspirador que tenía antes en casa sí tenía depósitos para el agua, pero no para el polvo, lo que obligaba a vaciar el de la propia máquina cada poco tiempo. Con el Saros 10, esto es una bendición.
  • Tiene una capacidad de succión excepcional. 22.000 Pa, para ser exactos. Si tienes alergia al polvo, como es mi caso, lo agradecerás enormemente. Especialmente cuando limpias a fondo.
  • El sistema de fregado del Roborock Saros 10 hace un trabajo sorprendentemente bueno con las manchas. No va a quitar las más difíciles y resecas, pero sí hace un gran trabajo con las manchas del día a día. Incluso las que son un poco más complicadas. Y si, además, lo programas para que pase todos los días, como en mi caso, el resultado global es bastante bueno.
  • Cuenta con un sensor de obstáculos de alta precisión situado en el lateral para poder aproximarse a los bordes u obstáculos todo lo posible, pero sin llegar a golpearlos. En la app, además, puedes elegir cuánto se acerca por defecto.
  • Y como curiosidad: tiene un sistema de control por voz que funciona razonablemente bien y una cámara integrada –con luz de asistencia– a la cual puedes acceder de manera remota. Esto último, eso sí, has de activarlo por primera vez en el propio robot presionando una serie de botones, un paso previo que garantiza algo más de privacidad. Esta función puede ser útil, por ejemplo, cuando estás fuera de casa y quieres saber qué está haciendo tu mascota.
Roborock Saros 10

¿Es el Roborock Saros 10 el mejor robot aspirador del mercado?

Es difícil asegurar con certeza que la Roborock Saros 10 es la mejor aspiradora del mercado. Lo que sí tengo claro es que el desempeño de la misma, en este mes y medio que lleva en mi casa, ha sido realmente extraordinario. Salvo huecos concretos en los que, simplemente, no puede entrar por su tamaño, me he desentendido por completo de limpiar el suelo de mi casa. Y eso es algo que con otros modelos anteriores no podía afirmar con tal rotundidad.

Por un lado, aspira y friega mejor. De eso no cabe ninguna duda. Sobre todo en esquinas, bordes, alfombras, etc. El salto hacia delante en lo que respecta al refinamiento de la limpieza es bastante perceptible cuando llevas varios días usándola.

No obstante, como decía líneas más arriba, lo que más he valorado es el salto en autonomía. La Roborock Saros 10 simplemente se activa sola todos los días a las 10 de la mañana, limpia el suelo de toda la casa independientemente de los condicionantes que pueda haber y vuelve a su base sin que yo intervenga. Con otros aspiradores, como he ido narrando, tenía que revisar si había algo en el suelo que pueda causar una catástrofe, establecer zonas prohibidas para que no se atasque, etc. Eso hacía que me negase a pasar la aspiradora cuando no estaba en casa, por ejemplo. Por si acaso.

Para que todo esto sea posible, es necesario tener muchísimos detalles alineados: desde las dispensaciones automáticas de detergente hasta los avanzados algoritmos de IA que sortean los obstáculos inesperados. Son muchas pequeñas piezas las que trabajan en armonía para poder llegar a resolver todas las situaciones de manera autónoma. Y el resultado es fantástico.

La cara B es que tiene un coste de 1.499 euros antes de promociones u ofertas. No es precisamente barata. Y, además, al haber salido hace relativamente poco al mercado, su precio apenas ha variado en relación al PVP de lanzamiento. Eso sí: una vez la pones en casa, no vas a querer volver atrás. Te lo aseguro.